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Radio Ambulante - El gobernador en su laberinto

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Una isla se levanta.

Un chat secreto, una fuente anónima, una manifestación audaz y una barricada que se convirtió en símbolo de la resistencia. En este episodio contamos tres historias cortas de la protesta sin precedentes que se vivió en Puerto Rico durante el verano de 2019.

Muchas
veces
recibimos
esta
pregunta:
¿qué
podemos
hacer
para
apoyar
al
podcast?
Bueno,
tenemos
un
programa
de
membresías,
tenemos
un
app
para
aprender
español
y,
para
los
Ambulantes
en
los
Estados
Unidos,
también
pueden
apoyar
a
NPR.
Si
les
gusta
lo
que
hacemos
y
si
también
disfrutan
de
los
otros
programas
de
NPR,
por
favor
consideren
apoyar
a
su
emisora
de
radio
pública
local.
Pueden
hacerlo
entrando
a
la
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donate.npr.org/RadioAmbulante.
Donate
se
deletrea:
D-O-N-A-T-E.
Donate,
en
inglés.
Repito:
donate.npr.org/Radio
Ambulante.
Bienvenidos
a
Radio
Ambulante
desde
NPR.
Soy
Daniel
Alarcón.
Hoy
vamos
a
empezar
con
la
historia
de
un
grupo
de
periodistas
puertorriqueños.
Mi
nombre
es
Omaya
Sosa
Pascual.
Soy
cofundadora
del
Centro
de
Periodismo
Investigativo
y
periodista
del
Centro.
En
Puerto
Rico,
el
Centro
de
Periodismo
Investigativo
es
reconocido
por
sus
reportajes
de
mucho
impacto.
Aquí
en
Radio
Ambulante
hemos
colaborado
de
cerca
con
ellos
en
varias
ocasiones.
Es
la
organización
que
ayudó
a
revelar
el
verdadero
número
de
muertes
del
huracán
María,
por
ejemplo,
comprobando
que
la
cifra
oficial
del
gobierno
era
falsa.
Ha
investigado
temas
de
corrupción,
de
daños
ecológicos
y
de
la
influencia
de
empresas
multinacionales
en
la
isla.
O
sea,
se
dedican
a
destapar
lo
que
los
políticos
y
empresarios
por
lo
general
tratan
de
esconder.
En
el
verano
del
2019,
Omaya
ya
había
empezado
una
investigación
de
corrupción
dentro
de
la
administración
de
Ricardo
Rosselló,
el
gobernador
de
Puerto
Rico,
cuando
sucedió
esto:
El
FBI
madrugó
para
diligenciar
una
acusación
emitida
ayer
por
un
gran
jurado
federal,
por
el
que
fueron
imputadas
la
exsecretaria
de
educación
Julia
Kelleher,
la
exdirectora
de
ASES,
Ángela
Ávila.
El
fraude
con
fondos
federales
asciende
a
unos
15.5
millones
de
dólares.
La
exsecretaria
de
educación,
la
exdirectora
del
seguro
de
salud
del
gobierno
y
otras
cuatro
personas
que
trabajaban
con
ellas,
todos
con
órdenes
de
arresto
del
FBI.
Las
acusaciones
coincidían
con
algunos
temas
de
investigación
del
Centro
y
por
eso,
cuando
Omaya
y
sus
compañeros
escucharon
las
noticias,
lo
primero
que
pensaron
fue
en
sacar
su
propia
investigación
lo
antes
posible.
Las
órdenes
de
arresto
se
emitieron
el
10
de
julio.
Y
justo
en
esa
semana,
una
fuente
que
nunca
se
ha
identificado
públicamente
se
acercó
a
Omaya
para
decirle
que
tenía
acceso
a
unos
mensajes
privados
del
gobernador.
Un
chat
entre
Rosselló
y
sus
asesores
más
íntimos.
La
fuente
es
una
fuente
mía
de
muchísimos
años,
que
nunca
me
ha
fallado.
Y
esa
fuente
le
dijo…
“Yo
se
lo
voy
a
entregar
a
cuatro
periodistas
en
los
cuales
confío
en
Puerto
Rico.
Solamente
esos
cuatro,
que
me
parecen
que
son
periodistas
íntegros.
eres
una
de
ellas”.
Y
me
dice
que
van
a
estar
filtrando
pedazos.
O
sea,
que
no
iba
a
entregar
el
chat
completo.
Pero
la
fuente
le
adelantó
que
lo
que
salía
en
esos
pocos
mensajes
era
explosivo.
La
fuente
de
Omaya
también
le
dijo
que
tenía
más
de
800
páginas
de
mensajes.
Pero
por
el
momento,
solo
le
había
mostrado
diez.
Omaya
y
el
Centro
optaron
por
no
publicar.
Porque
yo
no
qué
está
escondiendo
el
resto
del
chat
que
no
me
están
entregando.
Si
este
chat
tiene
889
páginas
y
me
estás
entregando
diez.
Oye,
¿qué
dicen
las
otras
879?
Pero
los
otros
periodistas
publicaron.
Salieron
tres
fragmentos
del
chat
en
tres
días.
Y
tal
como
le
había
dicho
la
fuente,
el
impacto
fue
inmediato.
Un
chat
en
una
aplicación
de
mensajes
cobra
un
rol
protagónico
en
la
presente
administración
Rosselló.
Una
serie
de
mensajes
donde
vemos
al
gobernador
insultando
mujeres
y
sobre
todo
con
comentarios
que
no
podemos
publicar
a
través
de
televisión.
Eran
mensajes
llenos
de
insultos
y
burlas
dirigidos
a
personas
que
se
oponían
a
la
agenda
del
gobierno
de
Rosselló.
La
historia
se
complicó
cuando
empezaron
a
surgir
rumores:
nuevos
pedazos
del
chat
estaban
a
punto
de
salir
y
que
iban
a
ser
aún
más
gráficos
que
los
otros.
Omaya
recuerda
que
escuchó
rumores
insistentes.
Uno
de
los
nuevos
pedazos…
Hablaba
de…
de
que
tenían…
quisieran
ver
a
una
periodista
televisiva
muy
conocida
aquí
en
cuatro.
O
sea
que
se
ponían,
este,
vamos
a
decir,
ofensivos,
irrespetuosos
y
asquerosos.
Pero
esos
nuevos
mensajes
eran
falsos.
Omaya
se
enteró
cuando
habló
con
su
fuente
anónima.
En
una
de
esas
llamadas
que
yo
le
hago
me
dice:
“Eso
no
es
parte
del
documento”.
Era
una
campaña
de
desinformación.
No
se
sabe
quién
la
estaba
llevando
a
cabo,
pero
queda
claro
que
los
pedazos
falsos
del
chat
tenían
un
propósito
muy
específico.
Confundir
a
toda
la
ciudadanía
y
decir:
“Esto…
Nada
de
esto
vale.
Esto
todo
es
basura”,
¿no?
Querían
sembrar
la
duda
con
mensajes
falsos
y
desvirtuar
los
mensajes
que
eran
reales
para
lograr
que
la
gente
perdiera
interés
en
el
escándalo.
Y,
claro,
todo
esto
ayudaría
a
que
el
gobernador
sobreviviera
la
crisis.
Por
eso
Omaya
volvió
a
contactar
a
su
fuente:
Y
ahí
yo
digo:
“Me
lo
tienes
que
entregar
completo”.
Necesitaba
todas
las
páginas
del
chat
antes
de
que
fuera
demasiado
tarde.
Estuvo
un
día
completo
negociando
con
su
fuente
y
al
final…
Logramos
vernos…
en
horas
de
la
noche
y
yo,
eh,
me
voy
con
un…
un
pendrive
pequeño,
con
todo
lo
que
está
ahí
supuestamente
metido.
Tenía
889
páginas
de
mensajes
en
la
memoria
portátil.
Era
mucho
material
y
había
que
corroborarlo
todo
antes
de
publicarlo.
Una
buena
parte
de
ese
trabajo
le
tocó
a
Luis
Valentín,
un
colega
de
Omaya
que
estaba
investigando
casos
de
corrupción
junto
a
ella.
Y
yo
me
empiezo
a
mover
con
una
fuente,
eh,
mía,
principal,
que
básicamente
empieza
a
corroborar
todo.
Luis
tenía
una
fuente
distinta
a
la
de
Omaya.
Y
son
fuentes
totalmente
desligadas,
que
no
comparten
básicamente
nada,
excepto
ser
bien
cercanos
al…
al
grupo
del
gobernador
y
tener,
eh,
conocimiento
personal
del
chat.
También
tenían
que
verificar
fechas
y
datos
de
todo
lo
que
se
mencionaba
en
los
mensajes.
Era
muchísimo.
La
editora
del
Centro
y
otros
miembros
del
equipo
los
estaban
apoyando.
Corroborar
cada
detalle,
hasta
el
más
mínimo
y
la
necesidad
de
publicar
lo
antes
posible
estaba
creando
un
ambiente
muy
complicado
en
la
redacción.
Fueron
unos
días
bien
intensos.
Discutimos
mucho.
Peleamos
(risas)
a
gritos
en
la
oficina.
Aquí
viene
el
color
de
la
historia
(risas).
Este…
Pues,
era
un
intenso
debate,
donde
este
individuo
es
mi
mejor
fuente
de
corroboración.
O
sea,
hasta
el
último
día
era
el
abogado
del
diablo
todo
el
tiempo,
¿no?
Omaya
tenía
urgencia
de
publicar,
antes
de
que
los
chats
se
perdieran
en
un
mar
de
desinformación.
Luis
era
un
poco
más
cauteloso.
Lo
que
publicaran
tenía
que
estar
“blindado”
a
prueba
de
balas
de
manera
que
el
gobernador
y
su
equipo
no
pudieran
refutar
una
sola
palabra.
Y
en
ese
sentido,
tenían
un
arma
secreta:
la
confiabilidad
de
sus
fuentes
anónimas.
Porque
no
estamos
hablando
de
que
nos
llegó
un
paquete
anónimo
a
la
oficina
y
abrimos
y
publicamos.
O
sea,
estamos
hablando
de
que
teníamos
relaciones
previas.
Conocíamos
a
las
personas
con
las
que
estábamos
hablando.
El
sábado
13
de
julio
publicaron
una
nota
corta,
de
unas
800
palabras,
que
presentaba
algunos
de
los
intercambios
más
controversiales
en
los
mensajes.
Lo
más
importante:
colgaron
el
chat
completo
en
la
página
web
del
centro.
Omaya
y
Luis
me
contaron
que
eran
las
tres
de
la
mañana
cuando
finalmente
subieron
la
nota.
Y
la
noticia
recorrió
la
isla
como
pólvora.
El
Centro
de
Periodismo
Investigativo
publicó
hoy
889
páginas
del
controvertible
chat
de
Telegram.
Contiene
lenguaje
homofóbico
sobre
líderes
de
la
oposición,
también
hay
referencias
despectivas
contra
miembros
de
la
prensa.
Uno
de
los
temas
discutidos
y
que
toca
una
fibra
en
el
país
es
la
cifra
de
muertes
como
resultado
del
huracán
María.
Christian
Sobrino,
representante
del
gobierno,
escribe:
“Ahora
que
estamos
en
este
tema,
¿no
tenemos
algún
cadáver
para
alimentar
a
nuestros
cuervos?”.
Había
muchísimas
revelaciones
nuevas.
El
gobernador
y
sus
ayudantes
se
burlaban
de
los
cadáveres
acumulados
luego
del
huracán
María.
Fue
una
cosa…
una
bomba.
Fue
como
si
prendiéramos
un
cerillo
y
de
repente
explotara
todo,
eh,
a
la
vez.
Los
arrestos
federales
y
las
primeras
filtraciones
del
chat,
todo
eso
sucedió
en
la
semana
del
8
de
julio.
Hubo
algunas
manifestaciones,
pero
con
la
publicación
del
chat
completo
cinco
días
después,
todo
cambió.
A
partir
de
ese
momento,
13
de
julio,
las
protestas
ya
eran
diarias
y
se
hacían
cada
vez
más
grandes.
Cuatro
días
después
de
publicar
todos
los
mensajes,
Omaya
y
Luis
Valentín
publicaron
otra
historia:
había
12
participantes
en
el
chat,
todos
hombres.
Tres
de
ellos
eran
cabilderos
y
consultores
privados,
gente
que
no
era
parte
del
gobierno,
que
tenían
conflictos
de
intereses
porque
representaban
a
empresas
privadas
y
otros
clientes,
y
que
aun
así
se
beneficiaban
de
la
información
confidencial
que
se
compartía
en
el
chat.
La
investigación
del
Centro
revelaba
que
ese
grupo
tenía
un
esquema
para
otorgar
contratos
de
gobierno
a
cambio
de
dinero.
Era
una
noticia
gigantesca
y
salió
justo
cuando
el
descontento
con
Ricardo
Rosselló
estaba
llegando
a
sus
niveles
más
altos.
Esta
investigación
la
logramos
amarrar
y
publicarla
como
estaba
en
ese
momento
en
medio
de
una
de
las
protestas
más
grandes
que
se
estaba
dando.
Todo
el
mundo
se
paró
en
la
protesta
a
leer
los
celulares.
¡Ricky
renuncia!
¡Ricky
renuncia!
¡Ricky
renuncia!
¡Ricky
renuncia!
Y
es
que
fue
ese
mismo
día
que
se
dio
la
primera
gran
protesta
para
exigir
la
renuncia
del
gobernador.
Todos
los
manifestantes
tenían
la
misma
consigna:
“Ricky
renuncia”.
Y
no
era
solo
por
los
insultos.
También
era
la
corrupción,
las
décadas
de
mal
gobierno
y
los
fracasos
de
la
administración
de
Rosselló
tras
el
huracán
María.
Ese
fue
el
comienzo
de
un
movimiento
masivo
y
espontáneo
que
siguió
creciendo
durante
el
verano.
Nuestro
productor
Luis
Trelles
lo
vio
de
cerca,
y
nos
trae
la
historia
de
un
levantamiento
popular
que
nadie
se
esperaba
y,
una
vez
que
llegó,
dejó
a
muchos
puertorriqueños
preguntándose
por
qué
tardó
tanto
en
estallar.
Y
vamos
a
comenzar
con
una
anécdota,
entre
tantas,
que
demuestra
algo
importante
de
estas
protestas
puertorriqueñas:
la
creatividad,
el
humor,
la
audacia.
Desde
San
Juan,
Luis
nos
trae
la
historia.
Tres
días
después
de
que
el
Centro
de
Periodismo
Investigativo
publicara
el
chat
completo,
un
trío
de
mujeres
entraron
a
una
oficina
de
gobierno.
Las
tres
tenían
más
de
sesenta
años.
Eran
ciudadanas
comunes
y
corrientes.
La
oficina
a
la
que
entraron
era
un
CESCO,
el
lugar
donde
se
tramitan
licencias
de
conducir
y
se
pagan
multas
de
tránsito,
cosas
así.
Ahí
había
muchísima
gente,
que
eso
era
algo
que
yo
quería,
que
hubiera
gente,
que
hubiera
público.
Ella
es
Lourdes
Muriente,
la
líder
del
grupo.
Y
digo
líder,
porque
realmente
esas
tres
mujeres
no
fueron
a
esa
oficina
a
renovar
una
licencia,
o
algo
parecido.
Lourdes
había
reclutado
a
dos
amigas
para
realizar
un
operativo
que
reflejara
la
indignación
que
sentían
contra
el
gobernador.
Tenían
una
misión.
Una
misión
relacionada
a
la
foto
oficial
de
Ricardo
Rosselló,
las
fotos
que
se
encuentra
en
todas
las
oficinas
de
gobierno.
La
misión
comenzó
bien,
porque
apenas
entraron…
Vimos
que
el
retrato
de
Rosselló
estaba
facilito.
En
la
puerta
de
la
oficina
no
había
ningún
guardia.
Pero,
ya
dentro,
se
dieron
cuenta
que
había
un
guardia
de
seguridad
en
la
sala
de
espera.
Cuando
yo
entro,
el
guardia
lo
primero
que
me
pregunta
es:
“¿A
qué
usted
viene?”.
Y
yo
le
digo:
“No,
a
hacer
una
gestión
de
la
licencia”.
A
pesar
de
la
presencia
del
guardia,
Lourdes
y
las
compañeras
decidieron
apresurarse,
y
cruzaron
el
salón
para
llegar
hasta
el
retrato
de
Rosselló.
Las
acompañaban
dos
personas
más
que
las
grabaron
con
sus
celulares.
Uno
de
los
videos
comienza
justo
después
de
que
Lourdes
ha
bajado
el
retrato
de
la
pared.
Se
puede
ver
que
las
dos
amigas
de
Lourdes
están
a
cada
lado,
tratando
de
darle
un
poco
de
espacio,
pero
no
logran
evitar
que
el
guardia
de
seguridad
se
le
acerque
para
tratar
de
quitarle
el
retrato.
Me
jalaba
el
retrato,
pero
sin
mucha
fuerza.
Él…
él
no
impidió
realmente
que
yo
bajara
el
cuadro.
Esa
era
la
idea.
Bajar
el
cuadro
del
gobernador
y
botarlo
a
la
basura.
Y
lo
que
se
ve
en
los
videos
es
a
tres
mujeres
mayores,
aferradas
al
cuadro
y
a
un
guardia
haciendo
un
intento
muy
flojo
de
quitárselo
de
las
manos.
Realmente
parece
un
forcejeo
en
cámara
lenta.
Y
en
medio
de
eso,
Lourdes
le
habla
al
público.
¿Quién
se
siente
representado
por
este
sinvergüenza?
¿Quién
está
indignado?
Y
entonces
yo
lo
que
hice
fue
que
le
pregunté
a
las
personas
que
estaban
allí:
“¿Ustedes
se
sienten
representadas
por
este
bandido?”
Y
los
que
están
en
la
sala
de
espera
responden.
¡Bótalo!
¡Bótalo!
En
el
video
se
nota
que
casi
todos
están
a
favor
de
Lourdes
y
sus
compañeras,
y
que
están
hartos
de
Rosselló.
Por
eso
el
alboroto.
Pero
también
hubo
algunos
que
se
opusieron.
En
la
primera
fila
de
la
sala
de
espera…
Estaba
sentado
un
cura.
Un
cura
de
sotana.
Y
para
mi
sorpresa
y
desagrado,
el
cura
empieza
a
regañarme,
y
a
decirme
que
eso
era
una
falta
de
respeto.
En
el
video,
se
ve
al
cura
de
espaldas,
con
su
larga
sotana
negra.
Lourdes
me
dijo
que
estaba
sentado
al
lado
de
un
señor
que
lo
estaba
acompañando.
Y
cuando
Lourdes
bajó
el
cuadro,
ese
señor
se
puso
a
discutir
con
ella.
Aunque
el
audio
no
es
muy
bueno,
aquí
se
escucha
a
Lourdes
discutiendo
con
el
señor,
mientras
su
amiga
forcejea
con
el
guardia.
Esta
vez
de
verdad.
Realmente
cuando
vi
la
grabación
posteriormente
me
di
cuenta
que…
que
yo
grité
allí
muchísimo
y
le
decía:
“¡Este
es
un
charlatán!
Porque…”
(risa).
“¡Este
no
nos
representa!
¡Este
es
un
charlatán!”.
Más
gente
se
estaba
parando
de
sus
sillas
para
apoyar
a
Lourdes.
En
el
video
parece
como
si
estuvieran
en
una
competencia
de
tira
y
jala.
Y
el
equipo
del
cura
y
de
los
guardias
tenía
todas
las
de
perder.
Y
entonces
ahí
vino
un
hombre
de
adentro
de
las
oficinas.
Uno
de
los
pocos
empleados
de
gobierno
atendiendo
al
público
ese
día.
Y
vino
y
cogió
el
retrato
y
se
lo
llevó.
Y
apenas
se
llevaron
la
foto
del
gobernador,
el
público…
¡Llévatelo!
¡Llévatelo!
(aplausos)
¡Llévatelo!”,
le
gritaban.
“¡Llévatelo!
¡Llévatelo!”.
Y
fue
en
ese
momento
que
el
bando
del
cura
empezó
a
amenazar
a
Lourdes
y
a
sus
compañeras
con
llamar
a
la
policía.
Y
yo
le
dije:
“Llamen
a
quien
ustedes
quieran”.
Nosotras
habíamos
dejado
el
carro
estacionado
muy
cerca.
Así
que
fuimos,
nos
montamos
en
el
carro
y
nos
fuimos.
Y
entonces
ahí,
la
verdad
es
que…
que
la
adrenalina
se
le
va
a
uno
a
millón,
porque
yo…
Sabes,
esa
primera
vez,
pues,
uno
está
bien
excitado,
bien
contento
de
lo
que
habíamos
hecho.
Lourdes
es
una
abogada
de
64
años,
una
mujer
muy
elegante,
que
a
primera
vista
proyecta
una
seriedad
severa.
Claro,
solo
hay
que
pasar
cinco
minutos
con
ella
para
entender
que
está
muy
comprometida
con
todo
tipo
de
causas
sociales,
pero
que
aborda
ese
activismo
con
un
sentido
travieso
de
que
las
protestas
también
pueden
ser
divertidas.
Lo
mismo
pasa
con
sus
dos
compañeras
de
lucha.
Una
de
ellas
se
llama
Doris
Acevedo
y
es
una
coronel
retirada
de
la
Guardia
Nacional
de
Estados
Unidos.
La
otra
era
Abigaíl
Ramos,
una
maestra
retirada.
Esas
eran
las
conspiradoras.
Todas
se
habían
sentido
obligadas
a
actuar
por
la
cantidad
de
insultos
y
comentarios
ofensivos
que
vieron
en
el
chat.
Y
yo
creo
que…
que
esa
fue
la
gotita
que
colmó
la
copa
para
que
las
personas
se
sintieran
personalmente
ofendidas
e
indignadas,
y
necesitadas
de
dejar
saber
ese
coraje,
esa
indignación.
En
el
caso
de
Lourdes,
el
chat
la
afectó
de
una
manera
aún
más
personal
que
a
otras
personas.
Su
exesposo,
Carlos
Gallisá,
había
sido
objeto
de
una
broma
pesada
en
los
mensajes,
justo
en
el
día
de
su
muerte.
Y
fue
como
que
me…
me
revolvió
el
corazón,
¿tú
sabes?
Porque
digo,
uno
sabe
que
algo
ha
pasado,
que
estos
bandidos
habían
hecho
chiste
con
la
muerte
de
Carlos.
Carlos
Gallisá
fue
representante
del
Partido
Independentista
Puertorriqueño
y
luego
también
fue
parte
del
Partido
Socialista.
Era
un
líder
de
izquierda
muy
respetado
que
trabajó
de
cerca
con
miembros
de
todo
el
espectro
político
en
la
isla.
Por
eso
Lourdes
se
sintió
tan
indignada
cuando
vio
la
broma
en
el
chat.
Lo
que
más
impresiona
es
que
ellos
comenzaron
el
relajo
como
al
minuto
de
que
se
supiera
públicamente
de
que
Carlos
había
muerto.
El
relajo
comenzó
cuando
un
consultor
de
comunicaciones
del
gobernador
envió
un
mensaje
donde
compartió
la
noticia
de
la
muerte
de
Gallisá.
Luego
sigue
un
intercambio
intenso
entre
los
asesores
para
comentar
y
bromear
con
la
posibilidad
de
poner
la
bandera
a
media
asta.
Uno
de
ellos
insinúa
que
se
pegaría
un
tiro
si
bajan
la
bandera
por
Gallisá.
Otro
menciona
que
deberían
poner
la
bandera
a
media
asta,
pero
solo
por
15
minutos.
El
asesor
en
asuntos
legales
del
gobernador
tiene
la
última
palabra:
“A
un
1/4
de
asta
por
6
horas”.
El
próximo
mensaje
es
de
un
asesor
en
comunicaciones,
que
contesta:
Ja-Ja-Ja”.
Quizás
otras
personas
hubieran
hecho
una
protesta
más
tradicional.
Pero
Lourdes
pensó
en
otras
posibilidades.
Ese
mismo
día
sábado,
yo….
yo
me
puse
a
pensar
de
qué
manera
uno
puede
hacer
algo.
Y…
y
yo
vengo
de
la
FUPI,
la
Federación
de
Universitarios
Pro
Independencia
y
nosotros
éramos
bien
creativos.
Y
es
que
Lourdes
pertenece
a
una
generación
de
“baby
boomers”
boricuas
que
quemaban
banderas
y
brasieres
y
exigían
la
independencia
de
Puerto
Rico.
Ahí
fue
que
empezó,
por
lo
menos
de
mi
parte,
el
empujón
ese
bien
grande
que…
que
es
como
vivir
lo
que
vivíamos
en
los
setenta,
cuando
yo
estaba
en
la
universidad.
¡Que
hicimos
cantidad
de
cosas!
Lourdes
se
inspiró
en
un
incidente
que
había
pasado
unos
meses
antes,
de
una
mujer
que
había
tirado
una
foto
de
Rosselló
al
piso
en
una
oficina
de
gobierno.
Luego
de
cumplir
su
primera
misión,
con
la
adrenalina
al
máximo,
Lourdes
y
sus
dos
compañeras
se
dirigieron
a
la
próxima
parada,
una
oficina
del
Departamento
de
la
Familia.
Pero
no
había
público.
Y
yo
decía:
“Caramba,
¿valdrá
la
pena
hacerlo
sin
público?”.
Había
una
mujer
de
seguridad
sentada
almorzando
en
un
escritorio.
Porque
te
digo,
todo
esto
sucedió
como
al
medio
día.
Lourdes
y
sus
compañeras
decidieron
entrar
como
quiera.
Y
la
guardia
esa
de
seguridad
ni
se
levantó.
También
hay
video
de
esta
otra
misión.
Se
ve
a
las
tres
conspiradoras
entrar
al
vestíbulo
del
edificio
y
van
directamente
a
la
pared
donde
está
el
retrato
del
gobernador.
Y
aunque
casi
no
había
público,
Lourdes
decidió
hacer
un
mensaje
breve.
Nosotros
creemos
que
esto
hay
que
bajarlo
de
aquí.
En
todas
las
agencias
de
gobierno
sacar
esto
y
botarlo.
Y
dijo
que
ella
creía
que
había
que
bajar
ese
cuadro
de
todas
las
agencias
de
gobierno.
O
él
renuncia
o
se
va.
O
renuncia,
o
se
va.
Yo
agarré
el
cuadro
y
lo
puse
en
el
piso,
y
ahí
nadie
se
inmutó.
Y
mientras
salían,
las
otras
dos
compañeras
empezaron
a
gritar
el
coro
de
una
canción
de
trap.
Un
remix
de
una
canción
que
había
sido
todo
un
éxito
el
verano
anterior:
De
mi
vida
lo
saqué,
¡te
boté!,
¡te
boté!
Te
di
banda
y
te
solté…
Todo
esto
pasó
tres
días
después
de
que
el
chat
completo
se
hiciera
público.
Los
videos
de
lo
que
pasó
en
esas
dos
oficinas
de
gobierno
llegaron
a
las
redes
sociales
y
docenas
de
personas
se
inspiraron
y
fueron
a
su
oficina
de
gobierno
más
cercana
para
hacer
lo
mismo.
Y
fue
increíble
la
cantidad
de
personas
que
posteriormente
hizo
eso.
Y
empezaron
a
postearlo,
en
Facebook,
en
distintos
puntos
de
la
isla.
En
esa
semana,
ver
una
foto
oficial
de
Ricky
Rosselló
en
el
suelo
se
convirtió
en
una
imagen
bastante
común.
Pero
no
todos
los
cuadros
terminaron
así.
Lourdes
me
contó
que
algunos
se
llevaron
esas
fotos
a
las
manifestaciones,
para
utilizarlas
como
pancartas
en
las
protestas.
Yo
me
lamento
no
haberme
llevado
uno.
Porque
me
encantaría
tener
uno
como
un
trofeo
de
guerra.
Un
día
después
de
haber
tirado
las
fotos
a
la
basura,
Lourdes
fue
a
la
primera
gran
manifestación
en
el
Viejo
San
Juan
para
exigir
la
renuncia
del
gobernador.
Fue
durante
esa
manifestación
que
salió
el
segundo
artículo
del
Centro
de
Periodismo
Investigativo,
el
que
Omaya
mencionó
al
comienzo.
Se
esperaba
que
llegaran
cientos
de
manifestantes.
Al
final
llegaron
cientos
de
miles.
Y
yo
llego
con
un
grupo
de
amigas
a
San
Juan
y
las
jóvenes
me…
me…
nos
reconocían.
Lourdes
y
sus
amigas
se
habían
convertido
en
las
primeras
celebridades
virales
de
las
manifestaciones.
La
gente
se
quería
tomar
selfies
con
ella.
En
una,
cuando
ya
nos
estábamos
yendo,
entramos
al
estacionamiento
donde
habíamos
dejado
el
carro
y
había
que
tomar
un
ascensor.
Y
había
mucha
gente
tratando
de
entrar
el
ascensor.
Hasta
que
alguien
nos
reconoce
y
dice:
“Mira,
hagan
espacio,
que
esas
son
las
doñitas”.
Y
nos
dejaron
entrar
al
ascensor.
Doñita”,
como
se
pueden
imaginar,
es
una
manera
de
referirse
a
una
mujer
mayor
en
Puerto
Rico.
Y
claro,
así
no
es
como
Lourdes
se
ve
a
misma.
Yo
tengo
64
años,
debo
aclarar.
Eh,
yo…
Yo
personalmente
no
me
siento
una
doñita.
Pero
entonces
para
los
jóvenes
que
han
estado
tan
activos
en…
en
toda
esta
lucha
nos
ven
como
doñitas.
Y
esto
era
una
señal
muy
clara
de
que
estas
protestas
eran
distintas.
No
se
trataba
de
un
solo
grupo
o
de
una
sola
generación.
Todo
tipo
de
puertorriqueño
estaba
tirándose
a
la
calle
y
todos
tenían
el
mismo
propósito
Pero
Ricardo
Rosselló
se
negaba
a
renunciar.
Luego
de
la
pausa,
vamos
a
las
calles
del
Viejo
San
Juan.
Donde
el
futuro
político
de
la
isla
estaba
en
juego.
Ya
volvemos.
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Repito:
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Ambulante.
¡Muchas
gracias!
En
la
primera
semana
después
de
que
se
publicara
el
chat
completo,
las
protestas
para
exigir
la
renuncia
de
Rosselló
se
hicieron
cada
vez
más
grandes.
El
22
de
julio,
hubo
un
paro
nacional,
el
más
grande
en
la
historia
de
Puerto
Rico.
Y
la
estrategia
de
Rosselló
fue
desaparecer
del
ojo
público.
En
las
muy
pocas
apariciones
oficiales
que
tuvo
en
esos
días,
siempre
repetía
el
mismo
mensaje.
Una
versión
de
esto:
No
voy
a
renunciar.
Estoy
trabajando
por
Puerto
Rico.
Continuaré
trabajando.
Nuestro
productor
Luis
Trelles
pasó
doce
días
seguidos
documentando
las
protestas
y
nos
trae
esta
historia
desde
la
barricada
que
se
convirtió
en
un
símbolo
de
la
resistencia
en
Puerto
Rico.
Aquí
Luis.
El
jueves
24
de
julio,
dos
días
después
del
paro
nacional,
la
isla
entera
se
despertó
con
un
frenesí
de
especulaciones.
Las
protestas
habían
paralizado
el
país.
Ricky
era
un
gobernador
asediado
en
su
propia
isla
y
los
rumores
de
que
su
renuncia
era
inminente
estaban
en
todos
lados.
Continúan
las
protestas
en
Puerto
Rico
en
medio
de
fuertes
rumores
de
que
el
gobernador
Ricardo
Rosselló
renunciará
de
forma
inminente.
Y
lo
que
están
diciendo
los
medios
locales,
los
periodistas
puertorriqueños,
es
que
él
ya
está
planeando
su
sucesión.
Y
se
dice
más
o
menos
que
la
información
estaría
saliendo
alrededor
del
mediodía.
Por
supuesto
muy
pendientes
de
lo
que
pase
en
Puerto
Rico…
Los
gobernadores
de
Puerto
Rico
viven
y
trabajan
en
La
Fortaleza
un
palacio
del
tiempo
de
los
españoles
que
queda
en
una
esquina
del
Viejo
San
Juan.
Es
una
mansión
hecha
para
defender
una
ciudad
colonial,
de
muros
intimidantes
que
se
alzan
sobre
la
bahía
con
un
color
azul
pastel
que
se
mezcla
con
el
cielo
y
el
verdeazul
del
mar.
La
intersección
de
las
dos
calles
que
llevan
al
portón
principal
se
convirtió
en
el
kilómetro
cero
de
las
protestas.
Era
allí
donde
se
congregaba
la
gente
para
pedir
que
Ricky
se
fuera
y
que
se
fuera
ya.
Y
ese
día,
los
manifestantes
comenzaron
a
llegar
desde
temprano.
La
administración
de
Rosselló
había
convocado
una
conferencia
de
prensa
muy
esperada
para
las
cinco
de
la
tarde.
Cuando
llegó
la
hora,
varios
medios
locales
y
de
Estados
Unidos,
incluso
medios
internacionales,
empezaron
a
transmitir
en
vivo:
Y
la
escena
que
se
veía
en
los
televisores
y
las
transmisiones
para
redes
sociales
era
caótica.
Varias
docenas
de
reporteros
y
camarógrafos
estaban
amontonados
en
un
salón
que
evidentemente
era
demasiado
pequeño
para
tanta
gente.
Y
mientras
transmitían
en
vivo,
se
podía
escuchar
el
cansancio
en
sus
voces.
Saben
que
el
país
está
en
una
gran
expectativa
sobre
la
posible
renuncia
del
gobernador
Ricardo
Rosselló
Nevares.
Se
esperaba
que
esa
renuncia
fuera
el
día
de
hoy.
Hasta
el
momento
eso
no
se
ha
dado.
Sin
embargo
todavía
no
tenemos
ningún
detalle
sobre
lo
que
sucederá
aquí.
Yo
también
estaba
viendo
las
transmisiones
desde
mi
celular.
Había
llegado
hasta
las
protestas
frente
a
La
Fortaleza.
Todavía
no
había
caído
la
noche
y
ya
había
miles
de
personas
allí.
Era
la
misma
escena
que
se
había
repetido
en
los
últimos
once
días.
Un
mar
de
familias,
jóvenes,
banderas,
tambores.
Todo
concentrado
en
una
estrechísima
intersección
de
dos
calles
que
fueron
construidas
en
el
siglo
XVI.
Lo
que
separaba
a
los
manifestantes
de
La
Fortaleza
eran
400
metros
y
una
barricada
hecha
con
unos
15
bloques
de
cemento
que
llegaban
hasta
la
cintura
de
los
manifestantes.
Solo
eso.
Y
muchos
policías.
Desde
adentro
de
La
Fortaleza,
algunos
periodistas
estaban
reportando
que…
Desde
acá
se
puede
observar
mayor
movimiento
de
Fuerza
de
Choque
dirigiéndose
a
la
Calle
Fortaleza
donde
están
los
manifestantes.
La
Fuerza
de
Choque,
así
es
como
se
conoce
a
la
policía
antimotines
en
Puerto
Rico.
Ese
día
había
más
oficiales
que
en
días
anteriores.
Y
frente
a
los
policías,
con
los
bloques
de
cemento
de
por
medio,
estaban
los
manifestantes
de
primera
fila:
los
que
habían
recibido
golpes
y
varias
rondas
de
gases
lacrimógenos
en
las
protestas
recientes.
Decidí
ver
las
manifestaciones
desde
donde
estaban
ellos.
Todo
apuntaba
a
que
ese
día
sería
histórico
y
la
barricada,
con
su
energía
rabiosa
y
rebelde,
parecía
ser
el
mejor
lugar
para
documentarlo.
Empecé
a
abrirme
paso
entre
la
gente
al
atardecer.
No
fue
fácil.
Las
calles
del
Viejo
San
Juan
son
irregulares,
están
llenas
de
adoquines
resbalozos.
Es
difícil
caminarlas
en
un
día
normal.
Avanzar
entre
miles
de
manifestantes
protestando
hombro
a
hombro
—en
medio
del
calor
caribeño
y
el
ruido
ensordecedor
de
las
consignas
y
los
tambores—
era
casi
imposible.
Fui
a
paso
de
hormiga,
pero
finalmente
llegué.
Encima
de
la
barricada
había
unos
20
manifestantes
que
se
alzaban
sobre
la
gente.
Me
acerqué
a
una
señora
que
tenía
una
bandera
de
Puerto
Rico
sin
color,
en
blanco
y
negro.
En
la
isla
se
le
conoce
como
la
bandera
de
luto.
La
señora
se
llamaba
Yomari
y,
cuando
hablé
con
ella,
pude
ver
que
la
poca
paciencia
que
le
quedaba
a
los
manifestantes
se
estaba
acabando.
Primero
estamos
esperando
que
aunque
no
renuncie,
que
por
lo
menos
nos
la
cara,
pero
que
no
se
esconda.
Que
hable
claro.
¿Y
hasta
cuándo
piensas
estar
aquí?
¿Yo?
Hasta
que
ese
cabrón
se
vaya
de
allá
adentro.
Yo
voté
por
él
y
lo
puse
ahí.
O
sea,
yo
me
siento
con
la
responsabilidad
de
bajar
a
ese
hijueputa
de
allá
arriba.
Mientras
tanto,
la
conferencia
de
prensa
dentro
de
La
Fortaleza
se
estaba
demorando.
Mucho.
Los
periodistas
llevaban
dos
horas
encerrados
esperando
a
que
comenzara
y
se
estaban
desesperando.
En
una
movida
de
último
segundo
los
mandaron
a
un
patio
afuera
del
edificio
principal.
Y
los
periodistas
no
estaban
contentos.
Atropellada
la
manera
en
que
se
está
trabajando
con
los
miembros
de
la
prensa.
Estamos
esperando
tal
vez
al
gobernador,
y
tal
vez
no.
Como
pueden
escuchar
los
miembros
de
la
prensa
bastante
molestos
con
la
situación
que
se
está
dando
aquí.
Improvisaciones,
nada
va
a
quedar
bien…
A
eso
de
las
siete
de
la
noche
salió
uno
de
los
asesores
principales
de
Ricardo
Rosselló
y
tan
pronto
lo
vieron,
los
periodistas
explotaron.
Ni
siquiera
el
gobernador
Ricardo
Rosselló,
sino
el
secretario
de
asuntos
públicos.
Más
fuerte,
tiene
que
hablar
duro,
porque
nos
están
maltratando
aquí.
¡No
escuchamos!
¡No
escuchamos!
Esto
es
una
falta
de
respeto
a
la
prensa.
¡No
escuchamos!
Y
lo
que
dijo
el
funcionario…
Hoy,
el
señor
gobernador
Ricardo
Rosselló
se
estará
dirigiendo
hacia
el
pueblo
de
Puerto
Rico
directamente.
¿A
qué
hora?
En
un
mensaje
que…
que
se
encuentra
trabajando
al
momento.
La
hora,
no
la
tengo
al
momento.
Les
pido…
Provocó
más
preguntas
que
respuestas.
Pero
en
vez
de
contestar
las
preguntas
de
los
medios,
el
funcionario
volvió
a
entrar
a
La
Fortaleza
lo
más
rápido
que
pudo.
Muchas
gracias
y
buenas
tardes.
What
is
he
saying?
Say
it
in
English!
¿Es
en
serio?
¡Esto
es
irresponsable!
Afuera
también
estaban
siguiendo
el
caos
que
había
adentro
de
La
Fortaleza.
Son
las
7:40
de
la
noche
y
el
gobernador
dizque
está
escribiendo
algo
para
decirle
al
pueblo.
Esta
es
Ivette,
una
estudiante
universitaria
que
conocí
en
la
barricada
y
que
estaba
siguiendo
las
transmisiones
en
vivo
desde
su
celular.
Oye
y
mi
pregunta
es:
¿tan
difícil
es
hablarle
genuinamente
al
pueblo
del
corazón?
¿Y
no
puedes
dar
la
renuncia
y
ya?
Sabes
qué,
¿tienes
millones
de
personas
en
la
calle
protestando
para
que
te
vayas
y
no
te
quieres
ir?
La
renuncia
ya
no
se
veía
como
algo
seguro.
Y
los
manifestantes
como
Ivette
anticipaban
lo
peor.
Si
el
anuncia
aquí
que
no
va
a
renunciar,
la
gente
va
a
estar
bien
molesta.
Y
todo
lo
que
ocurra
aquí
luego
de
que
él
ese
anuncio
es
culpa
de
él,
no
es
culpa
del
pueblo.
Con
el
paso
de
las
horas,
la
energía
de
los
manifestantes
se
hacía
mucho
más
intensa
el
ritmo
de
los
tambores
era
más
insistente
y
las
consignas,
mucho
más
cargadas.
Ya
no
le
estaban
pidiendo
que
renuncie,
le
estaban
dando
un
ultimátum.
¡Arriba!
¡Abajo!
¡Ricky
p’al
carajo!
¡Arriba!
¡Abajo!
¡Ricky
p’al
carajo!
¡Arriba!
¡Abajo!
¡Ricky
p’al
carajo!
A
las
ocho
de
la
noche,
los
reportes
que
salían
de
La
Fortaleza
comenzaron
a
cambiar
y
las
noticias
ahora
eran
muy
distintas.
Ha
cambiado
dramáticamente
el
ambiente
durante
las
últimas
horas.
Aquí
en
La
Fortaleza
la
tensión
es
todavía
mayor
ante
lo
que
parece
ser
un
tranque
o
una
intención
del
gobernador
de
realmente
no
presentar
su
renuncia.
Luego
de
prometer
un
anuncio
importantísimo,
el
gobernador
y
sus
funcionarios
desaparecieron
de
nuevo.
Y
ante
el
vacío
absoluto
de
información,
los
rumores
y
las
especulaciones
empezaron
a
reinar
de
nuevo
Esta
vez
sobre
el
estado
de
ánimo
del
gobernador.
La
información
que
nos
ha
llegado
en
esta
noche
es
que
hay
muchas
personas
al
interior
aquí
de
la
mansión
ejecutiva
preocupados
por
su
estado
de
salud
mental,
por
su
estabilidad.
Y
que
ahora,
cuando
ya
se
entendía
que
estaban
a
punto
de
poner
un
punto
final
a
toda
esta
controversia,
el
gobernador
ha
—aparentemente—
decidido
que
eso
no
será
así.
Y
si
adentro
de
La
Fortaleza
todo
era
incertidumbre
y
parálisis,
justo
afuera
en
la
barricada
todo
era
movimiento.
De
un
lado
llegaban
más
agentes
de
la
fuerza
de
choque,
armados
con
gases
lacrimógenos
y
palos
de
plástico
reforzado,
en
Puerto
Rico
se
conocen
como
macanas.
Del
lado
de
los
manifestantes
llegaba
más
gente
joven
para
treparse
en
la
barricada.
Algunos
se
cubrían
la
cara
con
bandanas
son
conocidos
como
“los
encapuchados”
suelen
ser
los
manifestantes
más
intensos,
los
que
se
ponen
en
la
primera
fila
para
aguantar
balas
de
goma
y
gas
pimienta
de
la
policía.
Los
que
se
treparon
al
lado
mío
vinieron
preparados.
Eran
dos
chicos
y
una
chica
de
no
más
de
22
o
23
años.
Uno
de
ellos
sacó
una
máscara
de
gas
de
su
mochila
y
se
la
pasó
al
otro.
Leo,
la
máscara
que
querías.
Contrario
a
sus
dos
compañeros,
la
chica
no
llevaba
la
cara
cubierta.
La
escuché
hablando
de
las
rutas
de
escape
que
iban
a
utilizar
cuando
la
policía
empezara
a
tirar
gases.
Me
contó
que
ya
lo
había
tenido
que
hacer
antes.
Cuando
la
última
vez,
yo
corrí
para
el
Parque
de
las
Palomas,
que
yo
puedo
seguir
corriendo
vertical
porque
el
aire
viene
del…
del
mar
y,
al
ellos
tirar
los
gases,
me
van
a
caer.
Sabía
exáctamente
qué
calles
tomar
para
evitar
la
dirección
del
viento
y
así
evitar
los
gases
lacrimógenos.
Pero
los
manifestantes
como
ella
no
iban
a
correr
para
escapar.
Y
nos
vamos
a
encontrar
otra
vez
más
al
frente
en
esta…
en
esto
mismo.
Porque
ahí…
la
idea
es
volver
a
reunir…
¡Volver,
volver!
Porque
esto
se
trata
de
resistencia
y
aquí
no
vamos
a
parar
hasta
que
él
se
vaya.
Me
hablaba
como
si
la
confrontación
fuera
inevitable,
como
si
estuviera
segura
de
que
Ricky
no
iba
a
renunciar,
y
que
la
policía
iba
a
desalojar
a
los
manifestantes
a
la
fuerza.
Esa
posibilidad
me
asustaba.
Era
imposible
saber
cuántas
personas
había
en
esa
intersección.
¿Tres
mil?
¿Cinco
mil?
¿Más?
Eran
muchísimos
y
no
parecían
estar
preparados
para
enfrentar
a
la
Fuerza
de
Choque.
La
chica
de
la
barricada
lo
podía
ver
también.
Era
jueves
y
el
público
era
distinto
al
de
unos
días
atrás,
cuando
se
enfrentó
a
la
policía
antimotines.
Ahora
mismo
yo
veo
más
gente
mayor
y
niños
que
el
mismo
lunes.
So,
yo
pienso
que
sería
tan
irresponsable
de
ellos
empezar
a
tirar
gases
porque
ahora
mismo
aquí…
Actually,
está
más
calmado
que
el
mismo
lunes.
Lo
peor
que
podía
pasar
era
que
alguien
finalmente
perdiera
la
paciencia.
Podría
ser
un
manifestante
que
le
tirara
una
botella
a
la
Fuerza
de
Choque
o
quizás
un
policía
nervioso
que
tirara
una
granada
de
gases
sin
provocación.
Cualquier
movida
en
falso
podría
resultar
en
una
estampida
violenta
y
eso
podía
dejar
heridos,
o
algo
mucho
más
grave.
A
eso
de
las
diez
de
la
noche,
el
público
le
abrió
paso
a
un
grupo
que
estaba
tratando
de
llegar
a
la
barricada.
Los
chicos
que
estaban
al
lado
mío
los
reconocieron
enseguida.
Nicky
Jam,
PJ
Sinsuela,
Calle
13.
Todo
el
mundo.
Eran
raperos,
estrellas
muy
conocidas
y
queridas
en
Puerto
Rico.
Y
al
frente
del
grupo
iba
René
Pérez,
mejor
conocido
como
Residente.
Estaban
tratando
de
llegar
hasta
la
primera
línea
para
hablarle
al
público.
Y
aquí
hay
que
mencionar
que
artistas
como
ellos
habían
tenido
un
rol
muy
importante
en
las
protestas.
Junto
a
Bad
Bunny,
la
cantante
iLe,
Ricky
Martin
y
varios
otros,
Residente
había
sido
esencial
para
regar
la
voz
de
las
manifestaciones
y
ayudar
a
que
se
hicieran
masivas.
Todos
ellos
habían
hecho
llamados
a
través
de
las
redes
sociales
y
luego
se
unieron
a
las
protestas.
Ahora
que
parecía
que
el
gobernador
no
iba
a
renunciar,
Residente
reapareció.
Fue
una
intervención
que
evidentemente
no
estaba
planificada.
No
tenía
micrófono
o
parlantes,
ni
siquiera
un
altavoz.
Aún
así
le
habló
a
los
manifestantes
como
pudo.
Yo
lo
grabé
desde
mi
esquina
de
la
barricada.
Nosotros
no
queremos
guerra,
queremos
paz.
Pero
si
esos
cabrones
joden
con
nosotros…
(público
grita).
Era
un
mensaje
para
pedir
que
las
protestas
se
mantuvieran
pacíficas.
Nos
vamos
a
manifestar
pacíficamente,
pacíficamente.
El
pueblo
habló.
El
gobernador
tiene
que
renunciar.
Nos
hizo
esperar
como
diez
horas
el
cabrón.
Está
jodiendo
con
nosotros.
Y
también
le
pedía
a
los
manifestantes
que
no
bajaran
la
guardia.
¡Somos
más
y
no
tenemos
miedo!
¡Somos
más
y
no
tenemos
miedo!
¡Somos
más
y
no
tenemos
miedo!
¡Somos
más
y
no
tenemos
miedo!
Mientras
los
manifestantes
retomaban
las
consignas,
Residente
se
dio
la
vuelta
para
hablar
con
los
policías
que
estaban
del
otro
lado.
Piensen
que
hay
niños
ahí.
Yo
acabo
de
retratarme
como
con
400
niños.
Aunque
Ricardo
Rosselló
—que
no
le
importa—
les
diga
que
tiren,
ustedes
no
tienen
que
tirar
Y
les
pidió
que
piensen
en
los
niños
que
estaban
en
el
público
antes
de
tirar
gases
lacrimógenos.
Unos
minutos
antes
de
que
dieran
las
once
de
la
noche,
Residente
se
fue.
Su
participación
había
sido
estratégica,
una
manera
de
atraer
con
su
fama
a
las
cámaras
de
televisión
y
de
esa
manera
poner
el
foco
en
lo
que
estaba
pasando
frente
a
La
Fortaleza.
Y
es
que
en
ese
momento
la
isla
entera
estaba
pegada
a
las
noticias
en
vivo,
siguiendo
cada
acontecimiento
de
una
noche
que
no
parecía
tener
fin.
Con
su
acercamiento
a
la
barricada,
Residente
ponía
las
acciones
de
la
policía
bajo
la
lupa
de
la
opinión
pública.
Las
once
de
la
noche
se
había
convertido
en
la
mala
hora
de
las
protestas.
En
días
anteriores,
más
o
menos
a
esa
hora
comenzaban
las
movidas
de
la
Fuerza
de
Choque
contra
los
manifestantes.
Los
organizadores
que
estaban
en
la
barricada
lo
sabían,y
trataron
de
poner
en
marcha
una
nueva
estrategia.
Una
chica
joven,
otra
manifestante
de
primera
línea,
le
pidió
a
los
demás
que
se
sentaran,
para
convertir
las
protestas
en
un
acto
de
desobediencia
civil.
Los
que
estén
conmigo
y
se
quieran
sentar
conmigo
en
el
piso
para
demostrar
que
venimos
en
paz
y
no
en
guerra.
Y
entonces
ocurrió
lo
que
muchos
se
temían.
Que
se
sienten
en
el
piso
conmigo…
(sonido
de
petardo).
Alguien
—no
se
sabe
si
los
manifestantes
o
la
policía—,
encendió
un
petardo,
justo
el
tipo
de
incidente
que
había
provocado
un
avance
violento
de
la
policía
en
días
anteriores.
Esta
vez
el
público
reaccionó
de
manera
inmediata.
¡P’al
piso!
¡P’al
piso!
¡P’al
piso!
¡P’al
piso!
Y
empezaron
a
pedir
a
coro
que
todos
se
sentaran.
De
momento,
miles
de
manifestantes
se
agacharon.
Era
una
oleada
tras
otra
de
personas
sentándose.
¡Sién-ta-te!
¡Sién-ta-te!
Queremos
hacer
un
minuto
de
silencio…
Pero
era
imposible
que
la
escucharan.
En
un
movimiento
espontáneo
como
este,
los
organizadores
no
eran
profesionales.
Eran
jóvenes
que
intentaban
evitar
lo
peor.
Ni
siquiera
contaban
con
un
sistema
de
sonido.
¡Shhhhhh!
Pasen
el
mensaje…
Unos
minutos
después
finalmente
apareció
un
altavoz.
Buenas
noches,
¿me
escuchan?
¡Sí!
Y
la
organizadora
siguió…
Estamos
tratando
de
hacer
un
minuto
de
silencio
por
las
víctimas
de
María.
El
minuto
comienza
ahora.
Hasta
ese
momento
las
protestas
se
habían
definido
por
el
sonido:
de
las
consignas,
del
ritmo,
de
la
música.
El
volumen
era
cada
vez
más
alto,
se
sentía
como
una
manera
de
lograr
que
se
escuchara
la
furia
y
la
indignación.
Este
silencio
era
distinto.
Se
alimentaba
de
la
tristeza
y
del
dolor
de
pensar
que
miles
de
puertorriqueños
murieron
luego
del
huracán
María,
y
que
un
mejor
gobierno
los
hubiera
podido
ayudar.
Poco
después
se
comenzó
a
regar
la
voz:
la
transmisión
del
mensaje
del
gobernador
comenzaría
en
cualquier
momento.
Y
claro,
el
manejo
de
las
comunicaciones
oficiales
había
sido
tan
desastroso,
que
dudé
de
si
realmente
habría
un
mensaje.
Cuando
vi
a
un
grupo
de
manifestantes
colocando
parlantes
gigantes
entre
la
gente
pensé
que
esta
vez
habría,
finalmente,
algún
tipo
de
anuncio.
Y
entonces
me
entró
otra
duda:
¿y
si
no
renunciaba?
¿Qué
iba
a
pasar
con
tanta
rabia
concentrada
frente
a
La
Fortaleza?
A
las
11:30
de
la
noche
Ricky
Rosselló
finalmente
dio
la
cara.
Los
manifestantes
lo
vieron
aparecer
en
las
pantallas
de
sus
celulares,
en
los
monitores
que
algunas
cadenas
de
televisión
habían
puesto
en
la
calle.
Se
veía
flaco
y
pálido,
disminuído
en
una
silla
que
le
quedaba
demasiado
grande.
Durante
los
pasados
días,
muchos
de
ustedes
han
estado
ejerciendo
su
derecho
a
la
libertad
de
expresión.
El
reclamo
ha
sido
contundente
y
lo
he
recibido
con
el
más
alto
grado
de
humildad.
Fue
un
mensaje
extraño,
que
comenzó
con
un
repaso
del
trabajo
que
había
hecho
en
poco
más
de
dos
años
como
gobernador.
Así,
y
contra
todo
pronóstico,
logramos
aprobar
el
primer
plan
fiscal
y
la
política
pública
del
plan
para
Puerto
Rico.
Y
así
siguió
por
varios
minutos.
Pensé
lo
peor.
De
momento
se
me
ocurrió
que
estaba
ofreciendo
una
lista
de
logros
para
luego
anunciar
que
se
quedaría
como
gobernador.
Hasta
el
final…
Luego
de
escuchar
el
reclamo,
hablar
con
mi
familia,
pensar
en
mis
hijos
y
en
oración,
he
tomado
la
siguiente
decisión.
Con
desprendimiento,
hoy
les
anuncio
que
estaré
renunciando
al
puesto
del
gobernador,
efectivo
el
viernes
2
de
agosto…
(gritos).
Renunció.
Eso
era
lo
único
que
la
gente
quería
escuchar.
Nunca
había
visto
una
celebración
como
esa
en
Puerto
Rico.
La
barricada
estuvo
a
punto
de
caerse,
no
por
la
policía,
sino
por
el
peso
de
docenas
y
docenas
de
manifestantes
que
se
trepaban
para
bailar
y
brincar.
Al
lado
mío,
la
chica
que
unas
horas
antes
hablaba
de
rutas
de
escape
y
estrategias
para
seguir
protestando,
celebraba
sin
parar.
Oye,
¿qué
tal?
¿Qué?
¿Cómo
te
sientes?
¡Estoy
tan
y
tan
feliz
que
no
es
ni
normal!
Lo
que
dice
es:
“Estoy
tan
feliz,
que
no
es
normal”.
Tenía
razón.
Los
puertorriqueños
llevamos
tanto
tiempo
derrotados
por
la
corrupción
y
la
negligencia
de
nuestros
gobernantes,
que
exigir
un
cambio
parecía
una
causa
perdida.
Pero
por
lo
menos
en
esa
noche
de
verano
algo
grande
se
había
logrado.
Y
finalmente
había
algo
que
celebrar
en
Puerto
Rico.
Ricardo
Rosselló
dejó
La
Fortaleza
el
2
de
agosto.
Hubo
una
crisis
constitucional
después
de
su
salida,
y
Puerto
Rico
tuvo
tres
gobernadores
en
menos
de
una
semana.
Desde
la
renuncia
ha
surgido
un
movimiento
de
asambleas
de
pueblo,
con
gente
que
se
reúne
en
toda
la
isla
para
discutir
enmiendas
a
la
Constitución.
Esta
historia
fue
producida
por
Luis
Trelles.
Vive
en
San
Juan.
Gracias
a
Carla
Minet,
Directora
Ejecutiva
del
Centro
de
Periodismo
Investigativo
de
Puerto
Rico,
y
a
Laura
Moscoso,
Rígel
Lugo,
Sofía
Gallisá
y
Yarimar
Bonilla.
Este
episodio
fue
editado
por
Camila
Segura
y
por
mí.
El
diseño
de
sonido
es
de
Andrés
Azpiri
con
música
de
Remy
Lozano.
Andrea
López
Cruzado
hizo
el
fact
checking.
El
resto
del
equipo
de
Radio
Ambulante
incluye
a
Lisette
Arévalo,
Gabriela
Brenes,
Jorge
Caraballo,
Victoria
Estrada,
Miranda
Mazariegos,
Patrick
Moseley,
Laura
Rojas
Aponte,
Barbara
Sawhill,
David
Trujillo,
Elsa
Liliana
Ulloa,
Luis
Fernando
Vargas
y
Joseph
Zárate.
Carolina
Guerrero
es
la
CEO.
Radio
Ambulante
se
produce
y
se
mezcla
en
el
programa
Hindenburg
PRO.
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Ambulante
cuenta
las
historias
de
América
Latina.
Soy
Daniel
Alarcón.
Gracias
por
escuchar.
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Muchas veces recibimos esta pregunta: ¿qué podemos hacer para apoyar al podcast? Bueno, tenemos un programa de membresías, tenemos un app para aprender español y, para los Ambulantes en los Estados Unidos, también pueden apoyar a NPR. Si les gusta lo que hacemos y si también disfrutan de los otros programas de NPR, por favor consideren apoyar a su emisora de radio pública local. Pueden hacerlo entrando a la página donate.npr.org/RadioAmbulante. Donate se deletrea: D-O-N-A-T-E. Donate, en inglés. Repito: donate.npr.org/Radio Ambulante. Bienvenidos a Radio Ambulante desde NPR. Soy Daniel Alarcón. Hoy vamos a empezar con la historia de un grupo de periodistas puertorriqueños. Mi nombre es Omaya Sosa Pascual. Soy cofundadora del Centro de Periodismo Investigativo y periodista del Centro. En Puerto Rico, el Centro de Periodismo Investigativo es reconocido por sus reportajes de mucho impacto. Aquí en Radio Ambulante hemos colaborado de cerca con ellos en varias ocasiones. Es la organización que ayudó a revelar el verdadero número de muertes del huracán María, por ejemplo, comprobando que la cifra oficial del gobierno era falsa. Ha investigado temas de corrupción, de daños ecológicos y de la influencia de empresas multinacionales en la isla. O sea, se dedican a destapar lo que los políticos y empresarios por lo general tratan de esconder. En el verano del 2019, Omaya ya había empezado una investigación de corrupción dentro de la administración de Ricardo Rosselló, el gobernador de Puerto Rico, cuando sucedió esto: El FBI madrugó para diligenciar una acusación emitida ayer por un gran jurado federal, por el que fueron imputadas la exsecretaria de educación Julia Kelleher, la exdirectora de ASES, Ángela Ávila. El fraude con fondos federales asciende a unos 15.5 millones de dólares. La exsecretaria de educación, la exdirectora del seguro de salud del gobierno y otras cuatro personas que trabajaban con ellas, todos con órdenes de arresto del FBI. Las acusaciones coincidían con algunos temas de investigación del Centro y por eso, cuando Omaya y sus compañeros escucharon las noticias, lo primero que pensaron fue en sacar su propia investigación lo antes posible. Las órdenes de arresto se emitieron el 10 de julio. Y justo en esa semana, una fuente que nunca se ha identificado públicamente se acercó a Omaya para decirle que tenía acceso a unos mensajes privados del gobernador. Un chat entre Rosselló y sus asesores más íntimos. La fuente es una fuente mía de muchísimos años, que nunca me ha fallado. Y esa fuente le dijo… “Yo se lo voy a entregar a cuatro periodistas en los cuales confío en Puerto Rico. Solamente esos cuatro, que me parecen que son periodistas íntegros. Tú eres una de ellas”. Y me dice que van a estar filtrando pedazos. O sea, que no iba a entregar el chat completo. Pero la fuente le adelantó que lo que salía en esos pocos mensajes era explosivo. La fuente de Omaya también le dijo que tenía más de 800 páginas de mensajes. Pero por el momento, solo le había mostrado diez. Omaya y el Centro optaron por no publicar. Porque yo no sé qué está escondiendo el resto del chat que no me están entregando. Si este chat tiene 889 páginas y me estás entregando diez. Oye, ¿qué dicen las otras 879? Pero los otros periodistas sí publicaron. Salieron tres fragmentos del chat en tres días. Y tal como le había dicho la fuente, el impacto fue inmediato. Un chat en una aplicación de mensajes cobra un rol protagónico en la presente administración Rosselló. Una serie de mensajes donde vemos al gobernador insultando mujeres y sobre todo con comentarios que no podemos publicar a través de televisión. Eran mensajes llenos de insultos y burlas dirigidos a personas que se oponían a la agenda del gobierno de Rosselló. La historia se complicó cuando empezaron a surgir rumores: nuevos pedazos del chat estaban a punto de salir y que iban a ser aún más gráficos que los otros. Omaya recuerda que escuchó rumores insistentes. Uno de los nuevos pedazos… Hablaba de… de que tenían… quisieran ver a una periodista televisiva muy conocida aquí en cuatro. O sea que se ponían, este, vamos a decir, ofensivos, irrespetuosos y asquerosos. Pero esos nuevos mensajes eran falsos. Omaya se enteró cuando habló con su fuente anónima. En una de esas llamadas que yo le hago me dice: “Eso no es parte del documento”. Era una campaña de desinformación. No se sabe quién la estaba llevando a cabo, pero queda claro que los pedazos falsos del chat tenían un propósito muy específico. Confundir a toda la ciudadanía y decir: “Esto… Nada de esto vale. Esto todo es basura”, ¿no? Querían sembrar la duda con mensajes falsos y desvirtuar los mensajes que sí eran reales para lograr que la gente perdiera interés en el escándalo. Y, claro, todo esto ayudaría a que el gobernador sobreviviera la crisis. Por eso Omaya volvió a contactar a su fuente: Y ahí yo digo: “Me lo tienes que entregar completo”. Necesitaba todas las páginas del chat antes de que fuera demasiado tarde. Estuvo un día completo negociando con su fuente y al final… Logramos vernos… en horas de la noche y yo, eh, me voy con un… un pendrive pequeño, con todo lo que está ahí supuestamente metido. Tenía 889 páginas de mensajes en la memoria portátil. Era mucho material y había que corroborarlo todo antes de publicarlo. Una buena parte de ese trabajo le tocó a Luis Valentín, un colega de Omaya que estaba investigando casos de corrupción junto a ella. Y yo me empiezo a mover con una fuente, eh, mía, principal, que básicamente empieza a corroborar todo. Luis tenía una fuente distinta a la de Omaya. Y son fuentes totalmente desligadas, que no comparten básicamente nada, excepto ser bien cercanos al… al grupo del gobernador y tener, eh, conocimiento personal del chat. También tenían que verificar fechas y datos de todo lo que se mencionaba en los mensajes. Era muchísimo. La editora del Centro y otros miembros del equipo los estaban apoyando. Corroborar cada detalle, hasta el más mínimo y la necesidad de publicar lo antes posible estaba creando un ambiente muy complicado en la redacción. Fueron unos días bien intensos. Discutimos mucho. Peleamos (risas) a gritos en la oficina. Aquí viene el color de la historia (risas). Este… Pues, era un intenso debate, donde este individuo es mi mejor fuente de corroboración. O sea, hasta el último día era el abogado del diablo todo el tiempo, ¿no? Omaya tenía urgencia de publicar, antes de que los chats se perdieran en un mar de desinformación. Luis era un poco más cauteloso. Lo que publicaran tenía que estar “blindado” a prueba de balas de manera que el gobernador y su equipo no pudieran refutar una sola palabra. Y en ese sentido, tenían un arma secreta: la confiabilidad de sus fuentes anónimas. Porque no estamos hablando de que nos llegó un paquete anónimo a la oficina y abrimos y publicamos. O sea, estamos hablando de que teníamos relaciones previas. Conocíamos a las personas con las que estábamos hablando. El sábado 13 de julio publicaron una nota corta, de unas 800 palabras, que presentaba algunos de los intercambios más controversiales en los mensajes. Lo más importante: colgaron el chat completo en la página web del centro. Omaya y Luis me contaron que eran las tres de la mañana cuando finalmente subieron la nota. Y la noticia recorrió la isla como pólvora. El Centro de Periodismo Investigativo publicó hoy 889 páginas del controvertible chat de Telegram. Contiene lenguaje homofóbico sobre líderes de la oposición, también hay referencias despectivas contra miembros de la prensa. Uno de los temas discutidos y que toca una fibra en el país es la cifra de muertes como resultado del huracán María. Christian Sobrino, representante del gobierno, escribe: “Ahora que estamos en este tema, ¿no tenemos algún cadáver para alimentar a nuestros cuervos?”. Había muchísimas revelaciones nuevas. El gobernador y sus ayudantes se burlaban de los cadáveres acumulados luego del huracán María. Fue una cosa… una bomba. Fue como si prendiéramos un cerillo y de repente explotara todo, eh, a la vez. Los arrestos federales y las primeras filtraciones del chat, todo eso sucedió en la semana del 8 de julio. Hubo algunas manifestaciones, pero con la publicación del chat completo cinco días después, todo cambió. A partir de ese momento, 13 de julio, las protestas ya eran diarias y se hacían cada vez más grandes. Cuatro días después de publicar todos los mensajes, Omaya y Luis Valentín publicaron otra historia: había 12 participantes en el chat, todos hombres. Tres de ellos eran cabilderos y consultores privados, gente que no era parte del gobierno, que tenían conflictos de intereses porque representaban a empresas privadas y otros clientes, y que aun así se beneficiaban de la información confidencial que se compartía en el chat. La investigación del Centro revelaba que ese grupo tenía un esquema para otorgar contratos de gobierno a cambio de dinero. Era una noticia gigantesca y salió justo cuando el descontento con Ricardo Rosselló estaba llegando a sus niveles más altos. Esta investigación la logramos amarrar y publicarla como estaba en ese momento en medio de una de las protestas más grandes que se estaba dando. Todo el mundo se paró en la protesta a leer los celulares. ¡Ricky renuncia! ¡Ricky renuncia! ¡Ricky renuncia! ¡Ricky renuncia! Y es que fue ese mismo día que se dio la primera gran protesta para exigir la renuncia del gobernador. Todos los manifestantes tenían la misma consigna: “Ricky renuncia”. Y no era solo por los insultos. También era la corrupción, las décadas de mal gobierno y los fracasos de la administración de Rosselló tras el huracán María. Ese fue el comienzo de un movimiento masivo y espontáneo que siguió creciendo durante el verano. Nuestro productor Luis Trelles lo vio de cerca, y nos trae la historia de un levantamiento popular que nadie se esperaba y, una vez que llegó, dejó a muchos puertorriqueños preguntándose por qué tardó tanto en estallar. Y vamos a comenzar con una anécdota, entre tantas, que demuestra algo importante de estas protestas puertorriqueñas: la creatividad, el humor, la audacia. Desde San Juan, Luis nos trae la historia. Tres días después de que el Centro de Periodismo Investigativo publicara el chat completo, un trío de mujeres entraron a una oficina de gobierno. Las tres tenían más de sesenta años. Eran ciudadanas comunes y corrientes. La oficina a la que entraron era un CESCO, el lugar donde se tramitan licencias de conducir y se pagan multas de tránsito, cosas así. Ahí había muchísima gente, que eso era algo que yo quería, que hubiera gente, que hubiera público. Ella es Lourdes Muriente, la líder del grupo. Y digo líder, porque realmente esas tres mujeres no fueron a esa oficina a renovar una licencia, o algo parecido. Lourdes había reclutado a dos amigas para realizar un operativo que reflejara la indignación que sentían contra el gobernador. Tenían una misión. Una misión relacionada a la foto oficial de Ricardo Rosselló, las fotos que se encuentra en todas las oficinas de gobierno. La misión comenzó bien, porque apenas entraron… Vimos que el retrato de Rosselló estaba facilito. En la puerta de la oficina no había ningún guardia. Pero, ya dentro, se dieron cuenta que sí había un guardia de seguridad en la sala de espera. Cuando yo entro, el guardia lo primero que me pregunta es: “¿A qué usted viene?”. Y yo le digo: “No, a hacer una gestión de la licencia”. A pesar de la presencia del guardia, Lourdes y las compañeras decidieron apresurarse, y cruzaron el salón para llegar hasta el retrato de Rosselló. Las acompañaban dos personas más que las grabaron con sus celulares. Uno de los videos comienza justo después de que Lourdes ha bajado el retrato de la pared. Se puede ver que las dos amigas de Lourdes están a cada lado, tratando de darle un poco de espacio, pero no logran evitar que el guardia de seguridad se le acerque para tratar de quitarle el retrato. Me jalaba el retrato, pero sin mucha fuerza. Él… él no impidió realmente que yo bajara el cuadro. Esa era la idea. Bajar el cuadro del gobernador y botarlo a la basura. Y lo que se ve en los videos es a tres mujeres mayores, aferradas al cuadro y a un guardia haciendo un intento muy flojo de quitárselo de las manos. Realmente parece un forcejeo en cámara lenta. Y en medio de eso, Lourdes le habla al público. ¿Quién se siente representado por este sinvergüenza? ¿Quién está indignado? Y entonces yo lo que hice fue que le pregunté a las personas que estaban allí: “¿Ustedes se sienten representadas por este bandido?” Y los que están en la sala de espera responden. ¡Bótalo! ¡Bótalo! En el video se nota que casi todos están a favor de Lourdes y sus compañeras, y que están hartos de Rosselló. Por eso el alboroto. Pero también hubo algunos que se opusieron. En la primera fila de la sala de espera… Estaba sentado un cura. Un cura de sotana. Y para mi sorpresa y desagrado, el cura empieza a regañarme, y a decirme que eso era una falta de respeto. En el video, se ve al cura de espaldas, con su larga sotana negra. Lourdes me dijo que estaba sentado al lado de un señor que lo estaba acompañando. Y cuando Lourdes bajó el cuadro, ese señor se puso a discutir con ella. Aunque el audio no es muy bueno, aquí se escucha a Lourdes discutiendo con el señor, mientras su amiga forcejea con el guardia. Esta vez de verdad. Realmente cuando vi la grabación posteriormente me di cuenta que… que yo grité allí muchísimo y le decía: “¡Este es un charlatán! Porque…” (risa). “¡Este no nos representa! ¡Este es un charlatán!”. Más gente se estaba parando de sus sillas para apoyar a Lourdes. En el video parece como si estuvieran en una competencia de tira y jala. Y el equipo del cura y de los guardias tenía todas las de perder. Y entonces ahí vino un hombre de adentro de las oficinas. Uno de los pocos empleados de gobierno atendiendo al público ese día. Y vino y cogió el retrato y se lo llevó. Y apenas se llevaron la foto del gobernador, el público… ¡Llévatelo! ¡Llévatelo! (aplausos) ¡Llévatelo!”, le gritaban. “¡Llévatelo! ¡Llévatelo!”. Y fue en ese momento que el bando del cura empezó a amenazar a Lourdes y a sus compañeras con llamar a la policía. Y yo le dije: “Llamen a quien ustedes quieran”. Nosotras habíamos dejado el carro estacionado muy cerca. Así que fuimos, nos montamos en el carro y nos fuimos. Y entonces ahí, la verdad es que… que la adrenalina se le va a uno a millón, porque yo… Sabes, esa primera vez, pues, uno está bien excitado, bien contento de lo que habíamos hecho. Lourdes es una abogada de 64 años, una mujer muy elegante, que a primera vista proyecta una seriedad severa. Claro, solo hay que pasar cinco minutos con ella para entender que está muy comprometida con todo tipo de causas sociales, pero que aborda ese activismo con un sentido travieso de que las protestas también pueden ser divertidas. Lo mismo pasa con sus dos compañeras de lucha. Una de ellas se llama Doris Acevedo y es una coronel retirada de la Guardia Nacional de Estados Unidos. La otra era Abigaíl Ramos, una maestra retirada. Esas eran las conspiradoras. Todas se habían sentido obligadas a actuar por la cantidad de insultos y comentarios ofensivos que vieron en el chat. Y yo creo que… que esa fue la gotita que colmó la copa para que las personas se sintieran personalmente ofendidas e indignadas, y necesitadas de dejar saber ese coraje, esa indignación. En el caso de Lourdes, el chat la afectó de una manera aún más personal que a otras personas. Su exesposo, Carlos Gallisá, había sido objeto de una broma pesada en los mensajes, justo en el día de su muerte. Y fue como que me… me revolvió el corazón, ¿tú sabes? Porque digo, uno sabe que algo ha pasado, que estos bandidos habían hecho chiste con la muerte de Carlos. Carlos Gallisá fue representante del Partido Independentista Puertorriqueño y luego también fue parte del Partido Socialista. Era un líder de izquierda muy respetado que trabajó de cerca con miembros de todo el espectro político en la isla. Por eso Lourdes se sintió tan indignada cuando vio la broma en el chat. Lo que más impresiona es que ellos comenzaron el relajo como al minuto de que se supiera públicamente de que Carlos había muerto. El relajo comenzó cuando un consultor de comunicaciones del gobernador envió un mensaje donde compartió la noticia de la muerte de Gallisá. Luego sigue un intercambio intenso entre los asesores para comentar y bromear con la posibilidad de poner la bandera a media asta. Uno de ellos insinúa que se pegaría un tiro si bajan la bandera por Gallisá. Otro menciona que sí deberían poner la bandera a media asta, pero solo por 15 minutos. El asesor en asuntos legales del gobernador tiene la última palabra: “A un 1/4 de asta por 6 horas”. El próximo mensaje es de un asesor en comunicaciones, que contesta: Ja-Ja-Ja”. Quizás otras personas hubieran hecho una protesta más tradicional. Pero Lourdes pensó en otras posibilidades. Ese mismo día sábado, yo…. yo me puse a pensar de qué manera uno puede hacer algo. Y… y yo vengo de la FUPI, la Federación de Universitarios Pro Independencia y nosotros éramos bien creativos. Y es que Lourdes pertenece a una generación de “baby boomers” boricuas que quemaban banderas y brasieres y exigían la independencia de Puerto Rico. Ahí fue que empezó, por lo menos de mi parte, el empujón ese bien grande que… que es como vivir lo que vivíamos en los setenta, cuando yo estaba en la universidad. ¡Que hicimos cantidad de cosas! Lourdes se inspiró en un incidente que había pasado unos meses antes, de una mujer que había tirado una foto de Rosselló al piso en una oficina de gobierno. Luego de cumplir su primera misión, con la adrenalina al máximo, Lourdes y sus dos compañeras se dirigieron a la próxima parada, una oficina del Departamento de la Familia. Pero no había público. Y yo decía: “Caramba, ¿valdrá la pena hacerlo sin público?”. Había una mujer de seguridad sentada almorzando en un escritorio. Porque te digo, todo esto sucedió como al medio día. Lourdes y sus compañeras decidieron entrar como quiera. Y la guardia esa de seguridad ni se levantó. También hay video de esta otra misión. Se ve a las tres conspiradoras entrar al vestíbulo del edificio y van directamente a la pared donde está el retrato del gobernador. Y aunque casi no había público, Lourdes decidió hacer un mensaje breve. Nosotros creemos que esto hay que bajarlo de aquí. En todas las agencias de gobierno sacar esto y botarlo. Y dijo que ella creía que había que bajar ese cuadro de todas las agencias de gobierno. O él renuncia o se va. O renuncia, o se va. Yo agarré el cuadro y lo puse en el piso, y ahí nadie se inmutó. Y mientras salían, las otras dos compañeras empezaron a gritar el coro de una canción de trap. Un remix de una canción que había sido todo un éxito el verano anterior: De mi vida lo saqué, ¡te boté!, ¡te boté! Te di banda y te solté… Todo esto pasó tres días después de que el chat completo se hiciera público. Los videos de lo que pasó en esas dos oficinas de gobierno llegaron a las redes sociales y docenas de personas se inspiraron y fueron a su oficina de gobierno más cercana para hacer lo mismo. Y fue increíble la cantidad de personas que posteriormente hizo eso. Y empezaron a postearlo, en Facebook, en distintos puntos de la isla. En esa semana, ver una foto oficial de Ricky Rosselló en el suelo se convirtió en una imagen bastante común. Pero no todos los cuadros terminaron así. Lourdes me contó que algunos se llevaron esas fotos a las manifestaciones, para utilizarlas como pancartas en las protestas. Yo me lamento no haberme llevado uno. Porque me encantaría tener uno como un trofeo de guerra. Un día después de haber tirado las fotos a la basura, Lourdes fue a la primera gran manifestación en el Viejo San Juan para exigir la renuncia del gobernador. Fue durante esa manifestación que salió el segundo artículo del Centro de Periodismo Investigativo, el que Omaya mencionó al comienzo. Se esperaba que llegaran cientos de manifestantes. Al final llegaron cientos de miles. Y yo llego con un grupo de amigas a San Juan y las jóvenes me… me… nos reconocían. Lourdes y sus amigas se habían convertido en las primeras celebridades virales de las manifestaciones. La gente se quería tomar selfies con ella. En una, cuando ya nos estábamos yendo, entramos al estacionamiento donde habíamos dejado el carro y había que tomar un ascensor. Y había mucha gente tratando de entrar el ascensor. Hasta que alguien nos reconoce y dice: “Mira, hagan espacio, que esas son las doñitas”. Y nos dejaron entrar al ascensor. Doñita”, como se pueden imaginar, es una manera de referirse a una mujer mayor en Puerto Rico. Y claro, así no es como Lourdes se ve a sí misma. Yo tengo 64 años, debo aclarar. Eh, yo… Yo personalmente no me siento una doñita. Pero entonces para los jóvenes que han estado tan activos en… en toda esta lucha nos ven como doñitas. Y esto era una señal muy clara de que estas protestas eran distintas. No se trataba de un solo grupo o de una sola generación. Todo tipo de puertorriqueño estaba tirándose a la calle y todos tenían el mismo propósito Pero Ricardo Rosselló se negaba a renunciar. Luego de la pausa, vamos a las calles del Viejo San Juan. Donde el futuro político de la isla estaba en juego. Ya volvemos. NPR y este mensaje son patrocinados por EveryAction. EveryAction es una plataforma moderna y fácil de usar, diseñada para que las organizaciones sin ánimo de lucro manejen en un solo lugar todas sus relaciones. Desarrollada por profesionales de ONGs, EveryAction permite recaudar fondos en línea y en persona, así como potenciar campañas de activismo, programas de voluntariado y gestión de becas. Más de 15 mil organizaciones confían en EveryAction, entre ellas la National Audubon Society. Visita EveryAction.com/NPR para más información. Cada semana, en Wow in the World, de NPR, Guy Raz y Mindy Thomas hablan de la ciencia más seria y nueva de la manera más divertida, demostrando que la ciencia puede ser aventurera, asquerosa e “increíblemente guau”. Wow in the World, de NPR, para todas las edades. ¡Escucha y comparte con tus amigos! Hola, soy Jorge Caraballo, editor de crecimiento en Radio Ambulante y te queremos recordar que hay muchas formas de apoyarnos. Ya sea a través del programa de membresías o a través de Lupa, la app para quienes están aprendiendo español. Y si estás en Estados Unidos, queremos invitarte a que apoyes a tu estación de radio pública local. Para hacerlo solamente tienes que ir a donate.npr.org/RadioAmbulante. Donate se deletrea: D-O-N-A-T-E. Donate, en inglés. Repito: donate.npr.org/Radio Ambulante. ¡Muchas gracias! En la primera semana después de que se publicara el chat completo, las protestas para exigir la renuncia de Rosselló se hicieron cada vez más grandes. El 22 de julio, hubo un paro nacional, el más grande en la historia de Puerto Rico. Y la estrategia de Rosselló fue desaparecer del ojo público. En las muy pocas apariciones oficiales que tuvo en esos días, siempre repetía el mismo mensaje. Una versión de esto: No voy a renunciar. Estoy trabajando por Puerto Rico. Continuaré trabajando. Nuestro productor Luis Trelles pasó doce días seguidos documentando las protestas y nos trae esta historia desde la barricada que se convirtió en un símbolo de la resistencia en Puerto Rico. Aquí Luis. El jueves 24 de julio, dos días después del paro nacional, la isla entera se despertó con un frenesí de especulaciones. Las protestas habían paralizado el país. Ricky era un gobernador asediado en su propia isla y los rumores de que su renuncia era inminente estaban en todos lados. Continúan las protestas en Puerto Rico en medio de fuertes rumores de que el gobernador Ricardo Rosselló renunciará de forma inminente. Y lo que están diciendo los medios locales, los periodistas puertorriqueños, es que él ya está planeando su sucesión. Y se dice más o menos que la información estaría saliendo alrededor del mediodía. Por supuesto muy pendientes de lo que pase en Puerto Rico… Los gobernadores de Puerto Rico viven y trabajan en La Fortaleza un palacio del tiempo de los españoles que queda en una esquina del Viejo San Juan. Es una mansión hecha para defender una ciudad colonial, de muros intimidantes que se alzan sobre la bahía con un color azul pastel que se mezcla con el cielo y el verdeazul del mar. La intersección de las dos calles que llevan al portón principal se convirtió en el kilómetro cero de las protestas. Era allí donde se congregaba la gente para pedir que Ricky se fuera y que se fuera ya. Y ese día, los manifestantes comenzaron a llegar desde temprano. La administración de Rosselló había convocado una conferencia de prensa muy esperada para las cinco de la tarde. Cuando llegó la hora, varios medios locales y de Estados Unidos, incluso medios internacionales, empezaron a transmitir en vivo: Y la escena que se veía en los televisores y las transmisiones para redes sociales era caótica. Varias docenas de reporteros y camarógrafos estaban amontonados en un salón que evidentemente era demasiado pequeño para tanta gente. Y mientras transmitían en vivo, se podía escuchar el cansancio en sus voces. Saben que el país está en una gran expectativa sobre la posible renuncia del gobernador Ricardo Rosselló Nevares. Se esperaba que esa renuncia fuera el día de hoy. Hasta el momento eso no se ha dado. Sin embargo todavía no tenemos ningún detalle sobre lo que sucederá aquí. Yo también estaba viendo las transmisiones desde mi celular. Había llegado hasta las protestas frente a La Fortaleza. Todavía no había caído la noche y ya había miles de personas allí. Era la misma escena que se había repetido en los últimos once días. Un mar de familias, jóvenes, banderas, tambores. Todo concentrado en una estrechísima intersección de dos calles que fueron construidas en el siglo XVI. Lo que separaba a los manifestantes de La Fortaleza eran 400 metros y una barricada hecha con unos 15 bloques de cemento que llegaban hasta la cintura de los manifestantes. Solo eso. Y muchos policías. Desde adentro de La Fortaleza, algunos periodistas estaban reportando que… Desde acá se puede observar mayor movimiento de Fuerza de Choque dirigiéndose a la Calle Fortaleza donde están los manifestantes. La Fuerza de Choque, así es como se conoce a la policía antimotines en Puerto Rico. Ese día había más oficiales que en días anteriores. Y frente a los policías, con los bloques de cemento de por medio, estaban los manifestantes de primera fila: los que habían recibido golpes y varias rondas de gases lacrimógenos en las protestas recientes. Decidí ver las manifestaciones desde donde estaban ellos. Todo apuntaba a que ese día sería histórico y la barricada, con su energía rabiosa y rebelde, parecía ser el mejor lugar para documentarlo. Empecé a abrirme paso entre la gente al atardecer. No fue fácil. Las calles del Viejo San Juan son irregulares, están llenas de adoquines resbalozos. Es difícil caminarlas en un día normal. Avanzar entre miles de manifestantes protestando hombro a hombro —en medio del calor caribeño y el ruido ensordecedor de las consignas y los tambores— era casi imposible. Fui a paso de hormiga, pero finalmente llegué. Encima de la barricada había unos 20 manifestantes que se alzaban sobre la gente. Me acerqué a una señora que tenía una bandera de Puerto Rico sin color, en blanco y negro. En la isla se le conoce como la bandera de luto. La señora se llamaba Yomari y, cuando hablé con ella, pude ver que la poca paciencia que le quedaba a los manifestantes se estaba acabando. Primero estamos esperando que aunque no renuncie, que por lo menos nos dé la cara, pero que no se esconda. Que hable claro. ¿Y hasta cuándo piensas estar aquí? ¿Yo? Hasta que ese cabrón se vaya de allá adentro. Yo voté por él y lo puse ahí. O sea, yo me siento con la responsabilidad de bajar a ese hijueputa de allá arriba. Mientras tanto, la conferencia de prensa dentro de La Fortaleza se estaba demorando. Mucho. Los periodistas llevaban dos horas encerrados esperando a que comenzara y se estaban desesperando. En una movida de último segundo los mandaron a un patio afuera del edificio principal. Y los periodistas no estaban contentos. Atropellada la manera en que se está trabajando con los miembros de la prensa. Estamos esperando tal vez al gobernador, y tal vez no. Como pueden escuchar los miembros de la prensa bastante molestos con la situación que se está dando aquí. Improvisaciones, nada va a quedar bien… A eso de las siete de la noche salió uno de los asesores principales de Ricardo Rosselló y tan pronto lo vieron, los periodistas explotaron. Ni siquiera el gobernador Ricardo Rosselló, sino el secretario de asuntos públicos. Más fuerte, tiene que hablar duro, porque nos están maltratando aquí. ¡No escuchamos! ¡No escuchamos! Esto es una falta de respeto a la prensa. ¡No escuchamos! Y lo que dijo el funcionario… Hoy, el señor gobernador Ricardo Rosselló se estará dirigiendo hacia el pueblo de Puerto Rico directamente. ¿A qué hora? En un mensaje que… que se encuentra trabajando al momento. La hora, no la tengo al momento. Les pido… Provocó más preguntas que respuestas. Pero en vez de contestar las preguntas de los medios, el funcionario volvió a entrar a La Fortaleza lo más rápido que pudo. Muchas gracias y buenas tardes. What is he saying? Say it in English! ¿Es en serio? ¡Esto es irresponsable! Afuera también estaban siguiendo el caos que había adentro de La Fortaleza. Son las 7:40 de la noche y el gobernador dizque está escribiendo algo para decirle al pueblo. Esta es Ivette, una estudiante universitaria que conocí en la barricada y que estaba siguiendo las transmisiones en vivo desde su celular. Oye y mi pregunta es: ¿tan difícil es hablarle genuinamente al pueblo del corazón? ¿Y no puedes dar la renuncia y ya? Sabes qué, ¿tienes millones de personas en la calle protestando para que te vayas y no te quieres ir? La renuncia ya no se veía como algo seguro. Y los manifestantes como Ivette anticipaban lo peor. Si el anuncia aquí que no va a renunciar, la gente va a estar bien molesta. Y todo lo que ocurra aquí luego de que él dé ese anuncio es culpa de él, no es culpa del pueblo. Con el paso de las horas, la energía de los manifestantes se hacía mucho más intensa el ritmo de los tambores era más insistente y las consignas, mucho más cargadas. Ya no le estaban pidiendo que renuncie, le estaban dando un ultimátum. ¡Arriba! ¡Abajo! ¡Ricky p’al carajo! ¡Arriba! ¡Abajo! ¡Ricky p’al carajo! ¡Arriba! ¡Abajo! ¡Ricky p’al carajo! A las ocho de la noche, los reportes que salían de La Fortaleza comenzaron a cambiar y las noticias ahora eran muy distintas. Ha cambiado dramáticamente el ambiente durante las últimas horas. Aquí en La Fortaleza la tensión es todavía mayor ante lo que parece ser un tranque o una intención del gobernador de realmente no presentar su renuncia. Luego de prometer un anuncio importantísimo, el gobernador y sus funcionarios desaparecieron de nuevo. Y ante el vacío absoluto de información, los rumores y las especulaciones empezaron a reinar de nuevo Esta vez sobre el estado de ánimo del gobernador. La información que nos ha llegado en esta noche es que hay muchas personas al interior aquí de la mansión ejecutiva preocupados por su estado de salud mental, por su estabilidad. Y que ahora, cuando ya se entendía que estaban a punto de poner un punto final a toda esta controversia, el gobernador ha —aparentemente— decidido que eso no será así. Y si adentro de La Fortaleza todo era incertidumbre y parálisis, justo afuera en la barricada todo era movimiento. De un lado llegaban más agentes de la fuerza de choque, armados con gases lacrimógenos y palos de plástico reforzado, en Puerto Rico se conocen como macanas. Del lado de los manifestantes llegaba más gente joven para treparse en la barricada. Algunos se cubrían la cara con bandanas son conocidos como “los encapuchados” suelen ser los manifestantes más intensos, los que se ponen en la primera fila para aguantar balas de goma y gas pimienta de la policía. Los que se treparon al lado mío vinieron preparados. Eran dos chicos y una chica de no más de 22 o 23 años. Uno de ellos sacó una máscara de gas de su mochila y se la pasó al otro. Leo, la máscara que tú querías. Contrario a sus dos compañeros, la chica no llevaba la cara cubierta. La escuché hablando de las rutas de escape que iban a utilizar cuando la policía empezara a tirar gases. Me contó que ya lo había tenido que hacer antes. Cuando la última vez, yo corrí para el Parque de las Palomas, que yo puedo seguir corriendo vertical porque el aire viene del… del mar y, al ellos tirar los gases, me van a caer. Sabía exáctamente qué calles tomar para evitar la dirección del viento y así evitar los gases lacrimógenos. Pero los manifestantes como ella no iban a correr para escapar. Y nos vamos a encontrar otra vez más al frente en esta… en esto mismo. Porque ahí… la idea es volver a reunir… ¡Volver, volver! Porque esto se trata de resistencia y aquí no vamos a parar hasta que él se vaya. Me hablaba como si la confrontación fuera inevitable, como si estuviera segura de que Ricky no iba a renunciar, y que la policía iba a desalojar a los manifestantes a la fuerza. Esa posibilidad me asustaba. Era imposible saber cuántas personas había en esa intersección. ¿Tres mil? ¿Cinco mil? ¿Más? Eran muchísimos y no parecían estar preparados para enfrentar a la Fuerza de Choque. La chica de la barricada lo podía ver también. Era jueves y el público era distinto al de unos días atrás, cuando se enfrentó a la policía antimotines. Ahora mismo yo veo más gente mayor y niños que el mismo lunes. So, yo pienso que sería tan irresponsable de ellos empezar a tirar gases porque ahora mismo aquí… Actually, está más calmado que el mismo lunes. Lo peor que podía pasar era que alguien finalmente perdiera la paciencia. Podría ser un manifestante que le tirara una botella a la Fuerza de Choque o quizás un policía nervioso que tirara una granada de gases sin provocación. Cualquier movida en falso podría resultar en una estampida violenta y eso podía dejar heridos, o algo mucho más grave. A eso de las diez de la noche, el público le abrió paso a un grupo que estaba tratando de llegar a la barricada. Los chicos que estaban al lado mío los reconocieron enseguida. Nicky Jam, PJ Sinsuela, Calle 13. Todo el mundo. Eran raperos, estrellas muy conocidas y queridas en Puerto Rico. Y al frente del grupo iba René Pérez, mejor conocido como Residente. Estaban tratando de llegar hasta la primera línea para hablarle al público. Y aquí hay que mencionar que artistas como ellos habían tenido un rol muy importante en las protestas. Junto a Bad Bunny, la cantante iLe, Ricky Martin y varios otros, Residente había sido esencial para regar la voz de las manifestaciones y ayudar a que se hicieran masivas. Todos ellos habían hecho llamados a través de las redes sociales y luego se unieron a las protestas. Ahora que parecía que el gobernador no iba a renunciar, Residente reapareció. Fue una intervención que evidentemente no estaba planificada. No tenía micrófono o parlantes, ni siquiera un altavoz. Aún así le habló a los manifestantes como pudo. Yo lo grabé desde mi esquina de la barricada. Nosotros no queremos guerra, queremos paz. Pero si esos cabrones joden con nosotros… (público grita). Era un mensaje para pedir que las protestas se mantuvieran pacíficas. Nos vamos a manifestar pacíficamente, pacíficamente. El pueblo habló. El gobernador tiene que renunciar. Nos hizo esperar como diez horas el cabrón. Está jodiendo con nosotros. Y también le pedía a los manifestantes que no bajaran la guardia. ¡Somos más y no tenemos miedo! ¡Somos más y no tenemos miedo! ¡Somos más y no tenemos miedo! ¡Somos más y no tenemos miedo! Mientras los manifestantes retomaban las consignas, Residente se dio la vuelta para hablar con los policías que estaban del otro lado. Piensen que hay niños ahí. Yo acabo de retratarme como con 400 niños. Aunque Ricardo Rosselló —que no le importa— les diga que tiren, ustedes no tienen que tirar Y les pidió que piensen en los niños que estaban en el público antes de tirar gases lacrimógenos. Unos minutos antes de que dieran las once de la noche, Residente se fue. Su participación había sido estratégica, una manera de atraer con su fama a las cámaras de televisión y de esa manera poner el foco en lo que estaba pasando frente a La Fortaleza. Y es que en ese momento la isla entera estaba pegada a las noticias en vivo, siguiendo cada acontecimiento de una noche que no parecía tener fin. Con su acercamiento a la barricada, Residente ponía las acciones de la policía bajo la lupa de la opinión pública. Las once de la noche se había convertido en la mala hora de las protestas. En días anteriores, más o menos a esa hora comenzaban las movidas de la Fuerza de Choque contra los manifestantes. Los organizadores que estaban en la barricada lo sabían,y trataron de poner en marcha una nueva estrategia. Una chica joven, otra manifestante de primera línea, le pidió a los demás que se sentaran, para convertir las protestas en un acto de desobediencia civil. Los que estén conmigo y se quieran sentar conmigo en el piso para demostrar que venimos en paz y no en guerra. Y entonces ocurrió lo que muchos se temían. Que se sienten en el piso conmigo… (sonido de petardo). Alguien —no se sabe si los manifestantes o la policía—, encendió un petardo, justo el tipo de incidente que había provocado un avance violento de la policía en días anteriores. Esta vez el público reaccionó de manera inmediata. ¡P’al piso! ¡P’al piso! ¡P’al piso! ¡P’al piso! Y empezaron a pedir a coro que todos se sentaran. De momento, miles de manifestantes se agacharon. Era una oleada tras otra de personas sentándose. ¡Sién-ta-te! ¡Sién-ta-te! Queremos hacer un minuto de silencio… Pero era imposible que la escucharan. En un movimiento espontáneo como este, los organizadores no eran profesionales. Eran jóvenes que intentaban evitar lo peor. Ni siquiera contaban con un sistema de sonido. ¡Shhhhhh! Pasen el mensaje… Unos minutos después finalmente apareció un altavoz. Buenas noches, ¿me escuchan? ¡Sí! Y la organizadora siguió… Estamos tratando de hacer un minuto de silencio por las víctimas de María. El minuto comienza ahora. Hasta ese momento las protestas se habían definido por el sonido: de las consignas, del ritmo, de la música. El volumen era cada vez más alto, se sentía como una manera de lograr que se escuchara la furia y la indignación. Este silencio era distinto. Se alimentaba de la tristeza y del dolor de pensar que miles de puertorriqueños murieron luego del huracán María, y que un mejor gobierno los hubiera podido ayudar. Poco después se comenzó a regar la voz: la transmisión del mensaje del gobernador comenzaría en cualquier momento. Y claro, el manejo de las comunicaciones oficiales había sido tan desastroso, que dudé de si realmente habría un mensaje. Cuando vi a un grupo de manifestantes colocando parlantes gigantes entre la gente pensé que esta vez sí habría, finalmente, algún tipo de anuncio. Y entonces me entró otra duda: ¿y si no renunciaba? ¿Qué iba a pasar con tanta rabia concentrada frente a La Fortaleza? A las 11:30 de la noche Ricky Rosselló finalmente dio la cara. Los manifestantes lo vieron aparecer en las pantallas de sus celulares, en los monitores que algunas cadenas de televisión habían puesto en la calle. Se veía flaco y pálido, disminuído en una silla que le quedaba demasiado grande. Durante los pasados días, muchos de ustedes han estado ejerciendo su derecho a la libertad de expresión. El reclamo ha sido contundente y lo he recibido con el más alto grado de humildad. Fue un mensaje extraño, que comenzó con un repaso del trabajo que había hecho en poco más de dos años como gobernador. Así, y contra todo pronóstico, logramos aprobar el primer plan fiscal y la política pública del plan para Puerto Rico. Y así siguió por varios minutos. Pensé lo peor. De momento se me ocurrió que estaba ofreciendo una lista de logros para luego anunciar que se quedaría como gobernador. Hasta el final… Luego de escuchar el reclamo, hablar con mi familia, pensar en mis hijos y en oración, he tomado la siguiente decisión. Con desprendimiento, hoy les anuncio que estaré renunciando al puesto del gobernador, efectivo el viernes 2 de agosto… (gritos). Renunció. Eso era lo único que la gente quería escuchar. Nunca había visto una celebración como esa en Puerto Rico. La barricada estuvo a punto de caerse, no por la policía, sino por el peso de docenas y docenas de manifestantes que se trepaban para bailar y brincar. Al lado mío, la chica que unas horas antes hablaba de rutas de escape y estrategias para seguir protestando, celebraba sin parar. Oye, ¿qué tal? ¿Qué? ¿Cómo te sientes? ¡Estoy tan y tan feliz que no es ni normal! Lo que dice es: “Estoy tan feliz, que no es normal”. Tenía razón. Los puertorriqueños llevamos tanto tiempo derrotados por la corrupción y la negligencia de nuestros gobernantes, que exigir un cambio parecía una causa perdida. Pero por lo menos en esa noche de verano algo grande se había logrado. Y finalmente había algo que celebrar en Puerto Rico. Ricardo Rosselló dejó La Fortaleza el 2 de agosto. Hubo una crisis constitucional después de su salida, y Puerto Rico tuvo tres gobernadores en menos de una semana. Desde la renuncia ha surgido un movimiento de asambleas de pueblo, con gente que se reúne en toda la isla para discutir enmiendas a la Constitución. Esta historia fue producida por Luis Trelles. Vive en San Juan. Gracias a Carla Minet, Directora Ejecutiva del Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico, y a Laura Moscoso, Rígel Lugo, Sofía Gallisá y Yarimar Bonilla. Este episodio fue editado por Camila Segura y por mí. El diseño de sonido es de Andrés Azpiri con música de Remy Lozano. Andrea López Cruzado hizo el fact checking. El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Lisette Arévalo, Gabriela Brenes, Jorge Caraballo, Victoria Estrada, Miranda Mazariegos, Patrick Moseley, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, David Trujillo, Elsa Liliana Ulloa, Luis Fernando Vargas y Joseph Zárate. Carolina Guerrero es la CEO. Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO. Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

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