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Radio Ambulante - El equipo fantasma

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El fútbol y la política no siempre se mezclan. Después del golpe que llevó el General Augusto Pinochet al poder, la selección chilena de 1973 se convirtió en un símbolo de un país dividido. El productor Dennis Maxwell tiene la historia de un equipo, y un partido que nunca debió ocurrir.

¿Alguna
vez
has
estado
en
una
conversación
sobre
raza
e
identidad
en
la
que
terminas
atascado?
El
podcast
Code
Switch,
de
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puede
ayudarte.
Soy
Gene
Demby.
Code
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es
un
podcast
que
nos
ayuda
a
entender
cómo
la
raza
y
la
identidad
se
relacionan
con
todo
lo
demás
en
nuestra
vida.
También
hablamos
sobre
cómo
una
generación
de
actores
y
escritores
diversos
y
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están
abriendo
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Code
Switch
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o
donde
escuches
podcasts.
Fue
un
ridículo
a
nivel
mundial…
A
me
da
vergüenza
recordar
eso
porque
fue
algo
muy,
muy,
muy,
muy
triste
para
nosotros.
Bienvenidos
a
Radio
Ambulante,
desde
NPR.
Soy
Daniel
Alarcón.
Hoy
volvemos
a
nuestros
archivos,
a
una
historia
sobre
fútbol…
Hay
partidos
míticos
que
la
gente
siempre
recuerda.
Y
otros
que
pasan
al
olvido.
En
el
caso
chileno,
hay
uno
en
especial,
el
más
olvidado
de
todos.
Un
“partido
de
revancha”
para
las
eliminatorias
del
mundial
del
74
entre
Chile
y
La
Unión
Soviética.
Hoy,
El
equipo
fantasma.
Este
es
Dennis
Maxwell.
La
historia
de
este
partido
comienza
el
día
del
golpe
militar
encabezado
por
Pinochet,
el
11
de
septiembre
de
1973.
La
selección
chilena
estaba
en
plena
campaña
eliminatoria
para
el
mundial
de
Alemania
74.
La
roja
debía
salir
del
país
para
jugar
una
serie
de
partidos
amistosos
antes
de
viajar
a
Moscú,
donde
disputaría
su
primer
encuentro
contra
los
soviéticos.
El
ganador
iría
al
Mundial,
y
el
perdedor
se
quedaría
fuera.
Mi
nombre
es
Carlos
Humberto
Caszely
Garrido,
nací
el
5
de
julio
de
1950,
tengo
62
años.
Títulos,
uff…a
ver:
jugador
de
fútbol
profesional,
jugador
de
fútbol
amateur,
profesor
de
educación
física
de
la
Universidad
de
Chile….Cazsely
fue
el
protagonista
de
estas
eliminatorias.
En
el
primer
amistoso,
contra
México,
Caszely
metió
un
par
de
goles.
Pero
después
del
partido,
la
gente
no
le
hablaba
de
fútbol,
sino
de
la
situación
política
en
su
país.
No
era
más
allá
del
partido,
era
de
los
muertos
que
había
en
Chile,
de
los
muertos
que
habían
después
del
golpe,
que
nosotros
indudablemente
aquí
en
Chile
no
sabíamos
porque
no
se
sabía
absolutamente
nada,
no
había
noticias,
no
había
ninguna
cosa.Después
de
México,
la
gira
llevó
a
la
selección
chilena
a
Suiza,
y
ahí
la
reacción
fue
similar.
La
gente
se
les
acercaba
para
preguntarles
por
noticias
de
Chile.
De
sus
familias.
De
los
muertos.
Como
si,
en
vez
de
jugadores
de
fútbol,
fueran
mensajeros.
¿Pero
mensajeros
de
qué?
El
Palacio
de
la
Moneda
deberá
ser
evacuado
antes
de
las
11
horas.
De
lo
contrario,
será
atacado
por
las
fuerza
aérea
de
Chile.
Los
trabajadores
deberán
permanecer
en
sus
sitios
de
trabajo,
quedándoles
terminantemente
prohibido
abandonarlos.
En
caso
de
que
así
lo
hicieren,
serán
atacados
por
fuerzas
de
tierra
y
aire…
Después
de
los
partidos
amistosos
llegaron
a
la
Unión
Soviética,
donde
casi
no
los
dejan
entrar.
Para
los
soviéticos
ellos
eran
emisarios
de
un
gobierno
con
el
que
no
simpatizaban.
Varios
jugadores,
incluyendo
Caszely,
fueron
detenidos
en
el
aeropuerto
de
Moscú
durante
varias
horas.
Según
los
rusos
no
éramos
nosotros
los
que
estábamos
en
el
pasaporte
y
por
esos
no
nos
dejaban
entrar…Así
serían
sus
días
en
Moscú:
tensos,
complicados,
llenos
de
ansiedad.
Caszely
se
acuerda
perfectamente
de
cómo
fue
el
partido
en
el
estadio
Lenin.
Nosotros
llegamos
al
estadio
4
grados
bajo
cero,
con
un
frío
enorme,
entramos
a
la
cancha,
estadio
lleno…Cuando
estaba
el
estadio
lleno
siempre
yo
pensaba
y
me
imaginaba
que
estaban
a
favor,
por
lo
tanto
las
pifias
o
los
gritos,
o
este
zumbido
de
abeja
que
se
siente
abajo
en
la
cancha,
yo
siempre
los
traducía
a
mi
favor…No
lograron
vencernos,
empatamos
a
cero,
y
cuando
termina
el
partido
la
gente
aplaudió.Luego
de
este
empate,
ahora
Chile
tendría
que
enfrentar
a
la
Unión
Soviética
en
casa
y
de
este
partido
-ni
más
ni
menos-
dependía
la
clasificación
al
mundial.
Pero
había
un
importante
detalle.
Los
militares
chilenos
habían
convertido
el
Estadio
Nacional
de
Santiago
en
un
campo
de
concentración.
Los
Soviéticos
se
negaban
a
jugar
en
un
estadio
que
para
ellos
estaba
“manchado
de
sangre”,
una
acusación
que
por
supuesto
la
junta
militar
de
Pinochet
negaba
rotundamente.
En
un
intento
por
mediar
entre
los
chilenos
y
los
soviéticos,
la
FIFA
mandó
unos
representantes
a
Santiago,
supuestamente
para
inspeccionar
el
Estadio
Nacional.
Querían
asegurarse
de
que
el
lugar
estuviera
en
regla
para
el
partido…
Eso
significaba
“comprobar”
que
en
el
estadio
no
hubiera
presos,
ni
torturados,
ni
asesinados.
A
quienes
estábamos
en
el
estadio
no
nos
dejaron
subir
a
las
graderías,
¿no?,
a
ver
lo
que
pasaba
en
la
cancha.Jorge
Montealegre
estaba
ahí.
El
día
que
la
comisión
de
la
FIFA
recorrió
el
estadio,
fue
silenciado
-como
tantos
más-
a
punta
de
fusil…
Tenía
sólo
19
años.
Nos
mantuvieron
abajo,
nos
mantuvieron
en
los
camarines
o
en
las
escotillas…como
fondeados,
como
escondidos..
no
salimos
esa
vez
porque
había
periodistas
que
iban
con
esta
comisión.
Como
que
eran
dos
mundos
distintos.
En
ese
momento,
se
dice
que
había
unos
7,000
detenidos
en
el
Estadio
Nacional.
Siete
mil.
Y
los
representantes
de
la
FIFA
no
vieron
nada.
Por
supuesto,
la
cancha
estaba
pulcra,
perfecta.
Más
de
un
prisionero
me
dijo
que
los
milicos
cuidaban
la
cancha
s
que
a
sus
propias
armas.
Así,
la
FIFA
dió
el
visto
bueno
para
jugar
en
el
Estadio
Nacional.
Y
en
nombre
de
esta
organización,
el
presidente
de
la
asociación
chilena
de
fútbol,
dio
un
ultimátum.
Esta
es
su
conferencia
de
prensa,
donde
se
dirige
directamente
a
los
soviéticos.
El
problema
está
en
sus
manos;
o
usted
juega
el
día
21
en
Santiago
de
Chile
o
se
retira
del
campeonato
mundial.
Eso
significaría
la
clasificación
automática
de
Chile.La
FIFA
y
el
gobierno
de
Pinochet
estaban
de
acuerdo:
el
partido
decisivo
se
jugaría
en
el
Estadio
Nacional.
o
sí.
Unos
días
antes
del
partido
los
presos
fueron
trasladados
al
norte
de
Chile,
a
Chacabuco,
a
una
salitrera
en
pleno
desierto
de
Atacama.
Los
ojos
del
mundo
estaban
mirando
a
Chile,
la
dictadura…El
símbolo
de
un
estadio
como
campo
de
concentración
era
una
pésima
propaganda,
digamos,
para
la
dictadura.
O
sea,
recorrió
el
mundo
el
estadio
como
metáfora
de
la
dictadura
chilena.
Ya
volvemos
después
de
la
pausa.
Este
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The
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Estamos
de
vuelta
en
Radio
Ambulante,
soy
Daniel
Alarcón.
Llegó
el
día
del
partido
entre
Chile
y
la
Unión
Soviética.
Los
soviéticos
habían
sido
categóricos:
no
jugarían
en
el
Estadio
Nacional.
Pero
los
organizadores
chilenos
mantenían
que
los
rusos
no
se
habían
comunicado.
Este
es
Alfredo
Asfura,
un
dirigente
de
la
Federación
de
Fútbol
de
Chile
en
esa
época.
Y
hubo
una
postura
de
silencio,
de
indiferencia,
y
de
irresponsablemente
de
no
comunicarse
ni
dar
margen.
Hasta
el
último
minuto
nosotros
no
sabíamos
si
por
ahi
por
el
túnel
del
Estadio
Nacional
iba
a
aparecer
Unión
Soviética.Es
el
21
de
noviembre
de
1973.
Solo
dos
meses
y
medio
después
del
golpe
militar.
En
un
estadio
casi
vacío,
y
al
sonido
de
una
triste
banda
de
carabineros,
los
jugadores
chilenos
salieron
a
la
cancha.
El
árbitro,
que
no
era
árbitro
FIFA,
sino
un
árbitro
chileno,
dio
el
pitazo
inicial,
y
cuatro
jugadores
avanzaron
hacia
la
portería
sur
–sin
dificultad,
pues
no
tenían
rival.
Frente
a
un
arco
sin
arquero,
el
“Chamaco”
Valdés,
mediocampista
y
capitán
del
equipo,
se
detuvo
un
instante
con
la
pelota.
Los
periodistas
se
acomodaron
para
tomar
la
foto.
Valdés
remató
de
derecha
y
el
balón
entró
en
la
red.
En
lo
alto
del
estadio
el
marcador
mostraba
Chile
1,
Unión
Soviética
0.
Así
lo
recuerda
Elías
Figueroa,
uno
de
los
mejores
jugadores
de
esa
selección.
Yo
creo
que
fue
un
absurdo
porque
nos
tuvimos
que
formar,
porque
la
FIFA
así
lo
dice
en
las
reglas,
y
teníamos
que
hacer
el
gol
para
ganar
[risas]
para
poder
dar
por
ganado
el
partido.
Nosotros
los
jugadores
nos
matábamos
de
la
risa
con
eso
de
tener
que
hacer
el
gol,
no
jugar
contra
nadie,
no
tener
a
nadie
y
avanzar.Caszely
es
incluso
más
tajante.
Esa
selección
hizo
el
ridículo
más
grande
de
la
historia
–fue
un
ridículo
a
nivel
mundial.
Si
para
los
jugadores
fue
absurdo,
para
Jorge
Montealegre
y
los
miles
de
detenidos
que
sobrevivieron
semanas
tortuosas
encerrados
en
el
Estadio
Nacional,
este
partido
representó
algo
más.
Bueno,
yo
creo
que
también
fue
una
metáfora
del
país,
¿no?.
Esto
de
jugar
solo
y
ganar,
¿no
es
cierto?…un
partido
fantasma
¿no?,
con
un
equipo
en
el
fondo
de
desaparecidos
¿no?.
Era
como
jugar
con
los
desaparecidos,
¿no?…
una
cosa
así
como
se
ideó
o
se
creó,
o
se
representó
el
drama
de
los
desaparecidos
con
la
cueca
sola.
La
cueca
es
el
baile
nacional
en
Chile.
Los
familiares
de
los
detenidos
desaparecidos
hacen
una
versión
del
baile
en
la
que
danzan
sin
sus
parejas,
sin
sus
seres
queridos.
Bailan
solos.
Así
clasificaba
Chile
para
el
mundial
de
Alemania.
¡Salió
al
mundo!
Salió
al
mundo:
“Rusia
no
fue
a
jugar
a
Chile,
Chile
clasifica”.
En
los
títulos
en
los
diarios,
si
lees
los
diarios
de
esa
época,
con
letras
grandes
se
informaba
que
Rusia
no
había
venido
y
que
Chile
clasificaba
para
el
mundial
del
74.Meses
después,
en
junio
de
1974,
Pinochet
convocó
al
equipo
para
despedirlo
antes
de
que
éste
viajara
a
Alemania.
…Y
cuando
estamos
todos
parados
así
y
abren
las
puertas
aparece
un
gallo
con
capa,
lentes
oscuros,
con
gorro
y
de
verdad
que
me
dio
[risas],
por
eso
digo,
susto,
me
corrió
un
hilito
helado
por
atrás
así
de
ver
esta
cosa
hitleriana
así,
con
cinco
gallos
detrás,
te
prometo,
no
si
fue
de
valentía
o
de
cagón.
La
cosa
es
que
cuando
él
empieza
a
acercarse
yo
pongo
la
mano
detrás
y
no
se
la
doy…Caszely
se
atrevió
a
negarle
la
mano
a
Pinochet,
uno
de
los
primeros
gestos
de
protesta
contra
la
dictadura.
En
Alemania,
todo
les
salió
mal
dos
empates
y
una
derrota
dejando
el
acto
de
Caszely
como
quizás
el
episodio
más
recordado
en
Chile
de
este
mundial.
Años
más
tarde,
en
1985,
se
organizó
un
partido
para
despedir
a
Caszely
como
jugador
profesional.
Fue
en
el
Estadio
Nacional.
Era
una
tarde
cálida,
de
primavera.
Y
llegaron
más
de
ochenta
mil
personas,
con
banderas,
lienzos,
y
gritos,
alentando
al
jugador,
y
desatando
también
su
rabia
contra
la
dictadura,
que
ya
tenía
más
de
una
década
en
el
poder.
Jorge
Montealegre
estuvo
allí.
Cuando
se
despedía
a
Caszely
uno
sabía
que
iba
a
un
evento
que
era
deportivo,
pero
que
era
político
también.
En
ese
sentido
Caszely
fue
muy
simbólico….
Pero
más
que
simbólico.
La
madre
de
Caszely
estuvo
detenida,
y
fue
torturada.
Se
sabía
lo
que
había
pasado
con
su
familia,
se
sabía
que
era
de
izquierda,
se
sabía
que
él
le
había
negado
darle
la
mano
a
Pinochet.
Actos
de
arrojo,
¿no?,
que
interpretaban
a
mucha
gente
que
hubieran
querido
hacerlo,
y
que
no
se
habrían
atrevido
a
hacerlo.
Era
la
primera
vez
que
Jorge
volvía
a
pisar
el
Estadio
Nacional,
después
de
ser
prisionero
y
de
conocerlo
como
campo
de
tortura.
Para
mi
en
lo
personal
era
volver
a
una
cierta
tradición
familiar
de
ir
con
mi
hermano
al
estadio.
Lo
sentí,
y
fue
como
un
exorcismo
también
en
el
sentido
de
volver
a
ese
lugar
pero
con
otro
signo.Ningún
canal
de
televisión
se
atrevió
a
transmitir
en
vivo
el
partido
de
despedida
de
Caszely.
Quizá
porque
sabían
que
más
que
partido,
se
transformaría
en
una
protesta.
La
despedida
de
Caszely
hay
que
insertarla
en
un
marco
de
movilizaciones
crecientes
contra
la
dictadura.
Yo
creo
que
una
de
las
manifestaciones
masivas
¿no?,
que
tiene
que
ver
con
el
inicio
de
las
protestas
¿no?,
fue
la
de
Caszely.Solo
Radio
Cooperativa
de
Santiago
transmitió
el
partido.
…porque
la
Cooperativa
decía
todo
lo
que
estaba
pasando
en
el
Estadio
Nacional,
de
los
gritos
de:
¨Pinochet
va
a
caer,
va
a
caer,
va
a
caer¨.
Dennis
Maxwell
es
periodista
y
documentalista.
Vive
en
Oakland,
California.
Un
agradecimiento
especial
a
Gayle
Maxwell
y
a
Rodolfo
Campos.
Esta
historia
fue
editada
por
Annie
Aviles,
Camila
Segura
y
por
mi.
La
mezcla
y
el
diseño
de
sonido
es
de
Martina
Castro
y
Andrés
Azpiri.
El
resto
del
equipo
de
Radio
Ambulante
incluye
a
Desiree
Bayonet,
Jorge
Caraballo,
Barbara
Sawhill,
Ryan
Sweikert,
Luis
Trelles,
David
Trujillo,
Elsa
Liliana
Ulloa,
Luis
Fernando
Vargas,
y
Silvia
Viñas.
Maytik
Avirama
es
nuestra
pasante
editorial
y
Andrea
Betanzos
es
la
coordinadora
de
programas.
Carolina
Guerrero
es
la
CEO.
Radio
Ambulante
se
produce
y
se
mezcla
en
el
programa
Hindenburg
PRO.
Conoce
más
sobre
Radio
Ambulante
y
sobre
esta
historia
en
nuestra
página
web:
radioambulante.org.
Radio
Ambulante
cuenta
las
historias
de
América
Latina.
Soy
Daniel
Alarcón.
Gracias
por
escuchar.
Check out more Radio Ambulante

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¿Alguna vez has estado en una conversación sobre raza e identidad en la que terminas atascado? El podcast Code Switch, de NPR, puede ayudarte. Soy Gene Demby. Code Switch es un podcast que nos ayuda a entender cómo la raza y la identidad se relacionan con todo lo demás en nuestra vida. También hablamos sobre cómo una generación de actores y escritores diversos y creativos están abriendo nuevos caminos. Encuentra Code Switch en el app de NPR One o donde escuches podcasts. Fue un ridículo a nivel mundial… A mí me da vergüenza recordar eso porque fue algo muy, muy, muy, muy triste para nosotros. Bienvenidos a Radio Ambulante, desde NPR. Soy Daniel Alarcón. Hoy volvemos a nuestros archivos, a una historia sobre fútbol… Hay partidos míticos que la gente siempre recuerda. Y otros que pasan al olvido. En el caso chileno, hay uno en especial, el más olvidado de todos. Un “partido de revancha” para las eliminatorias del mundial del 74 entre Chile y La Unión Soviética. Hoy, El equipo fantasma. Este es Dennis Maxwell. La historia de este partido comienza el día del golpe militar encabezado por Pinochet, el 11 de septiembre de 1973. La selección chilena estaba en plena campaña eliminatoria para el mundial de Alemania 74. La roja debía salir del país para jugar una serie de partidos amistosos antes de viajar a Moscú, donde disputaría su primer encuentro contra los soviéticos. El ganador iría al Mundial, y el perdedor se quedaría fuera. Mi nombre es Carlos Humberto Caszely Garrido, nací el 5 de julio de 1950, tengo 62 años. Títulos, uff…a ver: jugador de fútbol profesional, jugador de fútbol amateur, profesor de educación física de la Universidad de Chile….Cazsely fue el protagonista de estas eliminatorias. En el primer amistoso, contra México, Caszely metió un par de goles. Pero después del partido, la gente no le hablaba de fútbol, sino de la situación política en su país. No era más allá del partido, era de los muertos que había en Chile, de los muertos que habían después del golpe, que nosotros indudablemente aquí en Chile no sabíamos porque no se sabía absolutamente nada, no había noticias, no había ninguna cosa.Después de México, la gira llevó a la selección chilena a Suiza, y ahí la reacción fue similar. La gente se les acercaba para preguntarles por noticias de Chile. De sus familias. De los muertos. Como si, en vez de jugadores de fútbol, fueran mensajeros. ¿Pero mensajeros de qué? El Palacio de la Moneda deberá ser evacuado antes de las 11 horas. De lo contrario, será atacado por las fuerza aérea de Chile. Los trabajadores deberán permanecer en sus sitios de trabajo, quedándoles terminantemente prohibido abandonarlos. En caso de que así lo hicieren, serán atacados por fuerzas de tierra y aire… Después de los partidos amistosos llegaron a la Unión Soviética, donde casi no los dejan entrar. Para los soviéticos ellos eran emisarios de un gobierno con el que no simpatizaban. Varios jugadores, incluyendo Caszely, fueron detenidos en el aeropuerto de Moscú durante varias horas. Según los rusos no éramos nosotros los que estábamos en el pasaporte y por esos no nos dejaban entrar…Así serían sus días en Moscú: tensos, complicados, llenos de ansiedad. Caszely se acuerda perfectamente de cómo fue el partido en el estadio Lenin. Nosotros llegamos al estadio 4 grados bajo cero, con un frío enorme, entramos a la cancha, estadio lleno…Cuando estaba el estadio lleno siempre yo pensaba y me imaginaba que estaban a favor, por lo tanto las pifias o los gritos, o este zumbido de abeja que se siente abajo en la cancha, yo siempre los traducía a mi favor…No lograron vencernos, empatamos a cero, y cuando termina el partido la gente aplaudió.Luego de este empate, ahora Chile tendría que enfrentar a la Unión Soviética en casa y de este partido -ni más ni menos- dependía la clasificación al mundial. Pero había un importante detalle. Los militares chilenos habían convertido el Estadio Nacional de Santiago en un campo de concentración. Los Soviéticos se negaban a jugar en un estadio que para ellos estaba “manchado de sangre”, una acusación que por supuesto la junta militar de Pinochet negaba rotundamente. En un intento por mediar entre los chilenos y los soviéticos, la FIFA mandó unos representantes a Santiago, supuestamente para inspeccionar el Estadio Nacional. Querían asegurarse de que el lugar estuviera en regla para el partido… Eso significaba “comprobar” que en el estadio no hubiera presos, ni torturados, ni asesinados. A quienes estábamos en el estadio no nos dejaron subir a las graderías, ¿no?, a ver lo que pasaba en la cancha.Jorge Montealegre estaba ahí. El día que la comisión de la FIFA recorrió el estadio, fue silenciado -como tantos más- a punta de fusil… Tenía sólo 19 años. Nos mantuvieron abajo, nos mantuvieron en los camarines o en las escotillas…como fondeados, como escondidos.. no salimos esa vez porque había periodistas que iban con esta comisión. Como que eran dos mundos distintos. En ese momento, se dice que había unos 7,000 detenidos en el Estadio Nacional. Siete mil. Y los representantes de la FIFA no vieron nada. Por supuesto, la cancha estaba pulcra, perfecta. Más de un prisionero me dijo que los milicos cuidaban la cancha má s que a sus propias armas. Así, la FIFA dió el visto bueno para jugar en el Estadio Nacional. Y en nombre de esta organización, el presidente de la asociación chilena de fútbol, dio un ultimátum. Esta es su conferencia de prensa, donde se dirige directamente a los soviéticos. El problema está en sus manos; o usted juega el día 21 en Santiago de Chile o se retira del campeonato mundial. Eso significaría la clasificación automática de Chile.La FIFA y el gobierno de Pinochet estaban de acuerdo: el partido decisivo se jugaría en el Estadio Nacional. Sí o sí. Unos días antes del partido los presos fueron trasladados al norte de Chile, a Chacabuco, a una salitrera en pleno desierto de Atacama. Los ojos del mundo estaban mirando a Chile, la dictadura…El símbolo de un estadio como campo de concentración era una pésima propaganda, digamos, para la dictadura. O sea, recorrió el mundo el estadio como metáfora de la dictadura chilena. Ya volvemos después de la pausa. Este podcast de NPR y el siguiente mensaje son patrocinados por Sleep Number. Sleep Number te ofrece opciones para ajustar tu cama a un gran precio. Sus camas nuevas son tan inteligentes que sienten cada uno de tus movimientos y se ajustan de manera automática, para que puedas dormir cómodo durante toda la noche. Averigua por qué el 91% de los que usan Sleep Number lo recomiendan. Sólo encontrarás estos productos en una de las 550 tiendas de Sleep Number en Estados Unidos. Visita Sleep Number punto com para encontrar una tienda cerca de ti, y asegúrate de decirles que escuchas Radio Ambulante. Soy Terry Gross, presentadora de Fresh Air. Tenemos entrevistas de largo aliento que cubren todas tus necesidades en el área de la cultura pop. ¿Música? Escucha nuestra entrevista con Springsteen. ¿Televisión? Hablamos con los creadores de The Deuce de HBO. ¿Libros? John Lecarre nos cuenta sobre sus años como espía. Puedes encontrar Fresh Air en el app NPR One o donde escuches podcasts. Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón. Llegó el día del partido entre Chile y la Unión Soviética. Los soviéticos habían sido categóricos: no jugarían en el Estadio Nacional. Pero los organizadores chilenos mantenían que los rusos no se habían comunicado. Este es Alfredo Asfura, un dirigente de la Federación de Fútbol de Chile en esa época. Y hubo una postura de silencio, de indiferencia, y de irresponsablemente de no comunicarse ni dar margen. Hasta el último minuto nosotros no sabíamos si por ahi por el túnel del Estadio Nacional iba a aparecer Unión Soviética.Es el 21 de noviembre de 1973. Solo dos meses y medio después del golpe militar. En un estadio casi vacío, y al sonido de una triste banda de carabineros, los jugadores chilenos salieron a la cancha. El árbitro, que no era árbitro FIFA, sino un árbitro chileno, dio el pitazo inicial, y cuatro jugadores avanzaron hacia la portería sur –sin dificultad, pues no tenían rival. Frente a un arco sin arquero, el “Chamaco” Valdés, mediocampista y capitán del equipo, se detuvo un instante con la pelota. Los periodistas se acomodaron para tomar la foto. Valdés remató de derecha y el balón entró en la red. En lo alto del estadio el marcador mostraba Chile 1, Unión Soviética 0. Así lo recuerda Elías Figueroa, uno de los mejores jugadores de esa selección. Yo creo que fue un absurdo porque nos tuvimos que formar, porque la FIFA así lo dice en las reglas, y teníamos que hacer el gol para ganar [risas] para poder dar por ganado el partido. Nosotros los jugadores nos matábamos de la risa con eso de tener que hacer el gol, no jugar contra nadie, no tener a nadie y avanzar.Caszely es incluso más tajante. Esa selección hizo el ridículo más grande de la historia –fue un ridículo a nivel mundial. Si para los jugadores fue absurdo, para Jorge Montealegre y los miles de detenidos que sobrevivieron semanas tortuosas encerrados en el Estadio Nacional, este partido representó algo más. Bueno, yo creo que también fue una metáfora del país, ¿no?. Esto de jugar solo y ganar, ¿no es cierto?…un partido fantasma ¿no?, con un equipo en el fondo de desaparecidos ¿no?. Era como jugar con los desaparecidos, ¿no?… una cosa así como se ideó o se creó, o se representó el drama de los desaparecidos con la cueca sola. La cueca es el baile nacional en Chile. Los familiares de los detenidos desaparecidos hacen una versión del baile en la que danzan sin sus parejas, sin sus seres queridos. Bailan solos. Así clasificaba Chile para el mundial de Alemania. ¡Salió al mundo! Salió al mundo: “Rusia no fue a jugar a Chile, Chile clasifica”. En los títulos en los diarios, si tú lees los diarios de esa época, con letras grandes se informaba que Rusia no había venido y que Chile clasificaba para el mundial del 74.Meses después, en junio de 1974, Pinochet convocó al equipo para despedirlo antes de que éste viajara a Alemania. …Y cuando estamos todos parados así y abren las puertas aparece un gallo con capa, lentes oscuros, con gorro y de verdad que me dio [risas], por eso digo, sí susto, me corrió un hilito helado por atrás así de ver esta cosa hitleriana así, con cinco gallos detrás, te prometo, no sé si fue de valentía o de cagón. La cosa es que cuando él empieza a acercarse yo pongo la mano detrás y no se la doy…Caszely se atrevió a negarle la mano a Pinochet, uno de los primeros gestos de protesta contra la dictadura. En Alemania, todo les salió mal — dos empates y una derrota — dejando el acto de Caszely como quizás el episodio más recordado en Chile de este mundial. Años más tarde, en 1985, se organizó un partido para despedir a Caszely como jugador profesional. Fue en el Estadio Nacional. Era una tarde cálida, de primavera. Y llegaron más de ochenta mil personas, con banderas, lienzos, y gritos, alentando al jugador, y desatando también su rabia contra la dictadura, que ya tenía más de una década en el poder. Jorge Montealegre estuvo allí. Cuando se despedía a Caszely uno sabía que iba a un evento que era deportivo, pero que era político también. En ese sentido Caszely fue muy simbólico…. Pero más que simbólico. La madre de Caszely estuvo detenida, y fue torturada. Se sabía lo que había pasado con su familia, se sabía que era de izquierda, se sabía que él le había negado darle la mano a Pinochet. Actos de arrojo, ¿no?, que interpretaban a mucha gente que hubieran querido hacerlo, y que no se habrían atrevido a hacerlo. Era la primera vez que Jorge volvía a pisar el Estadio Nacional, después de ser prisionero y de conocerlo como campo de tortura. Para mi en lo personal era volver a una cierta tradición familiar de ir con mi hermano al estadio. Lo sentí, y fue como un exorcismo también en el sentido de volver a ese lugar pero con otro signo.Ningún canal de televisión se atrevió a transmitir en vivo el partido de despedida de Caszely. Quizá porque sabían que más que partido, se transformaría en una protesta. La despedida de Caszely hay que insertarla en un marco de movilizaciones crecientes contra la dictadura. Yo creo que una de las manifestaciones masivas ¿no?, que tiene que ver con el inicio de las protestas ¿no?, fue la de Caszely.Solo Radio Cooperativa de Santiago transmitió el partido. …porque la Cooperativa decía todo lo que estaba pasando en el Estadio Nacional, de los gritos de: ¨Pinochet va a caer, va a caer, va a caer¨. Dennis Maxwell es periodista y documentalista. Vive en Oakland, California. Un agradecimiento especial a Gayle Maxwell y a Rodolfo Campos. Esta historia fue editada por Annie Aviles, Camila Segura y por mi. La mezcla y el diseño de sonido es de Martina Castro y Andrés Azpiri. El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Desiree Bayonet, Jorge Caraballo, Barbara Sawhill, Ryan Sweikert, Luis Trelles, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa, Luis Fernando Vargas, y Silvia Viñas. Maytik Avirama es nuestra pasante editorial y Andrea Betanzos es la coordinadora de programas. Carolina Guerrero es la CEO. Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO. Conoce más sobre Radio Ambulante y sobre esta historia en nuestra página web: radioambulante.org. Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

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