logo
Listen Language Learn
thumb

Radio Ambulante - Mazinger Z salva a Venezuela

-
+
15
30

Un robot gigante, un videojuego y un conflicto que se salió de la pantalla.

Cuando José Rafael era niño se la pasaba horas y horas programando videojuegos en hojas de papel. Se estaba preparando para lo que haría el resto de su vida. Pero nunca se imaginó la reacción que causaría uno de sus juegos en Venezuela.



En nuestro sitio web puedes leer una transcripción del episodio.



Ayúdanos llenando nuestra Encuesta Radio Ambulante 2021. Tus respuestas nos ayudaran a desarrollar nuevos proyectos y podcast en español. ¡Gracias!



En el intermedio de este episodio te presentamos DianaUribe.fm, un podcast en español que cuenta historias del mundo con una capacidad narrativa extraordinaria. Te va a gustar.

Hola,
Ambulantes.
Antes
de
empezar
queremos
pedir
un
favor.
Acabamos
de
lanzar
nuestra
encuesta
anual
y
nos
va
a
ayudar
mucho
si
la
responden.
La
encuesta
es
la
manera
que
tenemos
para
saber
cómo
servirles
mejor
y
qué
otros
podcasts
y
productos
quieren
que
desarrollemos.
Para
responder
vayana
a
radioambulante.org/encuesta
No
les
tomará
mucho
tiempo
y
nos
servirá
muchísimo.
¡Gracias!
Bienvenidos
a
Radio
Ambulante
desde
NPR,
soy
Daniel
Alarcón.
Lo
que
acaban
de
escuchar
es
de
un
programa
de
televisión
japonés
muy
famoso
de
los
años
setenta:
Mazinger
Z.
Si
han
visto
alguna
vez
algún
dibujo
animado
japonés,
ya
pueden
imaginarse
los
personajes
perfectamente.
Sayaka
intercambiarémos
posiciones
con
una
acrobacia
aérea.
¿Intentar
acrobacias
aéreas?
¡Muy
bien!
¡Me
lanzaré
hacia
allá!
Tienen
los
ojos
grandes,
narices
respingadas
y
bocas
pequeñitas.
Sus
emociones
o
reacciones
son
exageradisimas.
Cuando
lloran,
por
ejemplo,
se
ven
ríos
de
lágrimas
y
cuando
ríen
sus
bocas
se
vuelven
gigantescas.
Y
durante
todo
el
programa
hay
muchos,
pero
muchos
efectos
de
sonido.
¡Mazinger
Z!
En
fin,
creo
que
se
hacen
una
idea
y
estoy
seguro
de
que
muchos
de
ustedes
han
visto
programas
como
estos,
más
conocidos
como
anime.
Mazinger
Z
está
basado
en
una
serie
de
historietas
del
mismo
nombre,
con
un
personaje
muy
particular.
Robot
de
dieciocho
metros
gigante,
imponente,
controlado
por
un
humano.
Este
es
José
Rafael
Marcano.
Un
súper
fan
de
Mazinger
Z
desde
que
lo
vio
por
primera
vez,
cuando
tenía
diez
años,
a
principios
de
los
años
ochenta.
Este
robot
metálico
tiene
el
cuerpo
blanco
con
negro,
las
piernas
y
los
puños
azules,
una
cabeza
gris
de
donde
sale
como
una
especie
de
florero
o
de
corona
metálica.
Y
además,
dispara
rayos
con
el
pecho.
Mazinger
Z
era
el
primer
robot
controlado
por
un
humano.
Que
a
través
de
una
navecita
que
se
llamaba
el
builder,
se
conectaba
al
robot
y
estaba
dentro
del
robot
piloteándolo
para
poder
luchar
contra
un
enemigo
Y
ese
humano
era
un
joven
llamado
Koji
Kabuto.
Koji
Kabuto
es
como…
considerado,
como
en
la
cultura
japonesa,
como
un
samurai
que
siempre
está
arriesgando
su
vida
por
los
demás.
Tengo
que
acabar
con
esos
monstruos
no
me
importa
morir.
Acabaré
contigo
cueste
lo
que
me
cueste.
Era
esa
valentía
lo
que
más
le
gustaba
a
José
Rafael.
Y
como
muchos
niños
de
esa
edad,
una
de
las
cosas
que
más
quería
era
ser
como
él,
como
su
héroe.
Era
como
mi
afición.
Yo
decía
bueno,
eh,
yo
voy
a
convertirme
en
Koji
Kabuto
y
voy
a
ser
el
piloto
del
robot.
Y
para
hacerlo,
lo
voy
a
hacer
a
través
de
un
videojuego.
Y
lo
logró,
pero
esto
le
traería
consecuencias
que
nunca
se
imaginó.
Nuestra
productora
Lisette
Arévalo
nos
cuenta
su
historia.
Vamos
a
volver
a
Mazinger
Z,
pero
la
historia
de
José
Rafael
comienza
en
Caracas,
a
finales
de
los
años
setenta.
Tenía
como
nueve
años,
y
vivía
con
su
familia.
Como
a
tantos
otros
niños,
le
encantaba
jugar
con
sus
amigos.
Fútbol,
béisbol,
cualquier
cosa
al
aire
libre.
Pero
en
el
año
79,
eh,
llegó
a
nuestra
casa,
eh,
por
obra
y
gracia
de
Dios,
llegó
el
Atari
2600.
El
Atari
2600.
Una
de
las
primeras
consolas
de
videojuegos
que
existió.
Ok,
hay
que
describir
esta
maquinita,
que
según
me
cuentan
era
el
último
grito
de
la
tecnología
en
su
momento.
Viéndolo
ahora,
pues,
no
se
ve
como
gran
cosa.
Es
una
caja
rectangular
negra
de
plástico.
El
toque
que
me
parece
ridículo
es
el
bordecito,
como
de
madera
falsa,
al
estilo
de
la
camioneta
antigua
de
tu
abuelo.
Para
jugar
se
necesitaban
dos
controles
que
tenían
un
joystick,
una
especie
de
palanca.
Los
juegos
venían
en
unos
cartuchos
o
cassettes
que
se
metían
verticalmente.
José
Rafael
tenía
una
gran
variedad.
El
principal
era
Combat,
que
era
un
jueguito
de
combate,
tuve
Pitfall,
tuve
un
juego
que
se
llama
River
Raid
que
me
encantaba.
Pacman,
por
supuesto,
fascinación
con
Pacman.
Era
todo
un
universo
y
él
se
enganchó
enseguida.
Se
entretenía
por
horas
con
cada
juego.
Perfeccionando
su
técnica
para
tener
un
puntaje
más
alto,
vencer
a
sus
enemigos,
y
tratando
de
completar
todos
los
niveles.
Pero
lo
que
más
le
gustaba
era
la
gran
variedad
de
historias
y
aventuras
que
podía
tener
con
esa
consola.
Fue
tanta
su
fascinación
que
con
tan
solo
nueve
años,
ya
sabía
a
qué
quería
dedicarse
el
resto
de
su
vida.
Desde
ese
día
que
vi
el
Atari
y
toqué
un
control
de
Atari,
decidí
que
iba
a
ser
desarrollador
de
videojuegos.
Algo
que
en
ese
momento
ni
siquiera
parecía
ser
una
carrera.
Sus
padres
nunca
se
imaginaron
que
llevar
el
Atari
a
casa
iba
a
tener
ese
efecto
en
él.
Y
aunque
les
parecía
un
poco
raro,
no
hacían
muchas
preguntas
cuando
José
Rafael
empezó
a
investigar
qué
implicaba
eso
de
desarrollar
videojuegos.
Lo
primero
que
aprendió
es
que
para
crear
videojuegos
se
necesita
una
computadora.
Todo
lo
que
vemos
en
la
pantalla,
el
diseño
de
los
personajes
y
sus
movimientos,
están
ahí
porque
alguien
los
programó
en
un
lenguaje
de
computación.
Eso
era
lo
que
José
Rafael
quería
aprender.
Pero
como
no
tenía
una
computadora
en
su
casa…
Empecé
a
documentarme
con…
con
libros,
empecé
a
ir
a
librerías,
empecé
a
comprar
más
revistas.
Revistas
especializadas
que
explicaban
los
avances
tecnológicos
de
computación
e
informática.
Y
había
unas
revistas
españolas
e
inglesas
que
venían
con
ejercicios
para
que
los
lectores
aprendieran
a
programar
sus
propios
juegos.
Entonces
yo
jugaba
—como
no
tenía
computador
y
no…
no
tenía
dinero
para
tener
la
computadora—
yo
armaba
como
el
teclado,
lo
dibujaba
en
papel
y
escribía
en
ese
teclado
de
papel,
y
después
escribía
el
código
en…
en
un
cuadernito.
Llenaba
de
forma
minuciosa
hojas
y
hojas
de
líneas
con
los
códigos
de
programación
que
iba
aprendiendo.
Así
llenó
varios
cuadernos,
con
palabras
y
símbolos
que
para
casi
cualquier
otra
persona
parecerían
letras
y
números
sin
sentido.
Pero
otra
cosa
que
aprendió
fue
a
hacer
lo
que
se
llama
flujogramas,
una
representación
gráfica
de
la
historia
del
videojuego
que
se
está
creando.
Primero
hay
que
hacer
un
circulito
que
dice
inicio,
después
hay
que
hacer
una
línea,
después
esto,
los
procesos
se
hacen
en
rectángulo.
Entonces
todo.
Empecé
como
a
diseñar
mis
juegos
en
papel.
Hacía
estos
ejercicios
cada
vez
que
podía:
antes
de
ir
a
la
escuela,
cuando
regresaba,
después
de
terminar
su
tarea.
Inclusive
cuando
su
mamá
ya
lo
mandaba
a
dormir
y
apagaba
las
luces,
José
Rafael
se
escondía
en
su
cuarto
con
una
linterna
para
dibujar
bocetos,
escribir,
hacer
ejercicios
de
programación.
Entonces
mi…
mi
mamá
pensaba
que
estaba
un
poquito
loco
(risa).
Siempre
lo
decía:
«Ay,
es
que
mi
pobre
hijo
se
volvió
un
poquito
loco,
anda
con
eso
de
las
computadoras».
Claro,
y
nadie
entendía
porque
al
principio
de
los
ochenta,
hablar
de
computación,
de
informática,
era
como
hablar
de
la
NASA.
Así
de
lejano
era.
Además,
los
videojuegos
en
Venezuela
no
eran
tan
comunes.
Pero
a
José
Rafael
no
le
importaba
que
lo
miraran
raro.
Era
muy
dedicado
y
quería
prepararse
lo
más
que
pudiera
para
cuando
tuviera
una
computadora.
Fue
por
esa
época
también
que
conoció
a
Mazinger
Z
con
la
serie
de
televisión.
Yo
creo
que
vi
el
primer
episodio
de
Mazinger
Z
y
dije
bueno
ya
mi
sueño,
mi
primer
sueño
era
programar
videojuegos,
ahora
mi
segundo
sueño
es
hacer
un
videojuego
de
Mazinger
Z.
Entonces
se
puso
a
trabajar.
De
manera
obsesiva.
Hizo
varios
modelos
y
bocetos
de
cómo
sería
el
juego,
investigaba
sin
parar
cómo
podía
crear
su
propia
versión
de
la
historieta.
Fueron
dos
años
de
mucho
trabajo
y
estudio.
Y
cuando
tenía
doce
años
sintió
que
ya
había
aprendido
todo
lo
que
podía
de
los
libros
y
lasrevistas,
así
que
decidió
que
era
hora
de
hacerlo
en
la
computadora.
Como
sus
papás
no
tenían
dinero
para
comprar
una,
José
Rafael
se
propuso
guardar
la
mitad
de
la
mesada
que
le
daba
su
papá
cada
día.
Así
lo
hizo
durante
todo
el
año
escolar.
Cuando
se
terminó
el
sexto
grado,
cuando
fui
a
vacaciones,
desesperado
fui
a
abrir
el…la
alcancía
pero
sólo
tenía
la
mitad
del
dinero.
Pero
su
papá,
al
ver
el
esfuerzo
que
había
hecho…
Me
completó
la
otra
mitad.
Y
así
tuvo
su
primera
computadora.
Era
1982.
Se
compró
una
Sinclair
modelo
ZX81.
Eran
como
un,
decirte
una
calculadora.
Tal
cual
una
calculadora
de
hoy
en
día
que
la
puedes
pegar
a
tu
televisor.
Entonces
el
televisor
se
usaba
como
monitor
y
el
teclado
ni
siquiera
era
teclado
como
el
que
conocemos.
Eran
unos
teclados
de
membrana
de
goma.
Muy,
pero
muy
delgados.
Estas
fueron
de
las
primeras
computadoras
que
se
comercializaron
para
uso
personal
y
en
lugar
de
costar
miles
de
dólares,
su
precio
estaba
entre
los
cien
y
los
doscientos.
Y
si
bien
en
esa
época
igual
era
bastante
dinero,
era
mucho
más
accesible
para
las
familias.
Es
más,
fue
con
esta
máquina
que
muchas
personas
empezaron
a
programar,
no
solo
José
Rafael.
Y
claro,
ya
con
la
computadora
en
su
casa,
se
la
pasaba
dos,
tres,
cuatro,
horas
programando
todos
los
días
después
del
colegio,
y
a
veces
se
quedaba
despierto
casi
toda
la
noche.
No
podía
pensar
en
otra
cosa.
Cuando
ya
sabía
usar
mejor
la
computadora,
José
Rafael
empezó
a
trabajar
en
lo
que
tanto
quería:
programar
un
juego
de
Mazinger
Z.
Pero
no
era
nada
parecido
a
cualquier
videojuego
que
hayan
visto
en
los
últimos
años.
En
el
primer
computador
sólo
podía
hacer
los
muñequitos
a
punta
de
caracteres
tal
cual.
Que
sé,
no
sé,
inventabas
el
juego
de
Mazinger
y
Mazinger
era
la
A,
la
doble
V
y
las
piernas
eran
la
L
y
así.
O
sea,
estas
letras
juntas,
formaban
la
silueta
de
Mazinger
Z
en
la
pantalla.
El
juego
era
simple
y
tenía
movimientos
muy
básicos:
caminar
y
lanzar
un
puño.
Había
que
tener
mucha
imaginación
para
ver
las
aventuras
de
Koji
Kabuto
en
esos
dibujitos.
A
medida
que
pasaban
los
años,
aparecían
nuevas
computadoras
y
la
tecnología
era
cada
vez
más
avanzada.
Así
que
para
no
quedarse
atrás,
cuando
José
Rafael
veía
un
modelo
que
le
interesaba,
vendía
su
computadora
y
ahorraba
para
comprarse
la
más
moderna
y
así
aprender
lo
último
en
programación.
Cuando
llegó
la
hora
de
graduarse,
ya
por
el
año
1988,
le
tocaba
escoger
una
carrera…
Escuchaba
a
mis
amigos
ya
en
bachilleratos
decir:
«No,
yo
quiero
ser
abogado,
yo
quiero
ser
y…»
Y
yo
decía:
“yo
quiero
ser
desarrollador
de
videojuegos.
Y
aparte
de
eso,
voy
a
formar
la
primera
empresa
de
videojuegos
en
Venezuela”.
Como
no
existía
esa
carrera
se
metió
a
estudiar
ingeniería
de
sistemas.
Era
lo
más
cercano
que
había
y,
de
alguna
manera,
le
ayudaba
a
seguir
aprendiendo
sobre
lo
que
realmente
le
interesaba.
Así
lo
hizo
por
dos
semestres
en
una
universidad
en
Caracas,
pero
tuvo
que
dejarla
porque
era
muy
costosa
y
ya
no
le
alcanzaba
el
dinero
para
pagar.
Pero
con
todo
lo
que
había
aprendido
desde
niño
sobre
programación,
José
Rafael
comenzó
a
trabajar
en
diferentes
compañías
para
ganar
un
poco
de
dinero.
Desarrolló
algunos
programas
para
clínicas
y
hoteles,
como
recorridos
virtuales
por
sus
instalaciones.
También
fue
analista
y
auditor
de
sistemas
para
empresas
petroleras,
bancos
y
distribuidoras
de
tecnología.
Le
iba
tan
bien
que
a
sus
22
años
llegó
a
ser
gerente
general
de
una
empresa
de
desarrollo
de
software.
Fue
ahí
que
pudo
aterrizar
un
poco
más
su
idea
de
crear
su
propia
compañía.
Empezó
por
contactar
a
algunas
personas
con
las
que
había
trabajado
en
las
otras
empresas
y
así
fue
armando
su
equipo.
Les
dijo
que
la
idea
era
crear
la
primera
empresa
de
desarrollo
de
videojuegos
en
Venezuela.
A
algunos
les
gustó
la
idea
y
se
unieron
de
inmediato
y
así,
en
1995,
nació
su
empresa.
Se
llamaba
Mediatech.
Éramos
cuatro
personas
nada
más
en
un
garaje,
tal
cual
la
empresa
que
comienza
dentro
del
propio
garaje.
No
empezó
creando
un
videojuego.
Primero
tenía
que
conseguir
clientes
para
poder
subsistir.
Así
que
empezó
con
una
enciclopedia
que
enseñaba
a
los
usuarios
a
crear
sus
propios
contenidos
multimedia
y
también
hacía
desarrollo
de
software
para
varios
clientes,
como
empresas
locales
de
petróleo
o
alcaldías.
Pero
también
trabajaban
para
clientes
grandes
como
Apple,
por
ejemplo.
Y
así,
poco
a
poco,
se
dieron
a
conocer.
Pasó
solo
un
año,
hasta
que
en
1996
finalmente
lograron
crear
su
primer
videojuego:
Las
Aventuras
de
Umi.
Las
aventuras
de
Umi
era
una
fusión
de
multimedia
educativo
con
videojuegos.
Para
que
tus
hijos
aprendan
y
se
diviertan
en
grande,
colecciona
los
cinco…
Era
un
programa
para
niños
entre
los
cuatro
y
diez
años.
El
objetivo
principal
era
que
aprendieran
a
resolver
problemas
matemáticos
o
a
leer
usando
el
videojuego,
pasando
niveles
y
recibiendo
recompensas
al
final.
Y
tuvo
mucho,
mucho
éxito.
Gracias
a
esto,
José
Rafael
se
propuso
hacer
lo
que
siempre
había
querido:
un
videojuego
basado
en
el
cómic
de
Mazinger
Z.
Lo
primero
y
más
importante
era
conseguir
el
permiso
de
su
creador.
Y
desde
ahí
parecía
casi
imposible.
Imagínate
alguien
desde
Venezuela
comunicándose
con
el
creador
de
Mazinger
Z.
Pero
en
una
coincidencia
casi
increíble,
por
esa
misma
época,
en
el
99,
el
creador,
Go
Nagai,
fue
invitado
a
Venezuela
a
participar
en
una
feria.
José
Rafael
no
desperdició
ese
momento
y
junto
a
su
equipo
se
acercaron
a
hablar
con
él.
Con
la
ayuda
de
su
intérprete
le
contaron
que
habían
hecho
algunos
diseños
y
prototipos
de
videojuegos
de
Mazinger
Z.
Le
mostraron
uno
en
particular
que
estaba
hecho
en
tercera
dimensión,
algo
que
nadie
había
hecho
hasta
ese
momento.
Entonces
para
él
fue
así
como
emocionante
y
le
gustó
mucho.
Así
que
José
Rafael
le
contó
que
en
Mediatech
querían
trabajar
más
en
ese
diseño
para
luego
venderlo.
Y
que
quería
pedirle
su
permiso
para
hacerlo.
Y
nos
dio
permiso.
Tengo
un
permiso
de
él
para
que
hiciéramos
la
versión
de
PC,
pero
nos
dijo
no
pueden
hacer
nada
en
consolas.
Porque
los
derechos
para
las
consolas
ya
los
había
vendido.
Lo
mejor
de
todo
fue
que,
además
de
darles
el
permiso,
no
les
cobró
nada.
Para
José
Rafael
eso
fue
muy
emocionante.
Fue
un
sueño
hecho
realidad.
O
sea,
qué
me
iba
a
imaginar
yo
que
la
persona
que
creó
el
personaje
icónico
que
marcó
mi
vida
como
programador
y
lo
iba
a
conocer
en
persona.
Era
como
conocer
al
papá
de
Mazinger
Z.
Fue
grandioso.
Él
y
su
equipo
se
pusieron
a
trabajar
de
inmediato
en
el
juego.
Era
para
lo
que
se
había
estado
preparando
todos
esos
19
años.
Y
poco
tiempo
después,
finalmente…
¡Mazinger!
José
Rafael
creó
el
primer
videojuego
oficial
de
Mazinger
Z
en
Venezuela.
En
la
intro
se
ve
a
Mazinger
Z
peleando
con
robots
gigantes
en
una
ciudad
rodeada
por
montañas.
Hoy
en
día,
los
gráficos
se
ven
bastante
sencillos,
pero
para
la
época,
era
lo
máximo
que
se
podría
lograr.
Y
como
era
de
esperarse,
fue
un
éxito
y
se
vendió
muchísimo.
Y
eso
fue
lo
que
nos
llevó
en
el
2001
a
hacer
el…
el
juego
Mazinger
Z
vs
Gran
Mazinger.
Ese
juego
fue,
bueno,
te
puedo
decir
que
vendió
más
de
setenta,
ochenta
mil
unidades.
Y
los
encontrabas
en
tiendas
en
Venezuela
pero
también
en
varios
países
de
Latinoamérica
y
España.
Mediatech
se
estaba
convirtiendo
en
una
de
las
empresas
más
reconocidas
de
la
industria
de
los
videojuegos
en
la
región.
Todo
parecía
ir
bien
para
José
Rafael.
Seguía
diseñando
videojuegos
y
también
trabajaba
para
algunas
empresas
desarrollando
softwares.
Pero
fue
por
esta
época
que
todo
empezó
a
cambiar.
Lo
primero
que
pasó
fue
que
perdió
contratos
de
algunas
empresas
estatales.
Por
un
lado
porque
comenzaron
a
contratar
solo
a
empresas
afines
al
gobierno
y
por
otro
porque
le
empezaron
a
pedir
una
parte
de
la
ganancia
que
él
no
estaba
dispuesto
a
darles.
Sus
ingresos
empezaron
a
disminuir
sustancialmente.
Y
yo
mismo
dije
no,
esto,
esto
va
mal.
O
sea,
yo
mismo
comencé
a
sacar
gente
de
Mediatech.
Como
te
puedes
imaginar
mi
frustración
después
de
haber
logrado
todo
lo
que
logré.
Y
para
entender
todo
esto
que
le
estaba
pasando
a
José
Rafael,
es
necesario
explicar
el
contexto
político
de
Venezuela
en
esa
época.
Hugo
Chávez
había
sido
elegido
presidente
del
país
en
1998.
Tenía
el
apoyo
de
millones
de
personas
que
estaban
cansadas
de
la
crisis
económica
de
los
años
recientes,
y
que
creían
en
su
proyecto
político
alejado
del
bipartidismo
que
había
gobernado
Venezuela
por
años.
Pero
así
como
muchos
lo
apoyaban,
también
había
un
grupo
que
se
oponía
fuertemente
a
su
gobierno.
En
su
mayoría
eran
empresarios
y
personas
de
la
clase
media
alta
y
alta
que
lo
veían
como
un
dictador,
con
un
discurso
demasiado
apegado
al
comunismo
y
al
gobierno
de
Fidel
Castro.
José
Rafael
formaba
parte
de
este
grupo.
Poco
a
poco,
las
decisiones
que
tomaba
Chávez
hicieron
que
más
gente
se
uniera
a
esa
oposición.
En
especial
sindicatos,
cámaras
industriales,
universidades,
partidos
políticos
y
hasta
algunos
medios
de
comunicación.
Y
es
que
Chávez
cerró
las
puertas
a
cualquier
posibilidad
de
diálogo
con
estos
sectores
que
se
oponían
a
las
leyes
promovidas
en
el
2001
que
tocaban
el
petróleo,
el
agro,
las
importaciones
y
las
exportaciones.
Aún
así,
Chávez
tenía
el
apoyo
de
una
gran
parte
de
la
población.
Pero
el
país
se
polarizaba
cada
vez
más.
Y
con
ella
vinieron
debates
en
los
medios,
grandes
manifestaciones
en
las
calles,
de
ambos
lados.
Había
un
ambiente
de
mucha
tensión
e
inestabilidad.
Finalmente
llegó
el
Paro
Petrolero,
uno
de
los
más
grandes
e
impactantes
de
esa
época.
Ocurrió
en
diciembre
de
2002,
cuando
los
empleados
de
la
empresa
estatal
petrolera
PDVSA,
sindicatos,
y
empresarios
llamaron
a
una
huelga
nacional.
Principalmente
porque
no
estaban
de
acuerdo
con
que
el
gobierno
interviniera
en
la
elección
de
dirigentes
de
PDVSA.
A
ellos
se
les
unieron
otros
sectores
que
se
resistían
al
gobierno
chavista
y
temían
que
hubiera
una
fuerte
intervención
estatal
en
todas
las
áreas
de
la
vida
nacional.
Pedían
que
Chávez
renunciara.
El
país
estuvo
paralizado
durante
dos
meses.
Había
manifestaciones
todos
los
días,
incluso
muertos,
y
ninguno
de
los
dos
lados
parecía
ceder.
Mucha
gente
perdió
su
empleo,
era
difícil
conseguir
gasolina,
alimentos,
bienes
básicos.
Finalmente,
en
febrero
del
2003,
se
terminó
el
paro.
Con
varias
consecuencias,
claro.
Ya
Venezuela
era
muy
turbulenta.
Había
mucha
violencia
en
la
calle.
Las
manifestaciones
siempre
eran
reprimidas.
No..
no,
ya
era…
ya
era
algo
muy
fuerte.
O
sea
ya
era
normal
que
tuviéramos
temor.
Pero
la
oposición
estaba
más
organizada
que
antes
y
se
propuso
recolectar
firmas
para
llamar
a
un
referéndum
revocatorio
que
buscaba
destituir
a
Hugo
Chávez.
Lo
que
José
Rafael
quería
era
que
ocurriera
el
referéndum
y
que
ganara
la
oposición.
Era
finales
del
2003
y
José
Rafael
se
había
ido
a
la
finca
de
sus
suegros
para
distraerse
un
poco
y
no
pensar
en
su
negocio
ni
en
la
situación
política
del
país.
Pero
fue
casi
imposible
separarse
de
sus
preocupaciones.
Una
de
esas
noches
tuvo
un
sueño
que
ocurría
en
el
futuro.
En
él,
José
Rafael
estaba
en
las
calles
de
Caracas…
Había
una
manifestación
horrible
en
Venezuela
ya
que
Chávez
había
dicho
que
no
se
iba,
no
se
iba
a
respetar
el
referéndum,
que
eso
nos
iba
a
hacer,
que
él
iba
a
ser
el
presidente
para
toda
la
vida.
Y
yo
tomaba
los
controles
de
Mazinger
Z
y
me
iba
a
Caracas
a
defender
el…
a
la
gente
de
oposición.
Cuando
José
Rafael
se
despertó,
decidió
que
ese
sueño
sería
su
próxima
gran
creación.
Intentaría
salvar
a
Venezuela
con
la
ayuda
de
Mazinger
Z.
Ya
volvemos.
Este
mensaje
viene
de
un
patrocinador
de
NPR.
Squarespace,
el
creador
de
sitios
web
fácil
de
usar
y
diseñado
por
profesionales
reconocidos
internacionalmente.
La
plataforma
todo
en
uno
de
Squarespace
se
especializa
en
hacer
más
fácil
establecer
una
presencia
en
línea,
con
dominios,
herramientas
de
marketing,
análisis
y
más.
Visita
Squarespace
punto
com
slash
NPR
para
obtener
una
prueba
gratuita
y
cuando
estés
listo
para
lanzar
tu
página,
usa
el
código
NPR
para
ahorrarte
diez
por
ciento
en
la
compra
de
tu
primer
sitio
web
o
dominio.
Radio
Ambulante
y
el
siguiente
mensaje
son
patrocinados
por
TransferWise,
una
nueva
forma
de
enviar,
pagar
y
recibir
dinero
internacionalmente.
Con
TransferWise,
puedes
ahorrar
más
y
preocuparte
menos.
Siempre
obtendrás
el
tipo
de
cambio
medio
del
mercado,
cuando
envíes
dinero
a
ochenta
países.
Y
el
cincuenta
por
ciento
de
las
transferencias
llegan
en
una
hora.
TransferWise
también
tiene
una
cuenta
multidivisa
que
te
permite
guardar
y
convertir
hasta
en
54
monedas.
Únete
a
los
más
de
nueve
millones
de
usuarios,
y
prueba
TransferWise
de
forma
gratuita
en
transferwise
punto
com
slash
NPR.
Buenas,
mi
nombre
es
Diana
Uribe.
Yo
trabajé
dieciocho
años
en
la
radio
en
Colombia
contando
historias
del
mundo.
Y
hace
dos
me
metí
al
maravilloso
mundo
del
podcast
y
me
encontré
con
Radio
Ambulante
y
me
llamó
muchísimo
la
atención
porque
siento
que
hay
una
conexión
en
la
forma
tan
maravillosa
como
ellos
narran
las
historias
de
América
Latina
con
toda
su
diversidad
y
su
riqueza
cultural
y
el
tipo
de
temas
que
yo
narro
y
exploro
de
América
Latina
y
el
mundo.
Si
quieren
conocer
mi
trabajo
los
invito
a
que
escuchen
DianaUribe
punto
fm
en
cualquier
aplicación
de
podcast.
Escucha
Short
Wave,
el
nuevo
podcast
diario
de
NPR
sobre
ciencia.
En
unos
diez
minutos
de
lunes
a
viernes
te
enterarás
de
nuevos
descubrimientos,
misterios
cotidianos
y
la
ciencia
detrás
de
los
titulares.
Te
volverás
un
poco
más
inteligente,
o
al
menos
así
te
verás
frente
a
tus
amigos.
Escucha
y
suscríbete
ahora
a
Short
Wave
de
NPR.
Estamos
de
vuelta
en
Radio
Ambulante,
soy
Daniel
Alarcón.
Antes
de
la
pausa,
José
Rafael
se
había
despertado
de
un
sueño.
En
él,
la
oposición
venezolana
había
perdido
el
referéndum
y
el
presidente
de
entonces,
Hugo
Chávez,
se
declaraba
presidente
vitalicio
de
Venezuela.
Así
que
en
medio
de
fuertes
manifestaciones,
José
Rafael
tomaba
el
control
del
robot
Mazinger
Z
y
salía
a
defender
a
la
oposición.
Era
el
perfecto
guion
para
una
película
o,
en
este
caso,
para
un
videojuego.
Y
cuando
me
desperté
ya,
esta
idea
está
chévere,
voy
a
escribirla.
Nunca,
de
verdad,
yo
jamás
había
hecho
nada
político
y
no
me
gustaba
hacer
nada
político.
Pero
el
sueño
fue
tan
vívido
que
dije
voy
a…
voy
a
hacer
un
guion
y
me
puse
a
hacer
un
guion.
Era
el
momento
de
que
Mazinger
Z
saliera
a
las
calles
de
Venezuela.
Lisette
Arévalo
nos
sigue
contando.
José
Rafael
escribió
el
guion
para
el
juego
tal
cual
lo
había
soñado
y
a
medida
que
avanzaba,
iba
haciendo
ajustes
para
los
diferentes
niveles
que
tendría.
Tardó
más
o
menos
dos
semanas
en
terminar
de
escribir
la
historia,
y
en
ese
momento
no
le
contó
a
nadie
sobre
lo
que
estaba
trabajando.
Solo
cuando
ya
estaba
listo,
se
lo
mostró
a
uno
de
los
artistas
que
trabajaban
con
Mediatech.
Se
llamaba
Daniel.
Y
me
dice:
“Oye,
¿por
qué
no
lo
hacemos?
Vamos
a
hacerlo
en
nuestros
tiempos
libres”,
y
no
qué.
Entonces
bueno,
comenzamos
esa
aventura.
La
aventura
de
desarrollar
el
videojuego:
diseñar,
programar
y
todo
lo
demás.
Era
una
tarea
de
meses
y
decidieron
hacerlo
en
secreto
porque
con
todo
lo
que
estaba
pasando
en
el
país,
sentían
un
poco
de
miedo.
Ya
desde
el
primer
momento
que
yo
escribí
la
historia
yo
tuve,
tuvimos
temor
de
que
nos
pasara
algo,
que
nos…
recibir
una
llamada
del
gobierno:
“Paren
eso,
no
hagan
eso”,
¿Sabes?
Más,
más
fue
el
miedo
de,
oye
que
nadie
nos
pare
nuestro
desarrollo.
No,
no
vamos
a
parar
nunca.
La
historia
que
escribió
para
el
videojuego
iba
más
o
menos
así:
Entonces
lo
que
hice
fue
como
una
mezcla
de
la
ficción,
de
toda
la
ficción
de
MazingeZ,
y
todo
eso
lo
fusioné
con
el
estamento
político
de
Venezuela.
Para
entender
esta
fusión,
necesitamos
entrar
más
en
detalle
en
la
historia
del
origen
de
Mazinger
Z.
Todo
empieza
con
el
científico
japonés
Juzo
Kabuto,
y
una
expedición.
Fue
hace
muchos
años.
Junto
con
otros
científicos
y
arqueólogos
de
todo
el
mundo
descubrí
la
antigua
Isla
de
Rodos
en
el
Mar
Egeo.
Y
va
con
él
su
archienemigo
que
es
el
doctor
Hell,
hacen
un
descubrimiento,
unos
robot
gigantes
en
la
isla
de
Rodos.
Unos
robots
gigantes
llamados
Mikeneses
que
pertenecían
a
una
civilización
que
había
sido
destruida.
Pero
estaban
en
pedazos,
así
que
los
científicos
comenzaron
a
reconstruirlos.
Y
cuando
terminaron,
el
doctor
Hell,
dice…
Atención
todos,
gracias
por
su
ayuda
en
la
reconstrucción
de
robots
Mikeneses.
Ahora
estas
poderosas
máquinas
se
moverán
solo
a
mi
voluntad
y
mando.
Inmediatamente
le
mete
mecanismos
para
manejar
esos
robots
como
unas
bestias
mecánicas
y
mata
a
todos
los
científicos.
Pero
Juzo
Kabuto
logra
salvarse,
se
escapa
de
la
isla
y
regresa
a
Japón
donde
construye
su
propio
robot
gigante
para
luchar
contra
el
doctor
Hell:
Mazinger
Z.
Ya
en
el
primer
capítulo
el
doctor
Hell
manda
a
asesinar
a
Juzo
Kabuto
y
este
le
entrega
el
robot
a…
a
Koji.
A
Koji
Kabuto,
su
nieto.
Ese
personaje
con
el
que
José
Rafael
soñaba
en
convertirse
cuando
era
niño.
A
partir
de
ahí
toda
la
serie
se
trata
de
eso:
de
Koji
manejando
a
Mazinger
Z
y
luchando
contra
los
ejércitos
de
robots
gigantes
del
doctor
Hell,
para
evitar
que
domine
el
mundo.
José
Rafael
tomó
elementos
de
esta
historia
y
los
adaptó
al
contexto
venezolano.
Entonces,
por
ejemplo,
para
los
generales
que
comandaban
los
ejércitos
de
robots
Mikeneses…
Yo
seleccioné
a
cada
uno
de
esos
comandantes
según
la…
la
mitología
del
manga
y
busqué
como
similitud
con
los
personajes
del…
del
gobierno
de
Chávez.
Elegía
a
personas
que
formaban
parte
del
gobierno
para
que
interpretaran
el
papel
de
los
comandantes
robóticos
en
el
videojuego.
Por
ejemplo,
en
el
cómic
había
un
personaje
llamado
General
Angoras,
que
era
considerado
escurridizo.
José
Rafael
entonces
buscaba
a
alguien
del
gobierno
chavista
que
fuera
conocido
por
tener
una
personalidad
parecida
y
lo
elegía
para
interpretar
ese
rol.
Y
así
con
cada
uno
de
los
enemigos
de
Mazinger
Z.
Incluyendo
a
su
gran
antagonista,
el
Emperador
de
la
Oscuridad,
o
sea
el
mismísimo
Hugo
Chávez.
Mientras
José
Rafael
y
su
compañero
trabajaban
en
el
videojuego,
el
Consejo
Nacional
Electoral
aprobó
la
recolección
de
firmas
de
la
oposición.
Se
anunció
que
el
referéndum
ocurriría
el
quince
de
agosto
de
2004.
Y
unas
dos
semanas
antes
de
esa
fecha,
José
Rafael
terminó
el
juego.
Se
llamaba
“Mazinger
Z
salva
a
Venezuela”.
Comenzaba
así:
El
palacio
de
gobierno
de
Miraflores,
aquí
estamos
como
siempre
al
frente
de
nuestras
responsabilidades.
Se
va,
se
va,
se
va,
se
va…
La
introducción
empieza
con
este
audio
de
archivo
de
un
discurso
de
Chávez
y
de
las
protestas
de
la
oposición.
En
la
pantalla
se
ve
la
imagen
de
un
globo
terráqueo
y
un
cielo
estrellado.
Hasta
que
de
repente…
Hay
una
explosión
y
ahí
se
explica
cuál
es
el
objetivo
del
juego.
Sale
un
texto
que
dice:
Días
después
la
fecha
del
referéndum,
19
agosto
del
2004.
La
ciudad
está
en
calma
y
se
proclama
una
nueva
marcha
por
parte
de
la
oposición.
En
la
pantalla
aparecen
miles
de
venezolanos
caminando
por
las
calles.
Entre
ellos
van
dos
jóvenes:
Daniel
y
José
Rafael.
Y
en
la
marcha
comentan
su
proyecto
secreto,
la
construcción
de
Mazinger
Z.
Dicen
que
decidieron
hacerlo
porque
el
Gobierno
creó
un
ejército
de
robots
gigantes
para
tener
control
del
país.
Hay
un
pequeño
salto
en
el
tiempo
hacia
un
momento
en
el
que
hay
ataques
a
los
manifestantes
por
parte
del
gobierno.
Hay
muertos
y
heridos,
entre
los
que
está
Daniel.
José
Rafael
corre
a
ayudarlo.
«Estoy
bien,
no
es
nada
grave.
Llegó
el
momento
en
que
tanto
esperamos,
Rafael.
Usa
a
Mazinger
Z.
Esta
situación
tiene
que
terminar
hoy».
A
lo
que
José
Rafael
responde…
«¿De
qué
hablas?
Yo
no
estoy
listo
para
manejar
a
Mazinger,
levántate,
que
yo
te
ayudo.
Salgamos
de
aquí».
Pero
Daniel
le
insiste
en
que
está
listo,
se
levanta
y
corre
hacia
la
multitud
de
personas.
De
repente
una
ráfaga
de
balas
pasa
cerca
a
José
Rafael.
«Malditos.
Tienes
razón,
Daniel.
No
puedo
asustarme
ahora.
Esto
tiene
que
terminar
hoy».
Y
pensando
en
las
palabras
de
su
amigo,
sube
a
la
terraza
de
su
casa
y
se
encuentra
con
la
nave
para
manejar
a
Mazinger
Z.
El
objetivo
del
juego
es
salvar
a
Venezuela
de
lo
que
José
Rafael
llama
el
“dominio
chavista”.
Y
para
lograrlo
Mazinger
Z
tiene
que
enfrentarse
a
los
robots
gigantes
y,
al
final,
enfrentarse
a
un
robot
manejado
por
Hugo
Chávez.
Cuando
terminaron
de
desarrollarlo,
José
Rafael
y
Daniel
fueron
los
primeros
en
jugarlo.
Lo
vimos,
lo
vimos
y
dijimos:
“No,
ya,
si
esto
hay
que…
que
pase
lo
que
pase,
nos
tenemos
que
arriesgar”.
No
podían
dejar
que,
después
de
tanto
esfuerzo,
quedara
en
nada.
Así
que
decidieron
lanzar
el
juego
al
mercado.
Sobre
todo
porque,
para
ellos,
era
una
especie
de
protesta
personal.
Después
lo
tomamos
como
una
cosa
de…
de
nuestro
granito
de
arena
político.
Nosotros
decimos
esto
y
esto
es
lo
que
pensamos
de
Hugo
Chávez
y
así
lo
lanzamos.
Un
poquito
nerviosos,
claro.
Pero
nada
fuera
de
lo
normal.
Después
de
todo,
las
peleas
y
luchas
que
habían
creado,
no
salían
de
la
pantalla.
Todo
pasaba
dentro
de
este
universo
fantástico.
En
realidad,
pensaban
que
lo
peor
que
les
podía
pasar
es
que
alguien
criticara
su
desarrollo
técnico.
En
ese
momento
la
industria
de
los
videojuegos
estaba
creciendo
en
Venezuela
y
era
muy
competitiva.
Y
José
Rafael
sabía
que
sus
colegas
estarían
al
pendiente
de
ver
los
avances
de
cualquier
juego
nuevo
en
el
mercado
nacional.
Confiados
en
lo
que
habían
creado,
Mazinger
Z
salva
a
Venezuela
fue
distribuído
en
unas
cien
tiendas
como
librerías
y
establecimientos
de
computación.
El
juego
tuvo
una
buena
acogida
enseguida.
Apenas
comenzaron
a
distribuirlo,
lo
llamaron
del
noticiero
del
medio
Globovisión
para
entrevistarlo.
Después
de
todo,
su
empresa
era
pionera
en
videojuegos
y
todos
estaban
al
tanto
de
sus
nuevos
lanzamientos. Durante
la
entrevista,
José
Rafael
habló
más
del
desarrollo
y
los
retos
técnicos
que
habían
superado,
como
si
fuera
cualquier
otro
videojuego.
Pero
la
entrevistadora,
que
era
de
un
medio
de
oposición,
no
dejaba
de
comentar
sobre
el
mensaje
que
mandaba
el
juego.
Porque
era
en
la
entrevista
me
decía:
“¿Pero
por
qué
dices
que
vamos
a
perder
referéndum?”.
Ellos
estaban
confiados
en
que
se
iba
a
hacer.
Como
si
José
Rafael
fuera
un
analista
político.
Yo:
“Bueno,
es
mi
visión,
es
lo
que
soñé,
es
lo
que
me
imaginé.
Me
parece
que
va
a
suceder
esto.
Por
eso
plasmé
este
juego
y
por
eso
lo
hice”.
Su
posición
era
presentarse
simplemente
como
un
creador
de
videojuegos
y
esa
era
su
manera
de
expresarse.
Nada
más.
Habían
pasado
pocos
días
y
el
juego
ya
se
estaba
vendiendo.
José
Rafael
sentía
que
se
convertiría
en
todo
un
éxito.
Pero
unos
días
después
de
la
entrevista
con
Globovisión,
José
Rafael
recibió
una
llamada
de
su
hermano.
Me
dice:
«Prende
la
televisión
que
están
hablando
de
ti,
que
están
hablando
de
ti,
prende
la
televisión».
Y
me
empezó
a
llamar
toda
mi
familia
por
todos
lados.
No
era
cualquier
programa.
Era
La
Hojilla,
un
programa
afín
al
gobierno
de
Chávez
que
se
transmitía
por
el
canal
del
Estado,
V
TV.
Entonces
claro,
cuando
prendo
la
televisión
y
casi
me
da
un
infarto
(risa
nerviosa)
porque
era…
tenían
fotos
mías
que
habían
sacado
de
entrevistas
mías
en
Internet
en
esa
época
habían
sacado
fotos…
Y
fotos
del
videojuego
también.
Pero
eso
no
era
todo,
José
Rafael
dice
que
el
presentador
del
programa
tenía
varias
cajas
del
juego
y
las
mostraba
por
televisión
mientras
decía
que…
“Esto
es
propaganda
contra
el
gobierno
y
esto
está
financiado
por…
Esto
está
financiado
por
la
ultra
ultra
derecha”.
Bueno
dijeron
de
todo.
Algo
que
era
falso
pues
él
mismo
se
había
financiado.
Y
después
de
decir
todo
esto,
el
presentador
agregó…
«Y
este
señor
es
José
Rafael
Marcano,
eh,
hacemos
un
llamado
a
la
fiscalía
que
lo
vayan
ahorita
mismo
su
domicilio
es
tal
vayan
y
deténganlo».
O
sea
una
cosa
espantosa.
Intentamos
conseguir
el
audio
de
este
programa
pero
fue
imposible.
El
argumento
que
daban
en
ese
programa
para
que
las
autoridades
lo
detuvieran
era
que
el
videojuego
estaba
incitando
al
odio,
y
que
José
Rafael
había
sido
financiado
para
difamar
a
Chávez
internacionalmente.
José
Rafael
no
podía
creer
lo
que
estaba
pasando.
Uno
de
los
programas
más
vistos
en
el
país
estaba
pidiendo
que
lo
detuvieran
por
crear
un
videojuego.
No
me
imaginé
que
iba
a
ser
tan
fuerte
la
reacción.
Eso,
me
imaginé:
«Uy
que
el
juego
es
malísimo»,
más
descalificaciones…
«Esa
historia
nada
que
ver»
pero,
pero
no
esto.
No
lo
que
sucedió
al
final.
O
sea
la
reacción
fue
muy
brutal.
Y
es
que
en
esa
época
había
mucha
crítica
al
gobierno.
Eran
libros,
reportajes
de
televisión,
columnas
de
opinión,
en
fin.
José
Rafael
no
era
el
primero
ni
el
único.
Pensó
que
un
videojuego
en
el
que
Mazinger
Z
peleaba
contra
una
versión
ficticia
de
Hugo
Chávez,
no
pasaría
de
ser
una
crítica
más
del
montón
que
ya
había.
Lo
primero
que
hizo
José
Rafael
después
de
ver
el
programa
fue
llamar
a
varios
abogados
para
que
lo
asesoraran.
Uno
de
ellos
le
dijo
que
legalmente
no
podían
hacer
nada.
Pero
también
le
dijo…
Pero
acuérdate
que
estamos
en
el
estado
de
derecho
que
estamos
y
si
les
da
la
gana
te
meten
preso”.
O
sea,
al
final
fue…
fue
la
conclusión.
Ya
eso
es
cuestión
de
ellos.
Aún
así,
trataron
de
preparar
una
defensa
en
caso
de
que
lo
fueran
a
buscar.
Pero
antes
de
que
pudiera
decidir
qué
hacer,
las
amenazas
comenzaron
a
llegar.
Al
día
siguiente
del
programa
de
La
Hojilla,
José
Rafael
comenzó
a
recibir
llamadas
a
su
celular
de
números
desconocidos
y
le
decían
cosas
como…
«Si
no
retiras
(ininteligible)
la
calle,
te
puedes
imaginar
lo
que
te
va
a
suceder
a
ti
y
a
tu
familia,
los
conocemos,
retira
eso»
O
me
insultaban:
«Opositor
de
porquería»,
me
decían
groserías
y
tiraban
el
teléfono.
Empezó
a
sentir
mucho
miedo
de
lo
que
podía
pasar.
Su
esposa
y
su
familia
empezaron
a
preocuparse
cada
vez
más.
El
compañero
de
trabajo
con
quien
había
realizado
el
videojuego,
Daniel,
también
estaba
muerto
de
miedo.
Llegó
a
decirle
a
José
Rafael
que
lo
mejor
era
que
lo
retiraran
de
las
tiendas.
José
Rafael
tenía
dudas
de
si
debía
retirarlo
o
no.
Pensó
que
no
pasaría
nada
más
aparte
de
lo
que
había
dicho
el
presentador
del
programa.
Pero
unos
tres
días
después
uno
de
los
distribuidores
del
videojuego
lo
llamó.
Le
dijo
que
funcionarios
del
Seniat,
el
organismo
encargado
de
recaudar
impuestos
en
Venezuela,
habían
ido
a
su
local.
Sellaron
la
tienda,
le
pusieron
una
multa
muy
grande
y
le
di…
le
dijeron:
“¿Cuántas
unidades
tienen
de
esto?”
Creo
que
la
tienda
en
ese
momento
tenía
como
unas
cien
unidades.
“Mande…
recojamos
todo
esto
y
recojan
todo
y…
y
esto
que
les
está
pasando
es
por
culpa
de
estar
vendiendo
este
videojuego”.
Los
oficiales
se
llevaron
todos
los
CDs
que
tenía
el
local.
El
cliente
estaba
muy
asustado
y
molesto.
José
Rafael
trató
de
calmarlo
y
le
dijo
que
le
ayudaría
a
pagar
la
multa,
que
no
se
preocupara.
Pero
para
José
Rafael
esta
fue
la
amenaza
más
grande
que
había
recibido
hasta
el
momento.
Este,
o
sea,
a
me
dio
mucho
miedo,
mucho
miedo.
O
sea,
yo
no
quise
enfrentarme
a
eso.
Y
lo
que
dije
bueno,
nada,
me
toca
recoger,
eh…
desgraciadamente
agachar
la
cabeza
y
recoger
todo
los
juegos
y
destruirlos.
Entonces
llamó
a
todos
sus
clientes,
uno
por
uno.
Les
pidió
que
sacaran
el
juego
de
las
vitrinas
y
que
pasaría
a
recogerlos.
A
otros,
por
la
prisa
y
el
miedo
que
sentía,
les
pidió
que
ellos
mismos
los
destruyeran.
Quería
asegurarse
de
que
no
quedara
ni
una
copia
del
juego.
Algunas
tiendas
tenían
para
granular
CDs
entonces
muchos
lo
granularon,
otras
rompieron,
rompieron
cajas,
rompieron
discos
y
botaron
y
listos
para
la
basura.
Si
alguno
de
sus
clientes
le
decía
que
había
vendido
algún
juego,
José
Rafael
les
decía
que
se
quedara
con
el
dinero.
No
quería
ni
siquiera
emitir
una
factura
por
esa
venta.
Estaba
aterrorizado.
Fueron
unos
quince
días
espantosos
y
tumultuosos
para
José
Rafael
y
su
familia.
Cuando
terminó
de
recoger
todos
los
videojuegos,
las
amenazas
y
las
llamadas
pararon.
Y
ya
en
esa
especie
de
calma,
fue
que
José
Rafael
comenzó
a
dejar
de
sentir
miedo,
pero
empezó
a
sentir
rabia.
De
tenerlo
que
haber
sacado
del
mercado
y…
y
mucha
frustración.
Mucha
tristeza
de
que
definitivamente
sentir
el
peso
de…
de
un
gobierno
que
le
impone
a
uno
lo
que
puede
producir
y
lo
que
no
puede
producir
es
muy
feo.
Lo
que
le
había
pasado
solo
reafirmaba
lo
que
ya
pensaba
sobre
el
gobierno
de
Chávez.
El
caso
de
Mazinger
Z,
salva
a
Venezuela,
lo
que
es
una
prueba
de…
de
que
hay
un
gobierno
totalmente
dictatorial
y
que
no
quería
absolutamente
ningún
tipo
de
disidencia.
Ni
siquiera
si
venía
de
algo
tan
irrisorio
como
una
caricatura
en
un
videojuego.
Y
es
que
el
gobierno
estaba
acostumbrado
a
responder
a
las
críticas
de
los
políticos
o
los
medios
de
comunicación
de
oposición
a
través
del
programa
semanal
de
Chávez.
Pero
esta
nueva
forma
de
criticarlo
era
algo
que
nunca
habían
visto.
Creo
que
les
dio
mucho
miedo
decir
bueno:
“Gente
jugando
a
creyendo
que
somos
el
enemigo
y
que
nos
van
a
combatir”.
Creo
que
les
dio
mucho
miedo.
Era
un
mensaje
que
el
gobierno
no
quería
que
se
volviera
viral:
uno
de
los
robots
más
famosos
de
la
época
luchando
contra
él.
Era
demasiado
peligroso
para
el
gobierno
y
más
aún
días
antes
de
la
votación
del
referéndum.
El
referéndum
fue
el
quince
de
agosto
de
2004.
Ya
habían
pasado
unas
tres
semanas
desde
que
José
Rafael
había
sacado
el
juego
a
la
venta.
Chávez
ganó
con
un
58
por
ciento
de
los
votos.
Lo
que
quería
decir
que
su
mandato
no
sería
revocado
y
se
mantendría
como
presidente
por
el
tiempo
para
el
que
fue
elegido:
hasta
diciembre
de
2006.
Aunque
claro,
ahora
sabemos
que
su
gobierno
duraría
mucho
tiempo
más.
La
oposición
reclamó
diciendo
que
hubo
fraude.
Pero
observadores
internacionales
concluyeron
que
en
términos
generales
la
votación
se
había
realizado
de
forma
correcta.
La
policía
nunca
fue
por
José
Rafael,
pero
todo
lo
que
pasó
con
su
juego
lo
impactó
muchísimo.
Ya
sentía
mucha
ansiedad
y
preocupación
por
lo
que
estaba
pasando
en
el
país,
las
marchas,
la
represión,
el
miedo
generalizado
de
la
oposición.
Pero
este
ataque
tan
directo
hacia
él
y
su
trabajo,
ya
era
demasiado.
Le
empezaron
a
dar
ataques
de
pánico
constantes.
Así
que
decidió
borrarse
por
completo
del
mapa,
hacer
como
si
el
José
Rafael
pionero
en
desarrollo
de
videojuegos
ya
no
existiera.
Inclusive
cuando
otros
lo
reconocían.
Porque
la
gente
me:
«Ah
y
eres
el
que
hiciste
el
juego
contra
Chávez».
O
sea,
eso
era
lo
más
común.
«Ah
eres
el
desarrollador
que
se
metió
en
el
problema
en
Venezuela»,
«ah
eres
no
qué».
Entonces
claro,
yo
no
quería
ni…
O
sea
decía
mientras
más
bajo
perfil
pase,
mejor.
Recibía
llamadas
de
los
medios
de
comunicación
para
entrevistarlo
o
de
gente
curiosa
a
pedir
el
videojuego
para
comprarlo.
Pero
José
Rafael
se
negaba
y
decía
que
no
tenía
nada
de
qué
hablar
y
que
todas
las
unidades
del
juego
se
habían
destruido.
No
quería
que
nadie
hablara
de
él
ni
de
su
trabajo.
Hasta
dejó
de
desarrollar
videojuegos
para
venderlos
y
se
dedicó
más
a
trabajar
en
sistemas
y
desarrollo,
pero
en
el
área
comercial.
Esto
lo
llenaba
de
tristeza.
De
haber
pasado
de
hobby,
a
haber
pasado
a
profesional
cuando
monté
Mediatech,
volví
a
pasar
a
hobby.
Entonces
sentía
como
un
retroceso
en
mi
vida.
José
Rafael
no
fue
el
primero
ni
el
único
en
ser
afectado
por
una
guerra
contra
los
videojuegos
por
parte
del
gobierno
venezolano.
En
2008,
las
compañías
Pandemic
Studios
y
Electronic
Arts
sacaron
el
juego
Mercenaries
2:
World
in
Flames,
donde
a
simple
vista
el
objetivo
era
invadir
Venezuela
para
derrocar
a
un
dictador.
Cuando
el
gobierno
de
Chávez
se
enteró
de
su
existencia
respondió
de
inmediato
y
lo
calificó
como
un
ataque
del
capitalismo.
Los
congresistas
y
representantes
del
gobierno
señalaron
al
juego
como
un
intento
de
invasión
estadounidense
y
lo
calificaron
como
“una
agresión
imperialista”.
Es
parte,
si
se
quiere,
de
una
conspiración
porque
quien
lo
hace,
Pandemics,
es
una
empresa
que
le
aporta
al
ejército
de
los
Estados
Unidos
y
a
la
CIA
videojuegos
para
uso
militar.
Y
la
crítica
fue
más
allá
del
juego
de
Mercenaries
2.
Ya
era
a
todos
los
videojuegos.
Este
es
Chávez
en
su
programa
semanal
de
la
época,
Aló
Presidente:
Díganme
esos
juegos
que
llaman
Playstation,
¡un
veneno!
Hay
juegos
incluso
para
matar,
que
enseña
a
matar.
Una
vez
hicieron
uno
con
la
cara
mía
incluso.
Un
Playstation
qué
es
eso,
ah
es
el
capitalismo
sembrando
violencia
para
luego
vender
armas.
Aunque
en
realidad,
el
juego
termina
siendo
una
crítica
a
la
invasión
gringa
y
al
final
en
los
créditos
dice:
“Gracias
a
la
Revolución
Bolivariana.
Un
mundo
mejor
es
necesario”.
O
sea,
terminaron
criticando
algo
que
fue
creado
a
favor
de
ellos.
En
diciembre
de
2009,
la
Asamblea
Nacional
aprobó
la
Ley
Para
Prohibición
de
Videojuegos
y
Juguetes
Bélicos.
Esta
penaliza
la
creación,
comercialización,
distribución
y
uso
de
videojuegos
violentos.
El
argumento
era
proteger
a
los
niños
y
niñas
y
evitar
que
la
violencia
siguiera
creciendo.
Esta
ley
fue
fuertemente
criticada.
Sobre
todo
por
su
ambigüedad
ya
que
no
incluía
ninguna
definición
concreta
de
violencia.
Entonces,
por
ejemplo,
Mario
Bros
golpeando
a
un
honguito
podría
considerarse
violento.
Pero
sobre
todo,
se
criticaba
que
en
esa
época
había
mucha
represión
excesiva
del
gobierno
hacia
los
manifestantes.
Era
pura
contradicción
en
su
discurso
de
paz.
Lo
que
la
ley
logró
fue
frenar
una
industria
en
crecimiento
en
su
país
porque
crear
videojuegos
se
convirtió
en
algo
político
y
peligroso.
Esto
llevó
a
que
los
desarrolladores
tuvieran
que
programar
en
la
clandestinidad
o,
en
muchos
casos,
a
auto
exiliarse
de
su
país.
Como
pasó
con
José
Rafael
que
en
el
2015
se
fue
a
vivir
a
Colombia
con
su
familia.
Se
fue
porque
la
situación
en
Venezuela
era
insostenible
y
no
podía
hacer
lo
que
más
le
gustaba
en
libertad.
Digamos
que
definitivamente
a
nivel
del…del
juego,
en
vez
de
ganar,
perdí
y
ellos
se
quedaron
allá.
Yo
me
tuve
que
ir
y
definitivamente
la
historia
no
fue
como
yo
me
la
imaginé.
Al
final
terminó
mal.
En
Colombia
consiguió
un
trabajo
en
una
compañía
de
desarrollo
de
software
y
ahí
tomó
una
decisión:
subió
el
juego
Mazinger
Z
Salva
a
Venezuela
a
su
página
web
donde
se
puede
descargar
de
forma
gratuita.
Era
como
liberarme
del
miedo
que
tuve
durante
tantos
años.
De
repente
si
estuviera
viviendo
en
Venezuela
no
lo
hubiera
hecho.
Pero
dije
bueno
ya,
voy
a
cerrar
este
capítulo.
Ya
tanto
años
de…
de
que
hubo
esta
censura,
no
me
importa
nada.
Aquí
lo
voy
a
poner
y
que
lo
vea
quien
lo
quiera
ver,
y
que
lo
juegue
quien
lo
quiera
jugar.
Y
punto.
Pero
además
era
una
forma
de
reivindicarse,
de
recrear
un
escenario
en
el
que
él
ganaba.
Uno
en
el
que
podía
quedarse
en
Venezuela
y
continuar
con
su
empresa
y
su
vida.
Uno
en
el
que
podía
convertirse
en
Koji
Kabuto
y
Mazinger
Z,
como
siempre
había
soñado
desde
que
era
niño.
Desde
que
José
Rafael
subió
el
juego
a
su
página
web,
Mazinger
Z
Salva
a
Venezuela
ha
generado
miles
de
descargas.
Mazinger
Z
y
Koji
Kabuto
siguen
siendo
parte
importante
de
su
vida.
Es
más,
es
conocido
como
José
Rafael
Marcano
Kabuto
en
el
mundo
de
los
desarrolladores
y
acaba
de
sacar
un
nuevo
juego
sobre
el
robot.
Gracias
a
Anaís
López
y
a
Elías
Gonzalez
por
su
ayuda
con
este
episodio.
Lisette
Arévalo
es
productora
de
Radio
Ambulante,
vive
en
Quito.
Este
episodio
fue
editado
por
Camila
Segura
y
por
mí.
El
diseño
de
sonido
es
de
Andrés
Azpiri
y
Rémy
Lozano,
con
música
de
Rémy.
Desirée
Yépez
hizo
el
fact-checking.
El
resto
del
equipo
de
Radio
Ambulante
incluye
a
Paola
Alean,
Nicolás
Alonso,
Jorge
Caraballo,
Aneris
Casassus,
Victoria
Estrada,
Xochitl
Fabián,
Fernanda
Guzmán,
Miranda
Mazariegos,
Barbara
Sawhill,
David
Trujillo
y
Elsa
Liliana
Ulloa.
Carolina
Guerrero
es
la
CEO.
Radio
Ambulante
es
un
podcast
de
Radio
Ambulante
Estudios,
se
produce
y
se
mezcla
en
el
programa
Hindenburg
PRO.
Radio
Ambulante
cuenta
las
historias
de
América
Latina.
Soy
Daniel
Alarcón.
Gracias
por
escuchar.
Check out more Radio Ambulante

See below for the full transcript

► Hola, Ambulantes. Antes de empezar queremos pedir un favor. Acabamos de lanzar nuestra encuesta anual y nos va a ayudar mucho si la responden. La encuesta es la manera que tenemos para saber cómo servirles mejor y qué otros podcasts y productos quieren que desarrollemos. Para responder vayana a radioambulante.org/encuesta No les tomará mucho tiempo y nos servirá muchísimo. ¡Gracias! Bienvenidos a Radio Ambulante desde NPR, soy Daniel Alarcón. Lo que acaban de escuchar es de un programa de televisión japonés muy famoso de los años setenta: Mazinger Z. Si han visto alguna vez algún dibujo animado japonés, ya pueden imaginarse los personajes perfectamente. Sayaka intercambiarémos posiciones con una acrobacia aérea. ¿Intentar acrobacias aéreas? ¡Muy bien! ¡Me lanzaré hacia allá! Tienen los ojos grandes, narices respingadas y bocas pequeñitas. Sus emociones o reacciones son exageradisimas. Cuando lloran, por ejemplo, se ven ríos de lágrimas y cuando ríen sus bocas se vuelven gigantescas. Y durante todo el programa hay muchos, pero muchos efectos de sonido. ¡Mazinger Z! En fin, creo que se hacen una idea y estoy seguro de que muchos de ustedes han visto programas como estos, más conocidos como anime. Mazinger Z está basado en una serie de historietas del mismo nombre, con un personaje muy particular. Robot de dieciocho metros gigante, imponente, controlado por un humano. Este es José Rafael Marcano. Un súper fan de Mazinger Z desde que lo vio por primera vez, cuando tenía diez años, a principios de los años ochenta. Este robot metálico tiene el cuerpo blanco con negro, las piernas y los puños azules, una cabeza gris de donde sale como una especie de florero o de corona metálica. Y además, dispara rayos con el pecho. Mazinger Z era el primer robot controlado por un humano. Que a través de una navecita que se llamaba el builder, se conectaba al robot y estaba dentro del robot piloteándolo para poder luchar contra un enemigo Y ese humano era un joven llamado Koji Kabuto. Koji Kabuto es como… considerado, como en la cultura japonesa, como un samurai que siempre está arriesgando su vida por los demás. Tengo que acabar con esos monstruos no me importa morir. Acabaré contigo cueste lo que me cueste. Era esa valentía lo que más le gustaba a José Rafael. Y como muchos niños de esa edad, una de las cosas que más quería era ser como él, como su héroe. Era como mi afición. Yo decía bueno, eh, yo voy a convertirme en Koji Kabuto y voy a ser el piloto del robot. Y para hacerlo, lo voy a hacer a través de un videojuego. Y lo logró, pero esto le traería consecuencias que nunca se imaginó. Nuestra productora Lisette Arévalo nos cuenta su historia. Vamos a volver a Mazinger Z, pero la historia de José Rafael comienza en Caracas, a finales de los años setenta. Tenía como nueve años, y vivía con su familia. Como a tantos otros niños, le encantaba jugar con sus amigos. Fútbol, béisbol, cualquier cosa al aire libre. Pero en el año 79, eh, llegó a nuestra casa, eh, por obra y gracia de Dios, llegó el Atari 2600. El Atari 2600. Una de las primeras consolas de videojuegos que existió. Ok, hay que describir esta maquinita, que según me cuentan era el último grito de la tecnología en su momento. Viéndolo ahora, pues, no se ve como gran cosa. Es una caja rectangular negra de plástico. El toque que me parece ridículo es el bordecito, como de madera falsa, al estilo de la camioneta antigua de tu abuelo. Para jugar se necesitaban dos controles que tenían un joystick, una especie de palanca. Los juegos venían en unos cartuchos o cassettes que se metían verticalmente. José Rafael tenía una gran variedad. El principal era Combat, que era un jueguito de combate, tuve Pitfall, tuve un juego que se llama River Raid que me encantaba. Pacman, por supuesto, fascinación con Pacman. Era todo un universo y él se enganchó enseguida. Se entretenía por horas con cada juego. Perfeccionando su técnica para tener un puntaje más alto, vencer a sus enemigos, y tratando de completar todos los niveles. Pero lo que más le gustaba era la gran variedad de historias y aventuras que podía tener con esa consola. Fue tanta su fascinación que con tan solo nueve años, ya sabía a qué quería dedicarse el resto de su vida. Desde ese día que vi el Atari y toqué un control de Atari, decidí que iba a ser desarrollador de videojuegos. Algo que en ese momento ni siquiera parecía ser una carrera. Sus padres nunca se imaginaron que llevar el Atari a casa iba a tener ese efecto en él. Y aunque les parecía un poco raro, no hacían muchas preguntas cuando José Rafael empezó a investigar qué implicaba eso de desarrollar videojuegos. Lo primero que aprendió es que para crear videojuegos se necesita una computadora. Todo lo que vemos en la pantalla, el diseño de los personajes y sus movimientos, están ahí porque alguien los programó en un lenguaje de computación. Eso era lo que José Rafael quería aprender. Pero como no tenía una computadora en su casa… Empecé a documentarme con… con libros, empecé a ir a librerías, empecé a comprar más revistas. Revistas especializadas que explicaban los avances tecnológicos de computación e informática. Y había unas revistas españolas e inglesas que venían con ejercicios para que los lectores aprendieran a programar sus propios juegos. Entonces yo jugaba —como no tenía computador y no… no tenía dinero para tener la computadora— yo armaba como el teclado, lo dibujaba en papel y escribía en ese teclado de papel, y después escribía el código en… en un cuadernito. Llenaba de forma minuciosa hojas y hojas de líneas con los códigos de programación que iba aprendiendo. Así llenó varios cuadernos, con palabras y símbolos que para casi cualquier otra persona parecerían letras y números sin sentido. Pero otra cosa que aprendió fue a hacer lo que se llama flujogramas, una representación gráfica de la historia del videojuego que se está creando. Primero hay que hacer un circulito que dice inicio, después hay que hacer una línea, después esto, los procesos se hacen en rectángulo. Entonces todo. Empecé como a diseñar mis juegos en papel. Hacía estos ejercicios cada vez que podía: antes de ir a la escuela, cuando regresaba, después de terminar su tarea. Inclusive cuando su mamá ya lo mandaba a dormir y apagaba las luces, José Rafael se escondía en su cuarto con una linterna para dibujar bocetos, escribir, hacer ejercicios de programación. Entonces mi… mi mamá pensaba que estaba un poquito loco (risa). Siempre lo decía: «Ay, es que mi pobre hijo se volvió un poquito loco, anda con eso de las computadoras». Claro, y nadie entendía porque al principio de los ochenta, hablar de computación, de informática, era como hablar de la NASA. Así de lejano era. Además, los videojuegos en Venezuela no eran tan comunes. Pero a José Rafael no le importaba que lo miraran raro. Era muy dedicado y quería prepararse lo más que pudiera para cuando tuviera una computadora. Fue por esa época también que conoció a Mazinger Z con la serie de televisión. Yo creo que vi el primer episodio de Mazinger Z y dije bueno ya mi sueño, mi primer sueño era programar videojuegos, ahora mi segundo sueño es hacer un videojuego de Mazinger Z. Entonces se puso a trabajar. De manera obsesiva. Hizo varios modelos y bocetos de cómo sería el juego, investigaba sin parar cómo podía crear su propia versión de la historieta. Fueron dos años de mucho trabajo y estudio. Y cuando tenía doce años sintió que ya había aprendido todo lo que podía de los libros y lasrevistas, así que decidió que era hora de hacerlo en la computadora. Como sus papás no tenían dinero para comprar una, José Rafael se propuso guardar la mitad de la mesada que le daba su papá cada día. Así lo hizo durante todo el año escolar. Cuando se terminó el sexto grado, cuando fui a vacaciones, desesperado fui a abrir el…la alcancía pero sólo tenía la mitad del dinero. Pero su papá, al ver el esfuerzo que había hecho… Me completó la otra mitad. Y así tuvo su primera computadora. Era 1982. Se compró una Sinclair modelo ZX81. Eran como un, decirte una calculadora. Tal cual una calculadora de hoy en día que la puedes pegar a tu televisor. Entonces el televisor se usaba como monitor y el teclado ni siquiera era teclado como el que conocemos. Eran unos teclados de membrana de goma. Muy, pero muy delgados. Estas fueron de las primeras computadoras que se comercializaron para uso personal y en lugar de costar miles de dólares, su precio estaba entre los cien y los doscientos. Y si bien en esa época igual era bastante dinero, era mucho más accesible para las familias. Es más, fue con esta máquina que muchas personas empezaron a programar, no solo José Rafael. Y claro, ya con la computadora en su casa, se la pasaba dos, tres, cuatro, horas programando todos los días después del colegio, y a veces se quedaba despierto casi toda la noche. No podía pensar en otra cosa. Cuando ya sabía usar mejor la computadora, José Rafael empezó a trabajar en lo que tanto quería: programar un juego de Mazinger Z. Pero no era nada parecido a cualquier videojuego que hayan visto en los últimos años. En el primer computador sólo podía hacer los muñequitos a punta de caracteres tal cual. Que sé, no sé, inventabas el juego de Mazinger y Mazinger era la A, la doble V y las piernas eran la L y así. O sea, estas letras juntas, formaban la silueta de Mazinger Z en la pantalla. El juego era simple y tenía movimientos muy básicos: caminar y lanzar un puño. Había que tener mucha imaginación para ver las aventuras de Koji Kabuto en esos dibujitos. A medida que pasaban los años, aparecían nuevas computadoras y la tecnología era cada vez más avanzada. Así que para no quedarse atrás, cuando José Rafael veía un modelo que le interesaba, vendía su computadora y ahorraba para comprarse la más moderna y así aprender lo último en programación. Cuando llegó la hora de graduarse, ya por el año 1988, le tocaba escoger una carrera… Escuchaba a mis amigos ya en bachilleratos decir: «No, yo quiero ser abogado, yo quiero ser y…» Y yo decía: “yo quiero ser desarrollador de videojuegos. Y aparte de eso, voy a formar la primera empresa de videojuegos en Venezuela”. Como no existía esa carrera se metió a estudiar ingeniería de sistemas. Era lo más cercano que había y, de alguna manera, le ayudaba a seguir aprendiendo sobre lo que realmente le interesaba. Así lo hizo por dos semestres en una universidad en Caracas, pero tuvo que dejarla porque era muy costosa y ya no le alcanzaba el dinero para pagar. Pero con todo lo que había aprendido desde niño sobre programación, José Rafael comenzó a trabajar en diferentes compañías para ganar un poco de dinero. Desarrolló algunos programas para clínicas y hoteles, como recorridos virtuales por sus instalaciones. También fue analista y auditor de sistemas para empresas petroleras, bancos y distribuidoras de tecnología. Le iba tan bien que a sus 22 años llegó a ser gerente general de una empresa de desarrollo de software. Fue ahí que pudo aterrizar un poco más su idea de crear su propia compañía. Empezó por contactar a algunas personas con las que había trabajado en las otras empresas y así fue armando su equipo. Les dijo que la idea era crear la primera empresa de desarrollo de videojuegos en Venezuela. A algunos les gustó la idea y se unieron de inmediato y así, en 1995, nació su empresa. Se llamaba Mediatech. Éramos cuatro personas nada más en un garaje, tal cual la empresa que comienza dentro del propio garaje. No empezó creando un videojuego. Primero tenía que conseguir clientes para poder subsistir. Así que empezó con una enciclopedia que enseñaba a los usuarios a crear sus propios contenidos multimedia y también hacía desarrollo de software para varios clientes, como empresas locales de petróleo o alcaldías. Pero también trabajaban para clientes grandes como Apple, por ejemplo. Y así, poco a poco, se dieron a conocer. Pasó solo un año, hasta que en 1996 finalmente lograron crear su primer videojuego: Las Aventuras de Umi. Las aventuras de Umi era una fusión de multimedia educativo con videojuegos. Para que tus hijos aprendan y se diviertan en grande, colecciona los cinco… Era un programa para niños entre los cuatro y diez años. El objetivo principal era que aprendieran a resolver problemas matemáticos o a leer usando el videojuego, pasando niveles y recibiendo recompensas al final. Y tuvo mucho, mucho éxito. Gracias a esto, José Rafael se propuso hacer lo que siempre había querido: un videojuego basado en el cómic de Mazinger Z. Lo primero y más importante era conseguir el permiso de su creador. Y desde ahí parecía casi imposible. Imagínate alguien desde Venezuela comunicándose con el creador de Mazinger Z. Pero en una coincidencia casi increíble, por esa misma época, en el 99, el creador, Go Nagai, fue invitado a Venezuela a participar en una feria. José Rafael no desperdició ese momento y junto a su equipo se acercaron a hablar con él. Con la ayuda de su intérprete le contaron que habían hecho algunos diseños y prototipos de videojuegos de Mazinger Z. Le mostraron uno en particular que estaba hecho en tercera dimensión, algo que nadie había hecho hasta ese momento. Entonces para él fue así como emocionante y le gustó mucho. Así que José Rafael le contó que en Mediatech querían trabajar más en ese diseño para luego venderlo. Y que quería pedirle su permiso para hacerlo. Y nos dio permiso. Tengo un permiso de él para que hiciéramos la versión de PC, pero nos dijo no pueden hacer nada en consolas. Porque los derechos para las consolas ya los había vendido. Lo mejor de todo fue que, además de darles el permiso, no les cobró nada. Para José Rafael eso fue muy emocionante. Fue un sueño hecho realidad. O sea, qué me iba a imaginar yo que la persona que creó el personaje icónico que marcó mi vida como programador y lo iba a conocer en persona. Era como conocer al papá de Mazinger Z. Fue grandioso. Él y su equipo se pusieron a trabajar de inmediato en el juego. Era para lo que se había estado preparando todos esos 19 años. Y poco tiempo después, finalmente… ¡Mazinger! José Rafael creó el primer videojuego oficial de Mazinger Z en Venezuela. En la intro se ve a Mazinger Z peleando con robots gigantes en una ciudad rodeada por montañas. Hoy en día, los gráficos se ven bastante sencillos, pero para la época, era lo máximo que se podría lograr. Y como era de esperarse, fue un éxito y se vendió muchísimo. Y eso fue lo que nos llevó en el 2001 a hacer el… el juego Mazinger Z vs Gran Mazinger. Ese juego fue, bueno, te puedo decir que vendió más de setenta, ochenta mil unidades. Y los encontrabas en tiendas en Venezuela pero también en varios países de Latinoamérica y España. Mediatech se estaba convirtiendo en una de las empresas más reconocidas de la industria de los videojuegos en la región. Todo parecía ir bien para José Rafael. Seguía diseñando videojuegos y también trabajaba para algunas empresas desarrollando softwares. Pero fue por esta época que todo empezó a cambiar. Lo primero que pasó fue que perdió contratos de algunas empresas estatales. Por un lado porque comenzaron a contratar solo a empresas afines al gobierno y por otro porque le empezaron a pedir una parte de la ganancia que él no estaba dispuesto a darles. Sus ingresos empezaron a disminuir sustancialmente. Y yo mismo dije no, esto, esto va mal. O sea, yo mismo comencé a sacar gente de Mediatech. Como te puedes imaginar mi frustración después de haber logrado todo lo que logré. Y para entender todo esto que le estaba pasando a José Rafael, es necesario explicar el contexto político de Venezuela en esa época. Hugo Chávez había sido elegido presidente del país en 1998. Tenía el apoyo de millones de personas que estaban cansadas de la crisis económica de los años recientes, y que creían en su proyecto político alejado del bipartidismo que había gobernado Venezuela por años. Pero así como muchos lo apoyaban, también había un grupo que se oponía fuertemente a su gobierno. En su mayoría eran empresarios y personas de la clase media alta y alta que lo veían como un dictador, con un discurso demasiado apegado al comunismo y al gobierno de Fidel Castro. José Rafael formaba parte de este grupo. Poco a poco, las decisiones que tomaba Chávez hicieron que más gente se uniera a esa oposición. En especial sindicatos, cámaras industriales, universidades, partidos políticos y hasta algunos medios de comunicación. Y es que Chávez cerró las puertas a cualquier posibilidad de diálogo con estos sectores que se oponían a las leyes promovidas en el 2001 que tocaban el petróleo, el agro, las importaciones y las exportaciones. Aún así, Chávez tenía el apoyo de una gran parte de la población. Pero el país se polarizaba cada vez más. Y con ella vinieron debates en los medios, grandes manifestaciones en las calles, de ambos lados. Había un ambiente de mucha tensión e inestabilidad. Finalmente llegó el Paro Petrolero, uno de los más grandes e impactantes de esa época. Ocurrió en diciembre de 2002, cuando los empleados de la empresa estatal petrolera PDVSA, sindicatos, y empresarios llamaron a una huelga nacional. Principalmente porque no estaban de acuerdo con que el gobierno interviniera en la elección de dirigentes de PDVSA. A ellos se les unieron otros sectores que se resistían al gobierno chavista y temían que hubiera una fuerte intervención estatal en todas las áreas de la vida nacional. Pedían que Chávez renunciara. El país estuvo paralizado durante dos meses. Había manifestaciones todos los días, incluso muertos, y ninguno de los dos lados parecía ceder. Mucha gente perdió su empleo, era difícil conseguir gasolina, alimentos, bienes básicos. Finalmente, en febrero del 2003, se terminó el paro. Con varias consecuencias, claro. Ya Venezuela era muy turbulenta. Había mucha violencia en la calle. Las manifestaciones siempre eran reprimidas. No.. no, ya era… ya era algo muy fuerte. O sea ya era normal que tuviéramos temor. Pero la oposición estaba más organizada que antes y se propuso recolectar firmas para llamar a un referéndum revocatorio que buscaba destituir a Hugo Chávez. Lo que José Rafael quería era que ocurriera el referéndum y que ganara la oposición. Era finales del 2003 y José Rafael se había ido a la finca de sus suegros para distraerse un poco y no pensar en su negocio ni en la situación política del país. Pero fue casi imposible separarse de sus preocupaciones. Una de esas noches tuvo un sueño que ocurría en el futuro. En él, José Rafael estaba en las calles de Caracas… Había una manifestación horrible en Venezuela ya que Chávez había dicho que no se iba, no se iba a respetar el referéndum, que eso nos iba a hacer, que él iba a ser el presidente para toda la vida. Y yo tomaba los controles de Mazinger Z y me iba a Caracas a defender el… a la gente de oposición. Cuando José Rafael se despertó, decidió que ese sueño sería su próxima gran creación. Intentaría salvar a Venezuela con la ayuda de Mazinger Z. Ya volvemos. Este mensaje viene de un patrocinador de NPR. Squarespace, el creador de sitios web fácil de usar y diseñado por profesionales reconocidos internacionalmente. La plataforma todo en uno de Squarespace se especializa en hacer más fácil establecer una presencia en línea, con dominios, herramientas de marketing, análisis y más. Visita Squarespace punto com slash NPR para obtener una prueba gratuita y cuando estés listo para lanzar tu página, usa el código NPR para ahorrarte diez por ciento en la compra de tu primer sitio web o dominio. Radio Ambulante y el siguiente mensaje son patrocinados por TransferWise, una nueva forma de enviar, pagar y recibir dinero internacionalmente. Con TransferWise, puedes ahorrar más y preocuparte menos. Siempre obtendrás el tipo de cambio medio del mercado, cuando envíes dinero a ochenta países. Y el cincuenta por ciento de las transferencias llegan en una hora. TransferWise también tiene una cuenta multidivisa que te permite guardar y convertir hasta en 54 monedas. Únete a los más de nueve millones de usuarios, y prueba TransferWise de forma gratuita en transferwise punto com slash NPR. Buenas, mi nombre es Diana Uribe. Yo trabajé dieciocho años en la radio en Colombia contando historias del mundo. Y hace dos me metí al maravilloso mundo del podcast y me encontré con Radio Ambulante y me llamó muchísimo la atención porque siento que hay una conexión en la forma tan maravillosa como ellos narran las historias de América Latina con toda su diversidad y su riqueza cultural y el tipo de temas que yo narro y exploro de América Latina y el mundo. Si quieren conocer mi trabajo los invito a que escuchen DianaUribe punto fm en cualquier aplicación de podcast. Escucha Short Wave, el nuevo podcast diario de NPR sobre ciencia. En unos diez minutos de lunes a viernes te enterarás de nuevos descubrimientos, misterios cotidianos y la ciencia detrás de los titulares. Te volverás un poco más inteligente, o al menos así te verás frente a tus amigos. Escucha y suscríbete ahora a Short Wave de NPR. Estamos de vuelta en Radio Ambulante, soy Daniel Alarcón. Antes de la pausa, José Rafael se había despertado de un sueño. En él, la oposición venezolana había perdido el referéndum y el presidente de entonces, Hugo Chávez, se declaraba presidente vitalicio de Venezuela. Así que en medio de fuertes manifestaciones, José Rafael tomaba el control del robot Mazinger Z y salía a defender a la oposición. Era el perfecto guion para una película o, en este caso, para un videojuego. Y cuando me desperté ya, esta idea está chévere, voy a escribirla. Nunca, de verdad, yo jamás había hecho nada político y no me gustaba hacer nada político. Pero el sueño fue tan vívido que dije voy a… voy a hacer un guion y me puse a hacer un guion. Era el momento de que Mazinger Z saliera a las calles de Venezuela. Lisette Arévalo nos sigue contando. José Rafael escribió el guion para el juego tal cual lo había soñado y a medida que avanzaba, iba haciendo ajustes para los diferentes niveles que tendría. Tardó más o menos dos semanas en terminar de escribir la historia, y en ese momento no le contó a nadie sobre lo que estaba trabajando. Solo cuando ya estaba listo, se lo mostró a uno de los artistas que trabajaban con Mediatech. Se llamaba Daniel. Y me dice: “Oye, ¿por qué no lo hacemos? Vamos a hacerlo en nuestros tiempos libres”, y no sé qué. Entonces bueno, comenzamos esa aventura. La aventura de desarrollar el videojuego: diseñar, programar y todo lo demás. Era una tarea de meses y decidieron hacerlo en secreto porque con todo lo que estaba pasando en el país, sentían un poco de miedo. Ya desde el primer momento que yo escribí la historia yo tuve, tuvimos temor de que nos pasara algo, que nos… recibir una llamada del gobierno: “Paren eso, no hagan eso”, ¿Sabes? Más, más fue el miedo de, oye que nadie nos pare nuestro desarrollo. No, no vamos a parar nunca. La historia que escribió para el videojuego iba más o menos así: Entonces lo que hice fue como una mezcla de la ficción, de toda la ficción de MazingeZ, y todo eso lo fusioné con el estamento político de Venezuela. Para entender esta fusión, necesitamos entrar más en detalle en la historia del origen de Mazinger Z. Todo empieza con el científico japonés Juzo Kabuto, y una expedición. Fue hace muchos años. Junto con otros científicos y arqueólogos de todo el mundo descubrí la antigua Isla de Rodos en el Mar Egeo. Y va con él su archienemigo que es el doctor Hell, hacen un descubrimiento, unos robot gigantes en la isla de Rodos. Unos robots gigantes llamados Mikeneses que pertenecían a una civilización que había sido destruida. Pero estaban en pedazos, así que los científicos comenzaron a reconstruirlos. Y cuando terminaron, el doctor Hell, dice… Atención todos, gracias por su ayuda en la reconstrucción de robots Mikeneses. Ahora estas poderosas máquinas se moverán solo a mi voluntad y mando. Inmediatamente le mete mecanismos para manejar esos robots como unas bestias mecánicas y mata a todos los científicos. Pero Juzo Kabuto logra salvarse, se escapa de la isla y regresa a Japón donde construye su propio robot gigante para luchar contra el doctor Hell: Mazinger Z. Ya en el primer capítulo el doctor Hell manda a asesinar a Juzo Kabuto y este le entrega el robot a… a Koji. A Koji Kabuto, su nieto. Ese personaje con el que José Rafael soñaba en convertirse cuando era niño. A partir de ahí toda la serie se trata de eso: de Koji manejando a Mazinger Z y luchando contra los ejércitos de robots gigantes del doctor Hell, para evitar que domine el mundo. José Rafael tomó elementos de esta historia y los adaptó al contexto venezolano. Entonces, por ejemplo, para los generales que comandaban los ejércitos de robots Mikeneses… Yo seleccioné a cada uno de esos comandantes según la… la mitología del manga y busqué como similitud con los personajes del… del gobierno de Chávez. Elegía a personas que formaban parte del gobierno para que interpretaran el papel de los comandantes robóticos en el videojuego. Por ejemplo, en el cómic había un personaje llamado General Angoras, que era considerado escurridizo. José Rafael entonces buscaba a alguien del gobierno chavista que fuera conocido por tener una personalidad parecida y lo elegía para interpretar ese rol. Y así con cada uno de los enemigos de Mazinger Z. Incluyendo a su gran antagonista, el Emperador de la Oscuridad, o sea el mismísimo Hugo Chávez. Mientras José Rafael y su compañero trabajaban en el videojuego, el Consejo Nacional Electoral aprobó la recolección de firmas de la oposición. Se anunció que el referéndum ocurriría el quince de agosto de 2004. Y unas dos semanas antes de esa fecha, José Rafael terminó el juego. Se llamaba “Mazinger Z salva a Venezuela”. Comenzaba así: El palacio de gobierno de Miraflores, aquí estamos como siempre al frente de nuestras responsabilidades. Se va, se va, se va, se va… La introducción empieza con este audio de archivo de un discurso de Chávez y de las protestas de la oposición. En la pantalla se ve la imagen de un globo terráqueo y un cielo estrellado. Hasta que de repente… Hay una explosión y ahí se explica cuál es el objetivo del juego. Sale un texto que dice: Días después la fecha del referéndum, 19 agosto del 2004. La ciudad está en calma y se proclama una nueva marcha por parte de la oposición. En la pantalla aparecen miles de venezolanos caminando por las calles. Entre ellos van dos jóvenes: Daniel y José Rafael. Y en la marcha comentan su proyecto secreto, la construcción de Mazinger Z. Dicen que decidieron hacerlo porque el Gobierno creó un ejército de robots gigantes para tener control del país. Hay un pequeño salto en el tiempo hacia un momento en el que hay ataques a los manifestantes por parte del gobierno. Hay muertos y heridos, entre los que está Daniel. José Rafael corre a ayudarlo. «Estoy bien, no es nada grave. Llegó el momento en que tanto esperamos, Rafael. Usa a Mazinger Z. Esta situación tiene que terminar hoy». A lo que José Rafael responde… «¿De qué hablas? Yo no estoy listo para manejar a Mazinger, levántate, que yo te ayudo. Salgamos de aquí». Pero Daniel le insiste en que está listo, se levanta y corre hacia la multitud de personas. De repente una ráfaga de balas pasa cerca a José Rafael. «Malditos. Tienes razón, Daniel. No puedo asustarme ahora. Esto tiene que terminar hoy». Y pensando en las palabras de su amigo, sube a la terraza de su casa y se encuentra con la nave para manejar a Mazinger Z. El objetivo del juego es salvar a Venezuela de lo que José Rafael llama el “dominio chavista”. Y para lograrlo Mazinger Z tiene que enfrentarse a los robots gigantes y, al final, enfrentarse a un robot manejado por Hugo Chávez. Cuando terminaron de desarrollarlo, José Rafael y Daniel fueron los primeros en jugarlo. Lo vimos, lo vimos y dijimos: “No, ya, si esto hay que… que pase lo que pase, nos tenemos que arriesgar”. No podían dejar que, después de tanto esfuerzo, quedara en nada. Así que decidieron lanzar el juego al mercado. Sobre todo porque, para ellos, era una especie de protesta personal. Después lo tomamos como una cosa de… de nuestro granito de arena político. Nosotros decimos esto y esto es lo que pensamos de Hugo Chávez y así lo lanzamos. Un poquito nerviosos, claro. Pero nada fuera de lo normal. Después de todo, las peleas y luchas que habían creado, no salían de la pantalla. Todo pasaba dentro de este universo fantástico. En realidad, pensaban que lo peor que les podía pasar es que alguien criticara su desarrollo técnico. En ese momento la industria de los videojuegos estaba creciendo en Venezuela y era muy competitiva. Y José Rafael sabía que sus colegas estarían al pendiente de ver los avances de cualquier juego nuevo en el mercado nacional. Confiados en lo que habían creado, Mazinger Z salva a Venezuela fue distribuído en unas cien tiendas como librerías y establecimientos de computación. El juego tuvo una buena acogida enseguida. Apenas comenzaron a distribuirlo, lo llamaron del noticiero del medio Globovisión para entrevistarlo. Después de todo, su empresa era pionera en videojuegos y todos estaban al tanto de sus nuevos lanzamientos. Durante la entrevista, José Rafael habló más del desarrollo y los retos técnicos que habían superado, como si fuera cualquier otro videojuego. Pero la entrevistadora, que era de un medio de oposición, no dejaba de comentar sobre el mensaje que mandaba el juego. Porque era en la entrevista me decía: “¿Pero por qué dices que vamos a perder referéndum?”. Ellos estaban confiados en que se iba a hacer. Como si José Rafael fuera un analista político. Yo: “Bueno, es mi visión, es lo que soñé, es lo que me imaginé. Me parece que va a suceder esto. Por eso plasmé este juego y por eso lo hice”. Su posición era presentarse simplemente como un creador de videojuegos y esa era su manera de expresarse. Nada más. Habían pasado pocos días y el juego ya se estaba vendiendo. José Rafael sentía que se convertiría en todo un éxito. Pero unos días después de la entrevista con Globovisión, José Rafael recibió una llamada de su hermano. Me dice: «Prende la televisión que están hablando de ti, que están hablando de ti, prende la televisión». Y me empezó a llamar toda mi familia por todos lados. No era cualquier programa. Era La Hojilla, un programa afín al gobierno de Chávez que se transmitía por el canal del Estado, V TV. Entonces claro, cuando prendo la televisión y casi me da un infarto (risa nerviosa) porque era… tenían fotos mías que habían sacado de entrevistas mías en Internet en esa época habían sacado fotos… Y fotos del videojuego también. Pero eso no era todo, José Rafael dice que el presentador del programa tenía varias cajas del juego y las mostraba por televisión mientras decía que… “Esto es propaganda contra el gobierno y esto está financiado por… Esto está financiado por la ultra ultra derecha”. Bueno dijeron de todo. Algo que era falso pues él mismo se había financiado. Y después de decir todo esto, el presentador agregó… «Y este señor es José Rafael Marcano, eh, hacemos un llamado a la fiscalía que lo vayan ahorita mismo su domicilio es tal vayan y deténganlo». O sea una cosa espantosa. Intentamos conseguir el audio de este programa pero fue imposible. El argumento que daban en ese programa para que las autoridades lo detuvieran era que el videojuego estaba incitando al odio, y que José Rafael había sido financiado para difamar a Chávez internacionalmente. José Rafael no podía creer lo que estaba pasando. Uno de los programas más vistos en el país estaba pidiendo que lo detuvieran por crear un videojuego. No me imaginé que iba a ser tan fuerte la reacción. Eso, me imaginé: «Uy que el juego es malísimo», sí más descalificaciones… «Esa historia nada que ver» pero, pero no esto. No lo que sucedió al final. O sea la reacción fue muy brutal. Y es que en esa época había mucha crítica al gobierno. Eran libros, reportajes de televisión, columnas de opinión, en fin. José Rafael no era el primero ni el único. Pensó que un videojuego en el que Mazinger Z peleaba contra una versión ficticia de Hugo Chávez, no pasaría de ser una crítica más del montón que ya había. Lo primero que hizo José Rafael después de ver el programa fue llamar a varios abogados para que lo asesoraran. Uno de ellos le dijo que legalmente no podían hacer nada. Pero también le dijo… Pero acuérdate que estamos en el estado de derecho que estamos y si les da la gana te meten preso”. O sea, al final fue… fue la conclusión. Ya eso es cuestión de ellos. Aún así, trataron de preparar una defensa en caso de que lo fueran a buscar. Pero antes de que pudiera decidir qué hacer, las amenazas comenzaron a llegar. Al día siguiente del programa de La Hojilla, José Rafael comenzó a recibir llamadas a su celular de números desconocidos y le decían cosas como… «Si no retiras (ininteligible) la calle, te puedes imaginar lo que te va a suceder a ti y a tu familia, los conocemos, retira eso» O me insultaban: «Opositor de porquería», me decían groserías y tiraban el teléfono. Empezó a sentir mucho miedo de lo que podía pasar. Su esposa y su familia empezaron a preocuparse cada vez más. El compañero de trabajo con quien había realizado el videojuego, Daniel, también estaba muerto de miedo. Llegó a decirle a José Rafael que lo mejor era que lo retiraran de las tiendas. José Rafael tenía dudas de si debía retirarlo o no. Pensó que no pasaría nada más aparte de lo que había dicho el presentador del programa. Pero unos tres días después uno de los distribuidores del videojuego lo llamó. Le dijo que funcionarios del Seniat, el organismo encargado de recaudar impuestos en Venezuela, habían ido a su local. Sellaron la tienda, le pusieron una multa muy grande y le di… le dijeron: “¿Cuántas unidades tienen de esto?” Creo que la tienda en ese momento tenía como unas cien unidades. “Mande… recojamos todo esto y recojan todo y… y esto que les está pasando es por culpa de estar vendiendo este videojuego”. Los oficiales se llevaron todos los CDs que tenía el local. El cliente estaba muy asustado y molesto. José Rafael trató de calmarlo y le dijo que le ayudaría a pagar la multa, que no se preocupara. Pero para José Rafael esta fue la amenaza más grande que había recibido hasta el momento. Este, o sea, a mí sí me dio mucho miedo, mucho miedo. O sea, yo no quise enfrentarme a eso. Y lo que dije bueno, nada, me toca recoger, eh… desgraciadamente agachar la cabeza y recoger todo los juegos y destruirlos. Entonces llamó a todos sus clientes, uno por uno. Les pidió que sacaran el juego de las vitrinas y que pasaría a recogerlos. A otros, por la prisa y el miedo que sentía, les pidió que ellos mismos los destruyeran. Quería asegurarse de que no quedara ni una copia del juego. Algunas tiendas tenían para granular CDs entonces muchos lo granularon, otras rompieron, rompieron cajas, rompieron discos y botaron y listos para la basura. Si alguno de sus clientes le decía que había vendido algún juego, José Rafael les decía que se quedara con el dinero. No quería ni siquiera emitir una factura por esa venta. Estaba aterrorizado. Fueron unos quince días espantosos y tumultuosos para José Rafael y su familia. Cuando terminó de recoger todos los videojuegos, las amenazas y las llamadas pararon. Y ya en esa especie de calma, fue que José Rafael comenzó a dejar de sentir miedo, pero empezó a sentir rabia. De tenerlo que haber sacado del mercado y… y mucha frustración. Mucha tristeza de que definitivamente sentir el peso de… de un gobierno que le impone a uno lo que puede producir y lo que no puede producir es muy feo. Lo que le había pasado solo reafirmaba lo que ya pensaba sobre el gobierno de Chávez. El caso de Mazinger Z, salva a Venezuela, lo que es una prueba de… de que hay un gobierno totalmente dictatorial y que no quería absolutamente ningún tipo de disidencia. Ni siquiera si venía de algo tan irrisorio como una caricatura en un videojuego. Y es que el gobierno estaba acostumbrado a responder a las críticas de los políticos o los medios de comunicación de oposición a través del programa semanal de Chávez. Pero esta nueva forma de criticarlo era algo que nunca habían visto. Creo que les dio mucho miedo decir bueno: “Gente jugando a creyendo que somos el enemigo y que nos van a combatir”. Creo que les dio mucho miedo. Era un mensaje que el gobierno no quería que se volviera viral: uno de los robots más famosos de la época luchando contra él. Era demasiado peligroso para el gobierno y más aún días antes de la votación del referéndum. El referéndum fue el quince de agosto de 2004. Ya habían pasado unas tres semanas desde que José Rafael había sacado el juego a la venta. Chávez ganó con un 58 por ciento de los votos. Lo que quería decir que su mandato no sería revocado y se mantendría como presidente por el tiempo para el que fue elegido: hasta diciembre de 2006. Aunque claro, ahora sabemos que su gobierno duraría mucho tiempo más. La oposición reclamó diciendo que hubo fraude. Pero observadores internacionales concluyeron que en términos generales la votación se había realizado de forma correcta. La policía nunca fue por José Rafael, pero todo lo que pasó con su juego lo impactó muchísimo. Ya sentía mucha ansiedad y preocupación por lo que estaba pasando en el país, las marchas, la represión, el miedo generalizado de la oposición. Pero este ataque tan directo hacia él y su trabajo, ya era demasiado. Le empezaron a dar ataques de pánico constantes. Así que decidió borrarse por completo del mapa, hacer como si el José Rafael pionero en desarrollo de videojuegos ya no existiera. Inclusive cuando otros lo reconocían. Porque la gente me: «Ah y tú eres el que hiciste el juego contra Chávez». O sea, eso era lo más común. «Ah tú eres el desarrollador que se metió en el problema en Venezuela», «ah tú eres no sé qué». Entonces claro, yo no quería ni… O sea decía mientras más bajo perfil pase, mejor. Recibía llamadas de los medios de comunicación para entrevistarlo o de gente curiosa a pedir el videojuego para comprarlo. Pero José Rafael se negaba y decía que no tenía nada de qué hablar y que todas las unidades del juego se habían destruido. No quería que nadie hablara de él ni de su trabajo. Hasta dejó de desarrollar videojuegos para venderlos y se dedicó más a trabajar en sistemas y desarrollo, pero en el área comercial. Esto lo llenaba de tristeza. De haber pasado de hobby, a haber pasado a profesional cuando monté Mediatech, volví a pasar a hobby. Entonces sentía como un retroceso en mi vida. José Rafael no fue el primero ni el único en ser afectado por una guerra contra los videojuegos por parte del gobierno venezolano. En 2008, las compañías Pandemic Studios y Electronic Arts sacaron el juego Mercenaries 2: World in Flames, donde a simple vista el objetivo era invadir Venezuela para derrocar a un dictador. Cuando el gobierno de Chávez se enteró de su existencia respondió de inmediato y lo calificó como un ataque del capitalismo. Los congresistas y representantes del gobierno señalaron al juego como un intento de invasión estadounidense y lo calificaron como “una agresión imperialista”. Es parte, si se quiere, de una conspiración porque quien lo hace, Pandemics, es una empresa que le aporta al ejército de los Estados Unidos y a la CIA videojuegos para uso militar. Y la crítica fue más allá del juego de Mercenaries 2. Ya era a todos los videojuegos. Este es Chávez en su programa semanal de la época, Aló Presidente: Díganme esos juegos que llaman Playstation, ¡un veneno! Hay juegos incluso para matar, que enseña a matar. Una vez hicieron uno con la cara mía incluso. Un Playstation qué es eso, ah es el capitalismo sembrando violencia para luego vender armas. Aunque en realidad, el juego termina siendo una crítica a la invasión gringa y al final en los créditos dice: “Gracias a la Revolución Bolivariana. Un mundo mejor es necesario”. O sea, terminaron criticando algo que fue creado a favor de ellos. En diciembre de 2009, la Asamblea Nacional aprobó la Ley Para Prohibición de Videojuegos y Juguetes Bélicos. Esta penaliza la creación, comercialización, distribución y uso de videojuegos violentos. El argumento era proteger a los niños y niñas y evitar que la violencia siguiera creciendo. Esta ley fue fuertemente criticada. Sobre todo por su ambigüedad ya que no incluía ninguna definición concreta de violencia. Entonces, por ejemplo, Mario Bros golpeando a un honguito podría considerarse violento. Pero sobre todo, se criticaba que en esa época había mucha represión excesiva del gobierno hacia los manifestantes. Era pura contradicción en su discurso de paz. Lo que la ley logró fue frenar una industria en crecimiento en su país porque crear videojuegos se convirtió en algo político y peligroso. Esto llevó a que los desarrolladores tuvieran que programar en la clandestinidad o, en muchos casos, a auto exiliarse de su país. Como pasó con José Rafael que en el 2015 se fue a vivir a Colombia con su familia. Se fue porque la situación en Venezuela era insostenible y no podía hacer lo que más le gustaba en libertad. Digamos que definitivamente a nivel del…del juego, en vez de ganar, perdí y ellos se quedaron allá. Yo me tuve que ir y definitivamente la historia no fue como yo me la imaginé. Al final terminó mal. En Colombia consiguió un trabajo en una compañía de desarrollo de software y ahí tomó una decisión: subió el juego Mazinger Z Salva a Venezuela a su página web donde se puede descargar de forma gratuita. Era como liberarme del miedo que tuve durante tantos años. De repente si estuviera viviendo en Venezuela no lo hubiera hecho. Pero dije bueno ya, voy a cerrar este capítulo. Ya tanto años de… de que hubo esta censura, no me importa nada. Aquí lo voy a poner y que lo vea quien lo quiera ver, y que lo juegue quien lo quiera jugar. Y punto. Pero además era una forma de reivindicarse, de recrear un escenario en el que él ganaba. Uno en el que podía quedarse en Venezuela y continuar con su empresa y su vida. Uno en el que podía convertirse en Koji Kabuto y Mazinger Z, como siempre había soñado desde que era niño. Desde que José Rafael subió el juego a su página web, Mazinger Z Salva a Venezuela ha generado miles de descargas. Mazinger Z y Koji Kabuto siguen siendo parte importante de su vida. Es más, es conocido como José Rafael Marcano Kabuto en el mundo de los desarrolladores y acaba de sacar un nuevo juego sobre el robot. Gracias a Anaís López y a Elías Gonzalez por su ayuda con este episodio. Lisette Arévalo es productora de Radio Ambulante, vive en Quito. Este episodio fue editado por Camila Segura y por mí. El diseño de sonido es de Andrés Azpiri y Rémy Lozano, con música de Rémy. Desirée Yépez hizo el fact-checking. El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Paola Alean, Nicolás Alonso, Jorge Caraballo, Aneris Casassus, Victoria Estrada, Xochitl Fabián, Fernanda Guzmán, Miranda Mazariegos, Barbara Sawhill, David Trujillo y Elsa Liliana Ulloa. Carolina Guerrero es la CEO. Radio Ambulante es un podcast de Radio Ambulante Estudios, se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO. Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

Translation Word Bank
AdBlock detected!

Your Add Blocker will interfere with the Google Translator. Please disable it for a better experience.

dismiss