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Radio Ambulante - Radio Victoria

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Qué pasa cuando te opones a un gigante.

A inicios de la década del 2000, varios campesinos del departamento de Cabañas, El Salvador, empezaron a preocuparse porque los pozos de agua de la zona se estaban secando y su ganado estaba muriendo en circunstancias extrañas. Una radio comunitaria y otras organizaciones se pusieron a buscar respuestas y lo que encontraron fue mucho más grande de lo que imaginaban.



En nuestro sitio web puedes encontrar una transcripción del episodio. Or you can also check this English translation.



Este episodio es una coproducción con el podcast De eso no se habla. Agradecimientos a su equipo: Paula Morais, Laura Casielles y Vanessa Rousselot.



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Esto
es
Radio
Ambulante,
desde
NPR.
Soy
Daniel
Alarcón.
La
historia
de
hoy
empieza
en
Santa
Marta,
una
comunidad
en
el
norte
de
El
Salvador.
Queda
en
el
departamento
de
Cabañas,
en
la
frontera
con
Honduras. Casi
la
mitad
de
la
gente
de
ese
departamento
vive
en
condición
de
pobreza.
Y
la
mayoría
de
las
familias
que
viven
en
Santa
Marta
subsisten
de
la
agricultura.
Es
un
lugar
donde
las
oportunidades
son
escasas. Pero
algo
que
caracteriza
a
Santa
Marta
es
que
es
un
lugar
muy
unido,
solidario.
Y
gran
parte
de
esa
cohesión
se
debe
a
la
radio
comunitaria.
Radio
Victoria,
92.1,
presenta,
a
partir
de
esta
hora,
Comunidad
al
día,
bienvenidos
y
bienvenidas…
Radio
Victoria
es
producto
directo
de
la
guerra
civil
que
devastó
a
El
Salvador
en
los
años
80.
Santa
Marta
era
uno
de
los
centros
de
la
guerrilla
de
tendencia
marxista
que
luchaba
contra
el
ejército
y
los
paramilitares,
y
el
pueblo
fue
destruido
en
1981…
Sus
habitantes,
por
lo
menos
aquellos
que
no
murieron
en
los
ataques,
tuvieron
que
huir.
La
gente
empezó
a
regresar
en
pequeños
grupos
a
finales
de
los
80
y
comienzos
de
los
90,
y
fue
ahí
que
nació
la
radio.
Al
principio
era
de
uso
interno,
una
manera
de
solventar
las
necesidades
de
una
comunidad
bastante
aislada
del
resto
del
departamento.
Se
pasaban
mensajes,
avisaban
si
había
algún
problema
o
la
hora
de
ir
a
la
escuela.
Pero
pronto
se
dieron
cuenta
de
que
la
radio
podía
servirles
también
para
comunicarse
con
otros
lugares,
para
llegar
más
allá
de
Santa
Marta.
No
era
algo
menor:
por
su
pasado
apoyando
a
la
guerrilla
el
pueblo
tenía
mala
fama
en
los
municipios
cercanos:
Siempre
se
ha
creído
que
a
Santa
Marta
no
se
podía
entrar,
que
no
se
podían
relacionar
con
la
gente
allá,
que
si
alguien
entraba
a
Santa
Marta
no
salía
vivo.
Nos
comíamos
a
los
niños…
que
hacíamos
jabón,
a
las
personas
mayores,
ya
de
60
años.
Este
es
Óscar
Beltrán
y
forma
parte
del
equipo
de
dirección
de
la
radio.
Ha
trabajado
ahí
por
más
de
20
años.
Así
que
pocos
meses
después
de
crear
la
radio,
los
santamarteños
decidieron
subir
los
7
kilómetros
en
la
montaña
que
los
separa
del
municipio
de
Victoria
para
instalarse
allí
y
crear
una
radio
para
todo
el
departamento
de
Cabañas:
Era
tan
difícil
montar
un
proyecto
de
comunicación.
Y
cuando
logramos
montar
la
radio
logramos
hacer
sonar
la
radio
por
primera
vez.
O
sea,
todo
el
mundo
decía
o
sea
ha
sido
una
victoria,
hemos
logrado
lo
que
soñamos.
Entonces,
a
partir
de
eso
nace
el
nombre
de
la
radio
y
dijimos
bueno,
Radio
Victoria
y
coincide…
se
instala
en
el
municipio
de
Victoria.
Desde
entonces,
Radio
Victoria
se
dedica
a
informar
y
atender
los
problemas
de
Cabañas.
Por
eso,
no
fue
del
todo
extraño
cuando
a
inicios
de
los
2000
se
empezaron
a
acercar
campesinos
de
la
zona
pidiéndoles
ayuda.
Los
pozos
de
agua
se
estaban
secando
y
los
animales
se
estaban
muriendo
en
circunstancias
extrañas.
O
sea,
eran
cantidades
de
ganado,
no
era
solo
que
se
moría
una
vaca
y
ya
estuvo.
Además,
reportaban
que
habían
llegado
personas
desconocidas
y
estaban
sacando
muestras
de
rocas…
Y
la
gente
estaba
bastante
preocupada.
Llegaban
a
preguntar:
“miren,
¿ustedes
saben?,
¿pueden
investigar
qué
está
pasando?”
Y
nosotros
decíamos,
miren,
deberían
de
ir
a
la
unidad
de
medio
ambiente,
las
alcaldías
tienen
una
unidad,
la
policía
también
tiene
una
responsabilidad.
Pero
en
esos
lugares
no
les
daban
respuestas.
Les
decían
que
estos
eventos
eran
normales…
Tal
vez
alguien
le
echó
veneno
al
agua….
Nadie
sabía
nada…
Así
que
los
de
Radio
Victoria
se
juntaron
con
sus
vecinos
y
se
propusieron
buscar
respuestas.
Pero
lo
que
encontraron
era
mucho
más
grande
de
lo
que
se
hubieran
podido
imaginar.
Una
breve
pausa
y
volvemos…
Este
mensaje
viene
del
patrocinador
de
NPR,
Carmax.
Imagina
comprar
un
auto
a
tu
manera.
En
línea,
desde
la
comodidad
de
tu
hogar.
En
persona
en
el
lote.
O
una
combinación
de
ambos.
CarMax
te
permite
elegir
cómo
comprar.
Incluso
llevan
tu
auto
a
la
puerta
de
tu
casa
en
mercados
selectos.
Y
sin
importar
cómo
compres,
CarMax
te
tiene
cubierto
gracias
a
una
garantía
de
reembolso
de
30
días
o
mil
quinientas
millas.
Conoce
más
y
empieza
a
comprar
en
CarMax.com.
CarMax.
Reinventando
la
compra
de
autos.
Estamos
de
vuelta
en
Radio
Ambulante.
La
productora
y
escritora
española
Isabel
Cadenas
Cañón
nos
cuenta
la
historia.
Aquí
Isabel.
Radio
Victoria
se
unió
a
otras
organizaciones
que
ya
estaban
buscando
respuestas:
una
era
ADES,
la
Asociación
de
Desarrollo
Económico
Social,
que
también
había
nacido
en
Santa
Marta
cuando
su
población
regresó
de
Honduras.
La
otra
era
un
grupo
ecologista
de
la
zona,
ASIC:
Asociación
de
Amigos
de
San
Isidro
Cabañas.
ASIC
y
ADES
ya
habían
trabajado
juntas
antes:
habían
detenido
un
proyecto
de
relleno
sanitario
que
querían
realizar
a
la
orilla
del
río
Titihuapa.
Un
día,
realizaron
un
foro
para
hablar
sobre
ese
tema,
y
el
delegado
del
ministerio
de
medio
ambiente
les
dijo
que
se
preocupaban
mucho
por
un
relleno
sanitario,
pero
que
en
realidad
lo
que
iba
a
contaminar
ese
proyecto
no
se
podía
comparar,
para
nada,
con
lo
que
ocasionaría
la
industria
minera.
Y
es
que
pronto
se
dieron
cuenta
de
que
desde
1993,
varias
empresas
mineras
habían
estado
haciendo
exploraciones
en
Cabañas
en
busca
de
oro.
Lo
que
pasa
es
que
estaban
haciendo
perforaciones
muy
profundas
y
eso
estaba
ocasionando
que
algunas
vertientes
de
agua
se
cortaran
y
ya
la…
esa
agua
ya
no
llegaba
a
los
espacios
donde
la
gente
normalmente
lo
estaba
recibiendo,
la
desviaba,
y
ya
seguramente
estaba
saliendo
por
otro
lado.
Hasta
ese
momento,
las
empresas
habían
cavado
más
de
200
agujeros.
La
exploración
minera
también
explicaba
que
se
muriera
el
ganado,
porque
para
sacar
el
oro
tenían
que
hacer
una
combinación
de
agua
con
varios
químicos
muy
contaminantes,
entre
ellos
el
cianuro:
Y
todo
eso
se
estaba
tirando
allá
a
la
intemperie
y
cada
vez
que
llovía,
todo
eso
iba
a
parar
al
río.
Entonces,
era
evidente
que
esa
agua
también
estaba
afectando
al
ganado
de
las
comunidades.
En
El
Salvador
había
habido
minería
durante
la
colonia,
y
también
por
un
breve
periodo
en
los
años
50.
Cabañas
es
una
de
las
regiones
con
más
oro
y
más
plata
del
país,
y
entre
1948
y
1953,
una
empresa
estadounidense,
la
Rosario
Mining
Company,
explotó
la
mina
El
Dorado.
Pero
desde
entonces,
casi
no
había
habido
minería
metálica
en
el
país.
Cuando
estuve
en
Santa
Marta,
en
el
2018,
me
contaron
que
cuando
se
empezó
a
hablar
de
minería,
la
mayoría
de
la
gente
pensaba
que
se
trataba
de
otro
tipo
de
minas:
de
minas
antipersona
colocadas
durante
la
guerra.
Pero
en
1992,
con
la
firma
de
los
acuerdos
de
paz
después
del
conflicto,
en
El
Salvador
se
empezó
a
fomentar
la
extracción
de
metales
a
través
de
inversión
extranjera
para
tratar
de
reactivar
una
economía
que
estaba
devastada
por
la
guerra.
Y
dadas
las
condiciones
económicas
de
Cabañas,
a
pesar
de
las
señales
de
alerta
de
los
pozos
secos
y
los
animales
muertos,
la
gente
de
la
zona
recibió
la
noticia
de
que
una
empresa
minera
planeaba
instalarse
en
la
zona
con
mucho
optimismo. Esta
es
Marixela
Ramos.
No
sabíamos
nada
de
minería,
pero
así,
nada.
Otra
periodista
de
Radio
Victoria.
Y
decíamos:
“¡uf!
van
a
hacer
no
cuántos
cientos
de
empleos,
es
la
posibilidad
para
que
Cabañas,
uno
de
los
Departamentos
más
pobres
de
El
Salvador,
que
por
eso
es
que
le
llaman
el
número
14
porque
es
el
último
en
todo,
va
a
salir,
es
la
posibilidad
de
su
vida
para
que
salga
adelante
con
esa
minería”.
Y
es
que
en
el
año
2002,
después
del
incidente
del
ganado,
Pacific
Rim,
una
empresa
canadiense
que
había
adquirido
los
permisos
de
exploración
minera
en
la
zona,
llegó
a
la
comunidad
con
una
fuerte
campaña…
Hicieron
anuncios,
reuniones
con
los
habitantes
de
la
zona,
y
dieron
muchos
regalos
a
la
gente:
gallinas,
cerdos,
árboles,
víveres…
En
realidad,
quizá
la
campaña
de
la
empresa
fue
demasiado
fuerte,
porque
ahí
algunas
personas
empezaron
a
sospechar:
Esto
no
huele
tan
bien
porque
algo
tan
fácil
nunca
ha
sido
para
las
comunidades,
que
se
lo
vengan
a
poner
así.
Así
que
en
Santa
Marta
empezaron
a
informarse.
Empezamos
a
ver,
empezaron
a
ver…
y
empezaron
a
hacer
grupos,
como
siempre,
a
juntarnos,
a
analizar
el
tema
y
miren:
“¿y
qué
es
una
mina?
¿qué
hacen?”
O
sea,
de
eso
tan
bonito
que
nos
quieren
dar,
¿qué
es
lo
que
nosotros
vamos
a
dar?
¿Qué
es
lo
que
nos
van
a
quitar?
Fueron
aprendiendo
los
aspectos
más
técnicos
del
proceso
de
explotación…
Como
cuántas
toneladas
de
tierra
equivale
para
que
hagan
un
anillo
de
oro,
¡aja!
Por
si
se
lo
están
preguntando:
son
alrededor
de
3
toneladas
de
roca.
También
investigaron
sobre
los
químicos
que
se
usan
en
el
proceso,
y
se
detuvieron
en
el
principal:
el
cianuro…
Tan
interesados
estaban
en
Santa
Marta,
que
incluso
varios
vecinos
fueron
a
estudiar
más
sobre
el
tema:
una
de
ellas
fue
Marixela,
que
se
fue
a
San
Salvador,
la
capital,
para
estudiar
un
diplomado
sobre
minería.
Además,
una
delegación
de
las
organizaciones
de
Cabañas
también
visitó
el
Valle
de
Siria,
en
Honduras,
donde
hubo
explotación
minera
entre
los
años
2000
y
2008.
Ahí
también
estuvo
Marixela.
La
delegación
entrevistó
a
los
residentes
de
la
zona
sobre
cómo
la
minería
estaba
cambiando
sus
vidas.
Y
descubrieron
algo
que
los
sorprendió:
la
zona
se
estaba
convirtiendo
en
desierto.
La
gente
ahora
está
comprando
el
agua,
porque
le
secaron
su
río.
Vas
al
río
y
ahí
no
vas
a
encontrar
vida,
entonces,
por
el
alto
nivel
de
PH
que
hay,
o
sea,
está
inservible
y
la
gente
está
comprando
hasta
las
barriladas
que
son
como
dos
metros
de
agua
a
dos
dólares,
un
dólar.
Y
aquí,
pues
para
conseguir
un
dólar,
dos
dólares,
una
familia
que
no
tiene
empleo,
¿cómo
se
las
arregla
para
tomar
el
agua?
También
empezaron
a
ver
cuáles
eran
los
trabajos
que
estas
mineras
ofrecían
a
la
gente
local.
Eran
los
empleos
más
riesgosos,
era
andar
bajo
la
tierra
¿verdad?
Estar
enfrente
a
unas
máquinas
muy
peligrosas.
Y
que
los
empleos
de
más
alto
nivel
y
con
mejor
salario
iban
a
ser
para
gente
de
fuera:
Porque
aquí
no
hay
gente
experta
en
explotar
mina,
muchos
de
los
ingenieros
expertos
en
eso
venían
de
Canadá,
Estados
Unidos,
los
iban
a
traer…
Descubrieron
también
que,
en
realidad,
iban
a
dejar
muy
pocas
ganancias
en
el
país
y,
sobre
todo,
en
Cabañas:
Del
cien
por
ciento,
el
98%
iba
para
su
país;
el
1%
iba
a
la
alcaldía
o
al
Departamento
y
el
otro
1%
al
Estado
¿y
a
la
comunidad
qué
le
quedaba?
El
desastre.
En
Santa
Marta
sabían
que
tenían
que
organizarse.
Así
que
en
el
año
2005,
ASIC
yADES,
Radio
Victoria
y
otras
organizaciones
se
unieron
para
crear
una
alianza
en
contra
de
la
minería.
La
llamaron
Mesa
Nacional
Frente
a
la
Minería
Metálica.
En
ella
había
organizaciones
ambientalistas,
centros
de
investigación,
fundaciones
y
hasta
organizaciones
religiosas
tanto
a
nivel
local
como
nacional.
Bajo
ese
nombre
empezaron
a
asistir
a
las
reuniones
que
convocaba
la
empresa
y
a
organizar
foros
de
discusión.
Y
en
el
año
2006,
desde
la
Mesa
presentaron
un
proyecto
de
ley
pero
no
llegó
muy
lejos.
Pacific
Rim
no
se
quedó
quieta,
claro.
Y
por
medio
de
una
fundación,
empezaron
una
serie
de
proyectos
de
bienestar
social
para
las
comunidades
de
Cabañas:
eran,
sobre
todo,
programas
de
capacitación
y
educación
para
que
jóvenes
y
mujeres
tuvieran
las
herramientas
necesarias
para
comenzar
un
emprendimiento
o
conseguir
un
empleo.
Y
también
lanzaron
una
fuertísima
campaña
en
los
medios
de
comunicación
que
hablaba
de
una
minería
responsable
y
ecológica.
Lo
que
ellos
llamaban
el
futuro
de
la
minería.
La
minería
antes
era
una
industria
sucia.
Hoy
gracias
a
la
tecnología
hay
algo
nuevo
y
limpio:
la
minería
verde.
La
minería
verde
es
ecológica
y
moderna…
La
“minería
verde”
es
una
denominación
que
se
oye
mucho:
una
narrativa
para
decir
que
la
minería
moderna
es
poco
menos
que
ecológica,
cuando
en
realidad
está
comprobado
que
toda
actividad
minera
contamina,
sin
importar
qué
tipo
de
tecnología
se
utilice.
Y
así,
poco
a
poco,
aquel
tema
del
que
nadie
había
oído
hablar
invadió
los
medios
de
comunicación
de
El
Salvador.
Tenían
inundados
todos
los
medios
de
este
país
casi:
la
televisión,
la
radio,
el
internet,
vallas
publicitarias
o
sea…
Los
periódicos
estaban
inundados
del
tema
de
la
minería
verde.
La
campaña
estaba
en
todas
partes,
excepto
en
Radio
Victoria.
La
empresa
minera
los
buscó
en
2007.
Habían
monitoreado
la
radio
en
todo
el
Departamento
donde
se
oía
y
dijeron:
“queremos
pautar”.
Y
dicen:
Son
unas
cuñitas
nada
más,
lo
que
queremos
decir
es
cómo
la
industria
desarrolla,
cómo
los
metales
aportan
a
la
medicina,
que
a
esto,
que
a
lo
otro…
Nos
ofrecían
miles
de
plata
mensual
Les
vamos
a
pagar
8.000
dólares
mensuales.
Y
nosotros
ni
siquiera
teníamos
ingresos
de
1.000
dólares
en
ese
tiempo,
o
sea…
En
ese
momento
estábamos
construyendo
este
edificio…
Ellos
decían:
“mire,
sabemos
que
no
pueden
terminar
de
construir
ese
edificio,
se
lo
construimos,
si
ustedes
quieren,
de
tres
plantas
si
nos
dan
publicidad
dentro
de
la
radio”.
Pensaron
que
iban
a
venir
a
la
radio,
nos
íbamos
a
sentar
y
felices
todos
y
acordábamos,
pero
no
fue
así.
No
vamos
a
cederles
un
espacio,
o
sea,
no
nos
interesa.
Es
más,
intensificamos
la
campaña,
pero
en
contra
de
ellos
¿verdad?
Al
aire
explicaron
que
Pacific
Rim
quería
pautar
en
Radio
Victoria
y
que
ellos
se
habían
negado.
Pero
querían
hacer
más,
no
querían
conformarse
con
ser
la
única
radio
que
no
tenía
publicidad
de
las
mineras.
Así
que
se
reunieron
con
ARPAS,
la
red
de
radios
comunitarias
de
El
Salvador,
Y
el
acuerdo
que
se
sacó
fue
que
todas
las
radios
asociadas
a
ARPAS
iban
a
cerrar
los
espacios
a
la
empresa
minera.
Entonces,
la
empresa
sintió
que
no
solo
le
habíamos
cerrado
las
puertas
de
la
Radio
Victoria,
sino
que
además
le
cerramos
las
puertas
de
las
otras
radios.
Además,
crearon
una
red
de
corresponsales…
Preparamos
jóvenes
en
comunidades
para
que
nos
estén
informando
de
lo
que
está
pasando.
Y
cada
cosa
que
estaba
pasando,
nosotros
en
el
momento
estábamos
transmitiendo.
Y
ellos
se
sorprendían
la
capacidad
que
tenía
la
radio
de
reaccionar,
de
estar
en
el
lugar,
cada
cosa
que
estaban
haciendo.
Añadieron
una
nueva
sección
en
su
noticiero
que
estaba
especialmente
enfocada
en
la
minería.
Se
llamó
La
otra
cara
de
la
minería.
Sabías
que
la
minería
consume
entre
el
7
y
el
10
por
ciento
de
la
energía
mundial?
Yo
con
eso
de
la
minería
se
lo
digo
con
toda
seguridad
y
con
toda
franqueza:
no
y
no
y
no
tres
veces.
Si
lo
que
quieren
es
lo
mismo,
hombre,
llevarse
el
oro
y
dejarnos
mire,
jodidos,
contaminados,
sin
agua…
En
las
comunidades
de
Cabañas
se
empezó
a
crear
una
división
muy
fuerte
entre
los
que
se
oponían
a
la
explotación
de
metales
y
las
personas
que,
o
ya
trabajaban
para
la
empresa,
o
esperaban
hacerlo
algún
día.
Muchos
llamaban
a
Radio
Victoria
para
apoyarlos…
Y
la
gente
decía
no
queremos
minería,
aquí,
¿nos
están
oyendo
los
de
la
Pacific
Rim?
Si
nos
están
oyendo,
queremos
que
se
vayan
de
Cabañas,
no
lo
queremos
aquí.
Pero
otros,
llamaban
para
intentar
silenciarlos.
Ustedes
qué
saben
de
minería,
cállense,
ustedes
no
saben,
déjenos
que
nos
den
empleo”.
Porque
esa
era
la
idea
que
la
empresa
había
vendido,
tienen
un
medio
allá
que
nos
está
haciendo,
como
nosotros
decimos
popularmente,
estorbo.
Es
decir
que
Radio
Victoria
era
un
estorbo
para
traer
desarrollo
y
bienestar
a
Cabañas.
Y
eso
tendría
consecuencias.
Después
de
la
pausa,
qué
pasa
cuando
te
opones
a
un
gigante.
Ya
volvemos.
Estamos
de
vuelta
en
Radio
Ambulante.
Antes
de
la
pausa
escuchábamos
cómo
la
empresa
minera
canadiense
Pacific
Rim
llegó
al
departamento
de
Cabañas
en
El
Salvador
con
la
promesa
de
empleo
y
prosperidad.
Inicialmente
la
noticia
fue
recibida
con
entusiasmo
por
una
comunidad
donde
muchos
apenas
tenían
para
comer.
Pero
una
radio
local
no
estaba
tan
segura
de
que
todo
fuese
positivo
y
empezó
a
investigar…
Se
dieron
cuenta
de
que
las
cosas
no
eran
tan
sencillas:
la
mayor
parte
de
la
riqueza
se
iría
del
país,
y
lo
que
quedaría
sería
un
desastre
ambiental.
Había
tensión
entre
la
gente
del
departamento:
algunos
querían
el
trabajo
que
ofrecía
la
minera
y
otros
estaban
dispuestos
a
luchar
por
que
la
empresa
no
se
instalara.
Y
las
cosas
solo
seguirían
escalando.
Isabel
Cadenas
Cañón
nos
sigue
contando.
En
el
2007,
después
de
que
la
empresa
visitó
Radio
Victoria
ofreciendo
dinero,
se
realizó
la
primera
marcha
contra
la
minería
en
Cabañas.
La
llamaron
“La
caminata
verde”.
Ese
fue
uno
de
los
resultados
más
bonitos,
la
gente
estaba
volcada
toda
en
la
calle;
vestida
de
verde,
con
su
pancarta,
diciendo
qué
querían
y
frente
a
la
oficina
de
la
Pacific
Rim…
Además
de
eso,
miembros
de
la
mesa
nacional
contra
la
minería
metálica,
llevaron
televisores
a
las
comunidades
para
mostrar
lo
que
habían
visto
en
sus
visitas
a
proyectos
mineros,
entre
otras
cosas…
La
presión
desde
Cabañas
parece
que
funcionó.
En
el
año
2008,
el
gobierno
de
ARENA
aseguró
que
no
iba
a
conceder
permisos
de
extracción
sin
estudios
de
impacto
ambiental
y
sin
una
normativa
para
regular
la
industria.
Era
una
traba
más
para
Pacific
Rim.
Y
es
que
a
las
acciones
de
los
grupos
ambientalistas
se
sumaba
el
hecho
de
que
un
año
después,
a
principios
de
2009,
iba
a
haber
elecciones
presidenciales
y
ARENA
podría
perder
el
poder.
En
ese
momento
todo
apuntaba
a
que,
por
primera
vez
desde
el
fin
de
la
guerra,
las
elecciones
las
iba
a
ganar
el
FMLN,
el
partido
de
izquierda
que
se
oponía
a
la
minería.
Los
grupos
ambientalistas
incluso
consiguieron
la
firma
del
candidato
de
la
oposición,
Mauricio
Funes,
prometiendo
que
en
su
gobierno
no
habría
explotación
de
metales.
Pacific
Rim
sabía
que
si
no
conseguía
un
permiso
de
explotación
con
el
gobierno
de
derecha,
iba
a
ser
casi
imposible
conseguirlo
si
gobernaba
la
izquierda.
Para
presionar,
la
minera
planteó
demandar
al
Estado
salvadoreño
frente
al
Banco
Mundial.
Quizá
suene
raro
que
una
empresa
pueda
denunciar
a
un
país,
pero
en
realidad
es
algo
bastante
común.
El
Banco
Mundial
considera
a
las
empresas
un
motor
de
desarrollo,
y
creó
un
tribunal
de
arbitraje
independiente,
que
no
depende
de
la
jurisdicción
nacional
de
ningún
país.
En
ese
tribunal,
las
empresas
pueden
denunciar
a
los
Estados
que
ponen
en
riesgo
sus
inversiones
dentro
de
su
territorio
nacional.
Su
nombre
es
el
Centro
Internacional
de
Arreglo
de
Diferencias
Relativas
a
Inversiones.
Para
sencillez
lo
llamaremos
con
sus
siglas:
el
CIADI.
Para
entender
mejor
la
amenaza
de
demanda,
le
pedí
ayuda
a
Saúl
Baños,
un
abogado
que
trabaja
en
FESPAD,
que
es
una
fundación
jurídica
que
también
formó
parte
de
la
Mesa
Nacional
contra
la
Minería
metálica.
Eso
se
explica
más
o
menos
así:
una
empresa
que
hace
una
inversión
en
El
Salvador
supone
que
tiene
las
condiciones
o
seguridad
jurídica
como
lo
denominan
ellos,
para
que
El
Salvador
les
permita
hacer
inversión.
O
sea…
La
empresa
Pacific
Rim
entendía,
desde
su
lógica,
que
el
gobierno
al
permitirles
la
licencia
de
exploración,
de
manera
automática
le
iba
también
a
otorgar
el
permiso
de
explotación.
Así
que
la
empresa,
con
la
posible
denuncia,
lo
que
pretendía
era
reclamar
dinero
al
estado
por
detener
el
proceso.
Pero
se
trataba
de
un
dinero
que,
en
realidad,
nunca
tuvo,
sino
que,
más
bien,
pensó
que
iba
a
tener
con
la
explotación
minera.
Dice
la
empresa:
mire,
nosotros
hemos
invertido
dinero,
ya
lo
contabilizaban
en
varios
millones,
en
las
actividades
de
exploración,
pero
usted
ha
jugado
conmigo
y
yo
como
empresa,
voy
a
perder
esa
inversión
que
he
hecho.
Y,
por
lo
tanto,
al
negarme
la
licencia
de
explotación,
está
impidiendo
que
yo
tenga
un
lucro,
una
ganancia
o
un
excedente
de
una
inversión
que
yo
ya
había
hecho.
Y
así,
el
15
de
marzo
de
2009,
llegaron
las
elecciones
presidenciales.
¡Sí
se
pudo!
¡Sí
se
pudo!
¡Sí
se
pudo!
Y
el
FMLN
ganó
las
elecciones.
Pacific
Rim
estaba
en
problemas.
Y
entonces
cumplió
lo
prometido:
en
abril,
un
mes
después
de
las
elecciones,
interpuso
la
demanda
ante
el
CIADI.
Argumentaban
que
El
Salvador
estaba
retrasando
y
entorpeciendo
el
proceso
de
concesión
de
explotación
de
la
mina.
Y
que
estaban
perdiendo
mucho,
mucho
dinero.
En
aquel
momento,
acá
en
El
Salvador,
se
miraba
como
que
la
minería
era
un
problema
de
allá
de
Cabañas,
que
no
era
un
problema
nacional,
no
se
estaba
viendo
así.
Pero
la
demanda
cambió
esa
percepción.
Al
principio
la
empresa
dijo
que
esa
ganancia
que
estaban
perdiendo
era
de
77
millones
de
dólares.
Pero,
después,
esa
suma
fue
aumentando
y
la
demanda
final
reclamaba
al
Estado
salvadoreño
250
millones
de
dólares.
Esa
cifra
parecía
tan
exagerada
que
fue
una
especie
de
toma
de
conciencia
para
el
resto
del
país.
Y
mientras
el
futuro
de
la
minería
de
El
Salvador
se
decidía
en
despachos
de
Washington,
en
Radio
Victoria
la
tensión
se
transformó
en
amenazas. Empezamos
a
recibir
correos
electrónicos,
llamadas
telefónicas,
mensajes
de
texto.
“Les
vamos
a
cortar
la
lengua”
y
todo
tipo
de
cosas
que
nos
iban
a
hacer.
“Tienen
tanto
tiempo
para
que
se
callen”.
El
ambiente
en
las
calles
de
Cabañas
era
parecido:
varias
personas
que
se
oponían
a
la
minería
recibieron
amenazas:
notas
anónimas,
gente
que
los
seguía…
Y
entonces
ocurrió
algo
que
conmocionó
a
todos
en
la
comunidad:
El
pasado
18
de
junio
oficialmente
fue
dado
a
conocer
como
desaparecido
Gustavo
Marcelo
Rivera,
activista
contra
la
minería
en
la
zona
de
San
Isidro,
Cabañas…
Marcelo
fue
uno
de
los
primeros
ambientalistas,
es
más,
fue
el
primero
que
alertó
que
esto
no
era
cualquier
cosa.
Él
estuvo
al
frente
con
su
organización
ADES
y
Radio
Victoria
cubriendo,
cubriendo
cualquier
acción
que
se
hacía.
Después
de
13
días
de
búsqueda,
el
cuerpo
de
Marcelo
apareció
en
el
fondo
de
un
pozo.
Era
claro
que
lo
habían
torturado.
La
policía
detuvo
a
cuatro
pandilleros
por
el
crimen
de
Marcelo.
La
Fiscalía
dijo
que
un
amigo
pandillero
lo
invitó
a
beber,
y
que
a
la
medianoche
fue
asesinado
en
ese
encuentro.
Las
autoridades
también
dijeron
que
no
había
encontrado
evidencias
de
ninguna
relación
entre
el
asesinato
de
Marcelo
y
Pacific
Rim.
Pero
muchas
personas
de
la
comunidad
creen
que
esos
pandilleros
actuaron
como
sicarios
y
que
a
Marcelo
lo
mataron
por
ser
una
de
las
caras
más
visibles
en
contra
de
la
minería.
Organizaciones
como
Human
Rights
Watch
también
pidieron
al
Estado
salvadoreño
una
investigación
exhaustiva
sobre
el
crimen
de
Marcelo.
Después
del
asesinato
de
Marcelo,
las
amenazas
contra
la
radio
se
volvieron
cada
vez
más
constantes.
A
los
corresponsales
de
esa
zona,
tuvimos
que
sacarlos
de
sus
casas,
porque
empezaron
a
irles
a
dejar
anónimos
debajo
de
la
puerta
de
su
casa
diciendo
que
si
no
se
callaban
les
iban
a
pasar
lo
mismo
que
a
Marcelo,
que
no
sabían
lo
que
estaban
haciendo,
que
nadie
iba
a
responder
por
ellos,
que
vieran
Marcelo
cómo
había
terminado
y
eso
así
iba
a
quedar…
Algunos
de
los
periodistas
de
la
radio
empezaron
a
darse
cuenta
de
que
los
seguían,
que
los
vigilaban:
Cuando
andaban
por
el
mercado,
cuando
sentían,
iban
dos
trabajadores,
o
sea,
identificados
de
la
empresa
minera
caminando
a
la
par
de
ellos.
Fueron
a
la
Procuraduría
de
la
Defensa
de
los
Derechos
Humanos
de
El
Salvador.
Y
ahí,
el
director
de
la
institución
actuó
de
inmediato.
Solicita
medidas
cautelares
para
el
equipo
de
la
radio,
que
protegiera
las
instalaciones
de
la
radio
y
que
en
72
horas
le
dieran
un
informe
de
lo
que
estaba
pasando
en
Cabañas.
Pocos
días
después,
el
30
de
julio
de
2009,
Isabel
Gámez,
que
entonces
era
la
encargada
de
prensa
de
la
emisora,
estaba
sola
en
la
radio,
cuando
llamaron
directamente
a
su
teléfono.
Le
empezaron
a
dar
un
itinerario
de
todo
lo
que
había
hecho
durante
ese
día.
A
las
ocho
de
la
mañana
saliste
a
Sensuntepeque.
Fuiste
a
esta
oficina,
te
reuniste
con
esta
gente.
A
las
dos
de
la
tarde
estuviste
aquí
con
esta
gente
y
a
esta
hora
estás
en
la
radio
sola.
Todos
tus
compañeros
ya
no
están,
así
que
te
estamos
esperando
acá
afuera.
Todos
los
de
la
radio
se
habían
ido
a
jugar
fútbol,
para
liberar
estrés.
Y
le
llamaron
a
ella,
le
dijeron:
“mira,
estamos
aquí
afuera,
venimos
a
matarte”.
Y
me
acuerdo
que
ella
nos
llamó
y
llamamos
a
la
policía,
que
si
podían
venir.
Y
la
policía
dice:
“Miren,
nosotros
no
estamos
para
estar
cuidando
instalaciones,
nuestro
trabajo
no
es
ese”.
Y
yo
le
digo:
“pero,
el
Procurador
les
ha
pedido
que
protejan
al
equipo
de
la
radio
y
las
instalaciones
porque
hay
un
peligro
inminente
en
la
radio”.
“Sí,
pero
nosotros
no
estamos
para
eso”.
Los
policías
terminaron
accediendo,
y
los
trabajadores
de
la
radio
volvieron
inmediatamente
a
donde
estaba
Isabel.
Cuando
llegaron,
vieron
que
mucha
gente
de
la
comunidad
había
rodeado
la
radio.
Y
dijeron,
si
le
hacen
algo
a
la
radio,
antes
nos
van
a
hacer
a
nosotros.
Entonces,
eso
fue
como…
pues
como
que
nos
dio
fuerza,
pues
dijimos
púchica,
de
verdad
que
no
estamos
solos.
Y
vimos
Santa
Marta
y
los
señores
con
sus
machetes,
con
sus
colchonetas
aquí,
dijimos:
“hemos
hecho
bien”.
Es
ver
a
señores
que
ya
de
la
tercera
edad
y
mujeres
que
estaban
ahí
en
la
puerta
y
llegamos
y
nos
recibieron
y
dijeron:
“no
tengan
miedo,
no
les
va
a
pasar
nada”.
A
Isabel
Gámez
se
la
llevaron
por
su
seguridad,
y
alguien
cercano
a
los
funcionarios
del
gobierno
de
Cabañas
llamó
a
Óscar.
Era
una
fuente
de
él,
se
tenían
confianza.
Le
dijo
a
Óscar
que
esa
noche
podrían
quemar
la
radio.
Pero
la
gente
de
la
comunidad
no
lo
iba
a
permitir.
Entonces,
como
un
acto
de
solidaridad
con
la
radio,
se
armó
un
grupo
entre
trabajadores
de
la
estación
y
gente
del
pueblo
de
Santa
Marta
que
se
quedaron
ahí
a
vigilar…
A
partir
de
esa
noche,
pasamos
desde
el
30
de
julio
hasta
todo
diciembre,
cada
noche
venía
un
grupo
de…
de
quince
a
veinte
personas
a
cuidar
la
radio.
Pero
algo
es
cierto.
La
amenaza
a
Isabel
Gámez
significó
un
antes
y
un
después
para
Radio
Victoria.
Nos
preguntamos
¿qué
hacemos?,
¿apagamos
la
radio
como
lo
están
pidiendo
ellos?
En
la
radio,
todos
estaban
sufriendo
problemas
de
salud
a
causa
del
estrés
y
las
amenazas.
[Había
muchos
nervios,
había
muchas
zozobra,
o
sea
la
gente
decía,
yo
voy
para
tal
lugar,
no
si
voy
a
regresar.
Mira,
hay
que
estar
bien
comunicado,
cualquier
cosa,
hay
que
alertar.
Entonces,
eso
no
es
vivir
bien
¿verdad?
Eso
es
estar
con
miedo
todo
el
tiempo
Pocos
meses
después,
la
Comisión
Interamericana
de
Derechos
Humanos
otorgó
medidas
cautelares
para
varios
periodistas
de
la
radio
y
para
los
familiares
de
Marcelo
Rivera.
También
solicitó
al
Estado
de
El
Salvador
que
adoptara
las
medidas
necesarias
para
garantizar
su
vida
y
su
integridad.
Fue
entonces
cuando
a
varios
de
ellos
les
pusieron
seguridad.
Pero
ni
aun
así
pararon
las
amenazas…
Cuando
vieron
que
no
caló,
buscaron
la
última
estrategia
que
es
la
que
fue
más
fuerte,
cuando
nos
empezaron
a
mencionar
a
nuestra
familia.
Nos
dijeron,
ah,
bueno,
no
quieren
hacer
caso,
ya
sabemos
cuántos
hermanos
tenés,
quién
es
tu
papá,
quién
es
tu
mamá
y
quién
es
tu
hijo.
Y
cuando
nos
tocaron
a
nuestra
familia,
fue
que
muchos
se
fueron.
Isabel
Gámez
se
exilió
en
Alemania.
En
aquel
momento,
además
del
de
Marcelo,
habían
ocurrido
otros
cuatro
asesinatos
en
el
cantón
Trinidad,
en
Sensuntepeque,
un
municipio
cercano
a
la
mina.
La
policía
resolvió
aquellos
crímenes
como
rencillas
entre
familias,
cuestiones
de
celos
“pasionales”,
según
dijo
la
Fiscalía.
Pero
las
personas
que
murieron
eran
personas
visibles
de
ambos
lados
del
conflicto
minero:
Horacio
Menjívar
y
Esperanza
Velasco,
ambos
a
favor
de
la
minería,
y
Ramiro
Rivera
y
Dora
Sorto,
activistas
en
contra,
parte
del
Comité
Ambiental
de
Cabañas.
Dora
iba
con
su
hijo
pequeño
a
buscar
agua
cuando
la
asesinaron
a
tiros.
Estaba
embarazada.
Yo
decía,
“yo
no
creo
que
sean
capaz
de
matar
a
un
niño”
y
cuando
asesinaron
a
Dora
y
le
dispararon
a
la
panza
e
hirieron
a
su
hijo
que
iba
en
brazos,
dije
“no,
son
capaces
y
nos
están
mandando
un
mensaje
bien
clarito”,
porque
eso
era
lo
que
querían.
Y
entonces
fue
que
me
fui.
Marixela
tenía
una
hija
de
2
años
en
aquel
momento:
y
el
asesinato
de
Dora
fue
lo
que
la
empujó
a
tomar
la
decisión…
Porque
yo
fui
una
de
las
personas
que
amenazaron
a
mi
hija
y
mi
familia
me
dijo:
“bueno,
vos
decidís,
te
vamos
a
apoyar
lo
que
decidas”.
Estuve
moviéndome
con
la
niña
por
mucho
tiempo,
salí
del
país
tres
meses.
Marixela
pasó
3
meses
en
Ecuador,
trabajando
para
una
radio
comunitaria
allí,
pero
no
quiso
pedir
asilo…
Según
la
radio
me
iba
a
sacar
como
un
asilo
y
yo
estando
allá
dije
que
no,
que
no,
que
yo
me
venía,
que
qué
hacía
yo
fuera
de
mi
país,
que
yo
no
había
hecho
nada
y
que
no
tenía
porque
estar
allá.
Y
me
regresé
y
lo
que
me
dio
fuerza
para
volver
fue
eso,
decir,
hay
una
comunidad
que
no
me
va
a
dejar
sola.
Las
amenazas
siguieron
hasta
el
año
2012,
pero
muchos
años
después,
Marixela
se
seguía
manteniendo
cauta,
porque
nunca
encontraron
a
los
culpables.
Que
todavía,
créeme,
yo
durante
no
vea
este
capítulo
cerrado,
para
mí,
la
alerta
siempre
va
a
estar,
sobre
todo,
porque
no
hay
un
resultado
del
avance
de
la
investigación.
A
nosotros
la
Fiscalía
no
nos
ha
entregado
nada.
Ni
un
informe
escrito,
ni
digital.
Ni
siquiera
una
reunión
en
la
que
explican
el
estatus
de
la
investigación.
Nada.
Óscar
me
envió
un
documento
de
19
páginas
en
el
que
me
dijo
que
habían
recogido
todas
las
amenazas
que
sufrieron
entre
el
año
2006
y
2012.
La
mayoría
de
mensajes
están
firmados
por
un
grupo
que
se
llamaba
a
mismo
“Grupo
de
exterminio”.
Pero
a
pesar
de
todo,
en
esos
años
oscuros
hubo
momentos
de
esperanza.
Primero,
en
el
2009,
la
Mesa
Nacional
Frente
a
la
Minería
Metálica
recibió
el
premio
Letellier
Moffit
de
Derechos
Humanos,
uno
de
los
más
importantes
del
mundo.
As
I
present
you
with
the
2009
Letellier-Moffit
Human
Rights
Award
Please
come
up
and
accept
this
award…
Lo
recibió
Vidalina
Morales,
una
campesina
de
Santa
Marta,
parte
de
ADES,
que
se
volvió
otra
de
las
caras
más
visibles
de
la
lucha
antiminera.
La
lucha
por
la
justicia
social
en
nombre
de
nuestros
seres
queridos
caídos
en
la
lucha
nos
une.
Esto
le
dio
al
movimiento
antiminero
del
país
notoriedad
internacional.
También
se
hicieron
manifestaciones
en
solidaridad
con
ellos
en
varias
partes
del
continente.
Por
ejemplo,
en
Toronto:
It’s
“No
justice,
no
peace,
with
mining
companies”…
O
en
Vancouver,
frente
a
la
sede
de
Pacific
Rim
Pacific
Rim
out
of
El
Salvador
now!
O
en
Washington
D.C,
frente
al
Banco
Mundial.
Compañeros,
no…
no
están
solos,
estamos
aquí
con
ustedes…
Y
justo
cuando
estaba
ocurriendo
todo
esto,
surgió
un
aliado
inesperado:
el
arzobispo
de
San
Salvador,
Monseñor
Escobar
Alas,
empezó
a
hacer
apariciones
públicas
pronunciándose
en
contra
de
la
minería.
El
apoyo
de
la
iglesia
se
hizo
más
fuerte
después
de
que,
en
el
2015,
el
Papa
Francisco
criticara
al
actual
sistema
de
consumo
y
desarrollo
en
el
que
vivimos.
Pidió
“cuidar
la
casa
común”,
es
decir,
luchar
contra
la
degradación
ambiental
y
el
cambio
climático
transformando
el
modelo
productivo
al
no
basarlo
en
actividades
con
secuelas
tan
negativas
como
la
minería.
Este
es
Monseñor
Escobar
Alas
en
las
fiestas
patronales
de
San
Salvador,
en
agosto
de
2016.
Pido
también
muy
respetuosamente
a
la
honorable
Asamblea
Legislativa
emita
una
ley
que
prohíba
la
explotación
minera
en
nuestro
país
usando
cianuro,
por
ser
un
veneno
sumamente
letal.
Pero
el
arzobispo
no
solo
se
dirigía
a
los
políticos
del
país:
también
empezó
a
hablarle
al
Banco
Mundial
y
al
CIADI,
ese
órgano
que
estaba
valorando
si
el
Estado
debía
indemnizar
a
Pacific
Rim
por
haber
suspendido
los
permisos
de
exploración
y
explotación
:
Y
en
nombre
de
Dios,
y
de
nuestro
sufrido
pueblo
salvadoreño,
alzo
la
voz
para
pedir
a
el
CIADI
que
no
castigue
este
país
por
no
permitir
la
explotación
minera.
También
dijo
que
obligar
a
un
país
pobre
como
El
Salvador,
a
pagar
250
millones
de
dólares
en
reparaciones
a
una
empresa
sería
muy
injusto.
Pues,
literalmente
sería
quitarle
el
pan
a
un
pueblo
pobre
y
a
la
vez
permitir
que
le
contaminen
su
agua
que
bebe…
Con
el
apoyo
de
la
iglesia
salvadoreña,
muchos
supieron
que
ya
no
habría
marcha
atrás.
Y poco
después
ocurrió
algo
bastante
parecido
a
un
milagro…
El
gobierno
de
El
Salvador
ganó
la
demanda
impuesta
por
la
minera
canadiense
PacIfic
Rim…
ahora
propiedad
de
la
australiana
Oceana
Gold…
El
11
de
octubre
del
2016,
el
CIADI
determinó
que
El
Salvador
no
solo
no
tendría
que
pagar
250
millones
de
dólares
a
la
empresa
por
no
haber
podido
explotar
la
mina…
sino
que,
más
bien,
el
gobierno
salvadoreño
debería
recibir
8
millones
de
dólares
para
compensar
los
gastos
legales
del
proceso.
Pero
para
Saúl
Baños,
el
abogado
del
FESPAD
al
que
escuchamos
antes,
la
victoria
le
salió
muy
cara
al
país.
Si
bien
es
cierto,
El
Salvador
ganó,
entre
comillas,
esa
demanda,
no
se
ganó
tan
ciertamente,
fue
como
una
gane
pírrico
¿verdad?
Que
la
ganancia
es
muy
poca…
Porque
el
Tribunal
ordena
a
la
empresa
que
devuelva
8.5
millones
a
El
Salvador,
cuando
El
Salvador
solo
en
la
defensa
gastó
más
de
13.5.
Es
decir,
que
El
Salvador
había
invertido
en
su
defensa
5
millones
y
medio
más
de
lo
que
recibió
al
ganar
la
demanda
Con
esos
5.5.
millones
se
pudieron
haber
construido
aquí
un
sinfín
de
casas
populares
para
la
gente
sin
techo,
o
dotar
a
los
hospitales
de
camas
hospitalarias,
medicamentos,
introducir
alcantarillas
de
agua,
etc.
¿Qué
no
se
puede
hacer
acá
en
el
país
con
5
millones
de
dólares?
Y,
por
supuesto,
el
dinero
no
fue
lo
único
que
se
perdió
en
esa
lucha
contra
la
minería
Hubo
personas
asesinadas,
hubo
personas
amenazadas,
hubo
rompimiento
de
tejido
social
en
las
comunidades,
separación
de
las
comunidades,
daño
ambiental
porque
también
lo
ha
habido
con
la
actividad
de
la
exploración.
Después
de
la
victoria
contra
la
empresa,
los
ambientalistas
veían
la
ley
de
la
prohibición
cada
vez
más
cerca:
se
sucedieron
las
marchas
a
la
Asamblea
Nacional,
ahora
con
la
Iglesia
católica
al
frente,
las
recogidas
de
firmas
y
también
los
borradores
de
ley.
La
propuesta
de
ley
se
presentó
a
la
Asamblea
el
6
de
febrero
de
2017.
Pero
como
no
había
respuesta,
se
organizó
una
marcha:
el
9
de
marzo,
miles
de
personas,
convocadas
por
la
Iglesia,
por
la
Universidad
Centroamericana
y
por
la
Mesa
Nacional
contra
la
Minería
Metálica,
marcharon
desde
el
Parque
Bolívar
de
San
Salvador
hasta
la
Asamblea
Nacional,
para
entregar
allí
las
más
30.000
firmas
que
habían
recolectado.
Salió
a
recibirlos
el
presidente
de
la
Asamblea,
que
dijo
esto,
refiriéndose
a
la
propuesta
de
ley:
Teniendo
voluntad,
pensando
en
el
país,
pensando
en
los
pobres,
la
podemos
sacar
antes
de
dos
semanas.
Yo
esperaría
y
le
pediría
a
la
comisión
y
a
su
presidente
que
sería
un
buen
regalo
de
Semana
Santa,
si
antes
de
la
Semana
Santa
nosotros
tenemos
aprobada
la
ley.
Y
ahí
todo
se
precipitó:
aquel
era
un
año
en
el
que
los
partidos
ya
estaban
iniciando
sus
estrategias
electorales
para
las
elecciones
legislativas
y
municipales
del
año
siguiente,
de
2018.
Ningún
partido
quiso
posicionarse
en
contra
de
un
tema
que
llevaba
más
de
una
década
de
lucha,
con
mucha
movilización
en
la
calle
y,
que
ahora,
además,
tenía
el
respaldo
de
la
Iglesia
católica.
Apenas
dos
semanas
después
de
aquella
marcha,
el
29
de
marzo
de
2017,
la
ley
se
debatió
en
la
Asamblea
Legislativa.
Allí,
en
la
asamblea,
en
las
mesas
de
los
diputados
había
banderas
amarillas
en
contra
de
la
minería.
El
presidente
de
la
asamblea
detuvo
la
sesión
y
miró
hacia
el
público
invitado.
Los
saludó,
les
dio
las
gracias,
y
el
público,
detrás
del
cristal,
agitó
unas
banderas
iguales
a
las
que
estaban
en
las
mesas.
En
ellas
se
lee
“No
a
la
minería,
a
la
vida”.
La
sesión
se
reanudó.
Los
portavoces
de
diferentes
partidos
se
turnaron
para
decir
más
o
menos
lo
mismo:
que
era
un
momento
histórico….
Este
es
un
día
histórico
y
ustedes
son
parte
medular
de
lo
que
vamos
a
aprobar
esta
mañana.
Y
que
esta
ley
era
necesaria
Es
necesario
tomar
medidas
a
fin
de
prohibir
dicha
actividad.
Porque
era
una
ley
a
favor
de
la
vida…
En
defensa
de
la
vida,
de
la
vida
de
los
salvadoreños
Después
se
hizo
un
silencio
y
los
diputados
votaron.
Cerramos
la
votación
con
69
votos
y
se
aprueba
en
términos
generales…
69
votos
a
favor
de
prohibir
la
minería
metálica
y
ninguno
en
contra.
El
público
lloró,
gritó,
se
abrazó.
Así,
el
29
de
marzo
de
2017,
El
Salvador
se
convirtió
en
el
primer
país
del
mundo
en
prohibir
la
minería
metálica.
Como
dijeron
tantos
políticos,
era
un
día
histórico.
La
ley
prohíbe
cualquier
tipo
de
minería
metálica,
ya
sean
actividades
de
exploración,
de
extracción,
de
explotación
y
procesamiento
de
metales
a
cielo
abierto
o
de
manera
subterránea,
así
como
la
extracción
industrial
o
artesanal.
También
se
prohibió
el
uso
de
químicos
tóxicos
como
el
cianuro
y
el
mercurio
en
cualquier
proceso
de
minería
metálica.
Y
la
ley
también
dejó
sin
efecto
los
procesos
para
obtener
permisos
de
exploración
y
explotación
que
ya
se
habían
iniciado,
como
el
de
Pacific
Rim.
Esto
era
un
triunfo
para
la
defensa
del
medio
ambiente
no
solo
en
el
país,
sino
en
todo
el
mundo.
Un
respaldo
gubernamental
en
una
región
como
Latinoamérica,
donde
la
violencia
contra
los
defensores
del
medio
ambiente
es
constante
y
donde
los
modelos
de
desarrollo
basados
en
la extracción
de
materias
primas
para
la
exportación
son
practicados
por gobiernos
de
derecha
y
de
izquierda.
En
la
Asamblea
Legislativa
estaban
varias
personas
de
Santa
Marta
que
habían
impulsado
la
Mesa
contra
la
Minería…
pero
no
había
nadie
de
Radio
Victoria.
Esto
no
les
impidió
celebrar
a
la
distancia.
Yo
estaba
aquí.
Cuando
la
ley
se
aprobó
estaba
siguiéndolo
porque
había
una
lectura
en
Canal
9,
estábamos
enlazados
a
Canal
9,
que
es
el
canal
legislativo
[…]
y
pues
lloramos…
lloramos
de
emoción
y
dijimos,
púchica,
al
fin.
Alguien
que
estaba
allí
era
Saúl
Baños…
Y
lo
recuerda
como
una
fiesta.
Estábamos
vitoreando,
golpeando
el
vidrio,
con
banderas.
Yo
soy
de
poco
reír,
yo
tengo
un
rictus
en
mi
rostro
que
me
cuesta
reír,
pero
la
gente
que
vio
esas
fotos
me
decía
que
estaba
bastante
contento,
porque
me
veían
la
sonrisa
en
el
rostro
de
oreja
a
oreja.
En
ese
momento,
en
Radio
Victoria
decidieron
que
tenían
que
hacer
una
celebración
que
no
estuviera
encerrada
en
la
Asamblea
Nacional,
sino
que
fuera
para
las
personas
que
lucharon
desde
las
calles
y
las
comunidades
durante
esos
12
años.
Sabemos
que
aquí
han
habido
otros
protagonistas,
sabemos
que
aquí
ha
habido
otros
líderes
que
no
están
allá
y
que
los
grandes
medios
no
los
van
a
ver
y
necesitamos
proyectar
eso.
Y
entonces
programamos
un
foro
que
se
llamó:
“Más
allá
de
la
aprobación
de
la
Ley”.
Allí
estuvieron
muchas
de
las
personas
que
desde
la
comunidad
había
luchado
contra
Pacific
Rim.
Y
ahí
yo
me
sentí
muy
feliz.
Se
lo
dedicamos
a
Marcelo,
a
Dora
y
a
toda
la
gente
que
estuvo…
esto
es
de
cada
gente
de
cada
señora
que
salió
cuando
le
dijo,
cuando
le
dijimos
vamos
a
marchar,
cuando
abordamos,
cuando
preguntamos,
que
llamaron…
Esto
es
para
la
gente
que
vino
y
nos
dijo:
“Aquí
estamos
y
los
vamos
a
proteger
para
todo”,
que
la
gente
viera.
Entonces,
todo
eso
fue
al
aire
y…
y
lo
celebramos
así
Pero
no
se
quedaron
solo
en
la
celebración:
el
día
después
de
la
aprobación
de
la
ley,
se
pusieron
a
pensar
en
lo
que
podría
pasar
a
partir
de
ese
momento,
en
los
nuevos
peligros
que
podrían
venir:
Muy
fácilmente
esta
ley
se
puede
volver
inconstitucional,
porque
aquí
la
Asamblea
a
cada
rato
vuelve
inconstitucional
cualquier
cosa.
Entonces,
que
también
se
aproximaban
las
elecciones,
y
dijimos,
miren,
esto,
puede
cambiar
el
panorama.
Esto
que
dice
Marixela
es
verdad…
las
leyes
son
una
cosa
y
el
cumplimiento
de
las
leyes
es
otra.
Si
bien
a
día
de
hoy
no
hay
actividad
minera
en
El
Salvador,
el
panorama
político
y
social
del
país
hoy
es
muy
diferente
al
de
hace
unos
años.
El
gobierno
de
Nayib
Bukele
no
ha
puesto
mucho
interés
en
los
temas
ambientales
durante
su
administración,
y
ha
promovido
un
Foro
Intergubernamental
sobre
Minería,
Metales
y
Desarrollo
Sostenible,
buscando
darle
nuevos
aires
a
la
actividad
minera.
Además,
en
el
año
2021
se
aprobó
la
Ley
de
Creación
de
la
Dirección
General
de
Energía,
Hidrocarburos
y
Minas.
Esta
dirección
no
distingue
entre
minería
metálica
y
no
metálica,
y
puede
permitir
la
exploración
de
áreas
con
potencial
económico
y
establecer
relaciones
con
organismos
extranjeros
vinculados
al
sector
minero.
Queda
esperar
para
ver
si
todo
esto
permite
que
se
mantenga
lo
logrado.
Isabel
Cadenas
Cañón
es
escritora,
creadora
del
podcast
“De
eso
no
se
habla”
y
productora
ejecutiva
de
El
País
Audio.
Vive
en
Madrid.
Esta
historia
fue
editada
por
Luis
Fernando
Vargas,
Camila
Segura
y
por
mí.
Desirée
Yépez
hizo
el
fact
checking.
La
mezcla
y
el
diseño
de
sonido
son
de
Andrés
Azpiri
y
Rémy
Lozano.
Esta
historia
es
producto
de
una
colaboración
entre
Isabel
Cadenas
Cañón
y
Ainhoa
Montoya,
del
Center
for
Latin
American
and
Caribbean
Studies,
School
of
Advanced
Study,
University
of
London.
Y
fue
financiada
por
el
Economic
and
Social
Research
Council
del
Reino
Unido.
Muchas
gracias
a
Paula
Morais,
Laura
Casielles
y
Vanessa
Rousselot,
del
podcast
“De
eso
no
se
habla”,
por
su
colaboración
en
este
episodio.
El
resto
del
equipo
de
Radio
Ambulante
incluye
a
Paola
Alean,
Nicolás
Alonso,
Lisette
Arévalo,
Aneris
Casassus,
Emilia
Erbetta,
Fernanda
Guzmán,
Camilo
Jiménez
Santofimio,
Ana
Pais,
Laura
Rojas
Aponte,
Barbara
Sawhill,
Elsa
Liliana
Ulloa,
y
David
Trujillo.
Carolina
Guerrero
es
la
CEO.
Radio
Ambulante
se
produce
y
se
mezcla
en
el
programa
Hindenburg
PRO.
Radio
Ambulante
cuenta
las
historias
de
América
Latina.
Soy
Daniel
Alarcón.
Gracias
por
escuchar.
Check out more Radio Ambulante

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Esto es Radio Ambulante, desde NPR. Soy Daniel Alarcón. La historia de hoy empieza en Santa Marta, una comunidad en el norte de El Salvador. Queda en el departamento de Cabañas, en la frontera con Honduras. Casi la mitad de la gente de ese departamento vive en condición de pobreza. Y la mayoría de las familias que viven en Santa Marta subsisten de la agricultura. Es un lugar donde las oportunidades son escasas. Pero algo que caracteriza a Santa Marta es que es un lugar muy unido, solidario. Y gran parte de esa cohesión se debe a la radio comunitaria. Radio Victoria, 92.1, presenta, a partir de esta hora, Comunidad al día, bienvenidos y bienvenidas… Radio Victoria es producto directo de la guerra civil que devastó a El Salvador en los años 80. Santa Marta era uno de los centros de la guerrilla de tendencia marxista que luchaba contra el ejército y los paramilitares, y el pueblo fue destruido en 1981… Sus habitantes, por lo menos aquellos que no murieron en los ataques, tuvieron que huir. La gente empezó a regresar en pequeños grupos a finales de los 80 y comienzos de los 90, y fue ahí que nació la radio. Al principio era de uso interno, una manera de solventar las necesidades de una comunidad bastante aislada del resto del departamento. Se pasaban mensajes, avisaban si había algún problema o la hora de ir a la escuela. Pero pronto se dieron cuenta de que la radio podía servirles también para comunicarse con otros lugares, para llegar más allá de Santa Marta. No era algo menor: por su pasado apoyando a la guerrilla el pueblo tenía mala fama en los municipios cercanos: Siempre se ha creído que a Santa Marta no se podía entrar, que no se podían relacionar con la gente allá, que si alguien entraba a Santa Marta no salía vivo. Nos comíamos a los niños… que hacíamos jabón, a las personas mayores, ya de 60 años. Este es Óscar Beltrán y forma parte del equipo de dirección de la radio. Ha trabajado ahí por más de 20 años. Así que pocos meses después de crear la radio, los santamarteños decidieron subir los 7 kilómetros en la montaña que los separa del municipio de Victoria para instalarse allí y crear una radio para todo el departamento de Cabañas: Era tan difícil montar un proyecto de comunicación. Y cuando logramos montar la radio logramos hacer sonar la radio por primera vez. O sea, todo el mundo decía o sea ha sido una victoria, hemos logrado lo que soñamos. Entonces, a partir de eso nace el nombre de la radio y dijimos bueno, Radio Victoria y coincide… se instala en el municipio de Victoria. Desde entonces, Radio Victoria se dedica a informar y atender los problemas de Cabañas. Por eso, no fue del todo extraño cuando a inicios de los 2000 se empezaron a acercar campesinos de la zona pidiéndoles ayuda. Los pozos de agua se estaban secando y los animales se estaban muriendo en circunstancias extrañas. O sea, eran cantidades de ganado, no era solo que se moría una vaca y ya estuvo. Además, reportaban que habían llegado personas desconocidas y estaban sacando muestras de rocas… Y la gente estaba bastante preocupada. Llegaban a preguntar: “miren, ¿ustedes saben?, ¿pueden investigar qué está pasando?” Y nosotros decíamos, miren, deberían de ir a la unidad de medio ambiente, las alcaldías tienen una unidad, la policía también tiene una responsabilidad. Pero en esos lugares no les daban respuestas. Les decían que estos eventos eran normales… Tal vez alguien le echó veneno al agua…. Nadie sabía nada… Así que los de Radio Victoria se juntaron con sus vecinos y se propusieron buscar respuestas. Pero lo que encontraron era mucho más grande de lo que se hubieran podido imaginar. Una breve pausa y volvemos… Este mensaje viene del patrocinador de NPR, Carmax. Imagina comprar un auto a tu manera. 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ASIC y ADES ya habían trabajado juntas antes: habían detenido un proyecto de relleno sanitario que querían realizar a la orilla del río Titihuapa. Un día, realizaron un foro para hablar sobre ese tema, y el delegado del ministerio de medio ambiente les dijo que se preocupaban mucho por un relleno sanitario, pero que en realidad lo que iba a contaminar ese proyecto no se podía comparar, para nada, con lo que ocasionaría la industria minera. Y es que pronto se dieron cuenta de que desde 1993, varias empresas mineras habían estado haciendo exploraciones en Cabañas en busca de oro. Lo que pasa es que estaban haciendo perforaciones muy profundas y eso estaba ocasionando que algunas vertientes de agua se cortaran y ya la… esa agua ya no llegaba a los espacios donde la gente normalmente lo estaba recibiendo, la desviaba, y ya seguramente estaba saliendo por otro lado. Hasta ese momento, las empresas habían cavado más de 200 agujeros. La exploración minera también explicaba que se muriera el ganado, porque para sacar el oro tenían que hacer una combinación de agua con varios químicos muy contaminantes, entre ellos el cianuro: Y todo eso se estaba tirando allá a la intemperie y cada vez que llovía, todo eso iba a parar al río. Entonces, era evidente que esa agua también estaba afectando al ganado de las comunidades. En El Salvador había habido minería durante la colonia, y también por un breve periodo en los años 50. Cabañas es una de las regiones con más oro y más plata del país, y entre 1948 y 1953, una empresa estadounidense, la Rosario Mining Company, explotó la mina El Dorado. Pero desde entonces, casi no había habido minería metálica en el país. Cuando estuve en Santa Marta, en el 2018, me contaron que cuando se empezó a hablar de minería, la mayoría de la gente pensaba que se trataba de otro tipo de minas: de minas antipersona colocadas durante la guerra. Pero en 1992, con la firma de los acuerdos de paz después del conflicto, en El Salvador se empezó a fomentar la extracción de metales a través de inversión extranjera para tratar de reactivar una economía que estaba devastada por la guerra. Y dadas las condiciones económicas de Cabañas, a pesar de las señales de alerta de los pozos secos y los animales muertos, la gente de la zona recibió la noticia de que una empresa minera planeaba instalarse en la zona con mucho optimismo. Esta es Marixela Ramos. No sabíamos nada de minería, pero así, nada. Otra periodista de Radio Victoria. Y decíamos: “¡uf! van a hacer no sé cuántos cientos de empleos, es la posibilidad para que Cabañas, uno de los Departamentos más pobres de El Salvador, que por eso es que le llaman el número 14 porque es el último en todo, va a salir, es la posibilidad de su vida para que salga adelante con esa minería”. Y es que en el año 2002, después del incidente del ganado, Pacific Rim, una empresa canadiense que había adquirido los permisos de exploración minera en la zona, llegó a la comunidad con una fuerte campaña… Hicieron anuncios, reuniones con los habitantes de la zona, y dieron muchos regalos a la gente: gallinas, cerdos, árboles, víveres… En realidad, quizá la campaña de la empresa fue demasiado fuerte, porque ahí sí algunas personas empezaron a sospechar: Esto no huele tan bien porque algo tan fácil nunca ha sido para las comunidades, que se lo vengan a poner así. Así que en Santa Marta empezaron a informarse. Empezamos a ver, empezaron a ver… y empezaron a hacer grupos, como siempre, a juntarnos, a analizar el tema y miren: “¿y qué es una mina? ¿qué hacen?” O sea, de eso tan bonito que nos quieren dar, ¿qué es lo que nosotros vamos a dar? ¿Qué es lo que nos van a quitar? Fueron aprendiendo los aspectos más técnicos del proceso de explotación… Como cuántas toneladas de tierra equivale para que hagan un anillo de oro, ¡aja! Por si se lo están preguntando: son alrededor de 3 toneladas de roca. También investigaron sobre los químicos que se usan en el proceso, y se detuvieron en el principal: el cianuro… Tan interesados estaban en Santa Marta, que incluso varios vecinos fueron a estudiar más sobre el tema: una de ellas fue Marixela, que se fue a San Salvador, la capital, para estudiar un diplomado sobre minería. Además, una delegación de las organizaciones de Cabañas también visitó el Valle de Siria, en Honduras, donde hubo explotación minera entre los años 2000 y 2008. Ahí también estuvo Marixela. La delegación entrevistó a los residentes de la zona sobre cómo la minería estaba cambiando sus vidas. Y descubrieron algo que los sorprendió: la zona se estaba convirtiendo en desierto. La gente ahora está comprando el agua, porque le secaron su río. Vas al río y ahí no vas a encontrar vida, entonces, por el alto nivel de PH que hay, o sea, está inservible y la gente está comprando hasta las barriladas que son como dos metros de agua a dos dólares, un dólar. Y aquí, pues para conseguir un dólar, dos dólares, una familia que no tiene empleo, ¿cómo se las arregla para tomar el agua? También empezaron a ver cuáles eran los trabajos que estas mineras ofrecían a la gente local. Eran los empleos más riesgosos, era andar bajo la tierra ¿verdad? Estar enfrente a unas máquinas muy peligrosas. Y que los empleos de más alto nivel y con mejor salario iban a ser para gente de fuera: Porque aquí no hay gente experta en explotar mina, muchos de los ingenieros expertos en eso venían de Canadá, Estados Unidos, los iban a traer… Descubrieron también que, en realidad, iban a dejar muy pocas ganancias en el país y, sobre todo, en Cabañas: Del cien por ciento, el 98% iba para su país; el 1% iba a la alcaldía o al Departamento y el otro 1% al Estado ¿y a la comunidad qué le quedaba? El desastre. En Santa Marta sabían que tenían que organizarse. Así que en el año 2005, ASIC yADES, Radio Victoria y otras organizaciones se unieron para crear una alianza en contra de la minería. La llamaron Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica. En ella había organizaciones ambientalistas, centros de investigación, fundaciones y hasta organizaciones religiosas tanto a nivel local como nacional. Bajo ese nombre empezaron a asistir a las reuniones que convocaba la empresa y a organizar foros de discusión. Y en el año 2006, desde la Mesa presentaron un proyecto de ley pero no llegó muy lejos. Pacific Rim no se quedó quieta, claro. Y por medio de una fundación, empezaron una serie de proyectos de bienestar social para las comunidades de Cabañas: eran, sobre todo, programas de capacitación y educación para que jóvenes y mujeres tuvieran las herramientas necesarias para comenzar un emprendimiento o conseguir un empleo. Y también lanzaron una fuertísima campaña en los medios de comunicación que hablaba de una minería responsable y ecológica. Lo que ellos llamaban el futuro de la minería. La minería antes era una industria sucia. Hoy gracias a la tecnología hay algo nuevo y limpio: la minería verde. La minería verde es ecológica y moderna… La “minería verde” es una denominación que se oye mucho: una narrativa para decir que la minería moderna es poco menos que ecológica, cuando en realidad está comprobado que toda actividad minera contamina, sin importar qué tipo de tecnología se utilice. Y así, poco a poco, aquel tema del que nadie había oído hablar invadió los medios de comunicación de El Salvador. Tenían inundados todos los medios de este país casi: la televisión, la radio, el internet, vallas publicitarias o sea… Los periódicos estaban inundados del tema de la minería verde. La campaña estaba en todas partes, excepto en Radio Victoria. La empresa minera los buscó en 2007. Habían monitoreado la radio en todo el Departamento donde se oía y dijeron: “queremos pautar”. Y dicen: Son unas cuñitas nada más, lo que queremos decir es cómo la industria desarrolla, cómo los metales aportan a la medicina, que a esto, que a lo otro… Nos ofrecían miles de plata mensual Les vamos a pagar 8.000 dólares mensuales. Y nosotros ni siquiera teníamos ingresos de 1.000 dólares en ese tiempo, o sea… En ese momento estábamos construyendo este edificio… Ellos decían: “mire, sabemos que no pueden terminar de construir ese edificio, se lo construimos, si ustedes quieren, de tres plantas si nos dan publicidad dentro de la radio”. Pensaron que iban a venir a la radio, nos íbamos a sentar y felices todos y acordábamos, pero no fue así. No vamos a cederles un espacio, o sea, no nos interesa. Es más, intensificamos la campaña, pero en contra de ellos ¿verdad? Al aire explicaron que Pacific Rim quería pautar en Radio Victoria y que ellos se habían negado. Pero querían hacer más, no querían conformarse con ser la única radio que no tenía publicidad de las mineras. Así que se reunieron con ARPAS, la red de radios comunitarias de El Salvador, Y el acuerdo que se sacó fue que todas las radios asociadas a ARPAS iban a cerrar los espacios a la empresa minera. Entonces, la empresa sintió que no solo le habíamos cerrado las puertas de la Radio Victoria, sino que además le cerramos las puertas de las otras radios. Además, crearon una red de corresponsales… Preparamos jóvenes en comunidades para que nos estén informando de lo que está pasando. Y cada cosa que estaba pasando, nosotros en el momento estábamos transmitiendo. Y ellos se sorprendían la capacidad que tenía la radio de reaccionar, de estar en el lugar, cada cosa que estaban haciendo. Añadieron una nueva sección en su noticiero que estaba especialmente enfocada en la minería. Se llamó La otra cara de la minería. Sabías que la minería consume entre el 7 y el 10 por ciento de la energía mundial? Yo con eso de la minería se lo digo con toda seguridad y con toda franqueza: no y no y no tres veces. Si lo que quieren es lo mismo, hombre, llevarse el oro y dejarnos mire, jodidos, contaminados, sin agua… En las comunidades de Cabañas se empezó a crear una división muy fuerte entre los que se oponían a la explotación de metales y las personas que, o ya trabajaban para la empresa, o esperaban hacerlo algún día. Muchos llamaban a Radio Victoria para apoyarlos… Y la gente decía no queremos minería, aquí, ¿nos están oyendo los de la Pacific Rim? Si nos están oyendo, queremos que se vayan de Cabañas, no lo queremos aquí. Pero otros, llamaban para intentar silenciarlos. Ustedes qué saben de minería, cállense, ustedes no saben, déjenos que nos den empleo”. Porque esa era la idea que la empresa había vendido, tienen un medio allá que nos está haciendo, como nosotros decimos popularmente, estorbo. Es decir que Radio Victoria era un estorbo para traer desarrollo y bienestar a Cabañas. Y eso tendría consecuencias. Después de la pausa, qué pasa cuando te opones a un gigante. Ya volvemos. Estamos de vuelta en Radio Ambulante. Antes de la pausa escuchábamos cómo la empresa minera canadiense Pacific Rim llegó al departamento de Cabañas en El Salvador con la promesa de empleo y prosperidad. Inicialmente la noticia fue recibida con entusiasmo por una comunidad donde muchos apenas tenían para comer. Pero una radio local no estaba tan segura de que todo fuese positivo y empezó a investigar… Se dieron cuenta de que las cosas no eran tan sencillas: la mayor parte de la riqueza se iría del país, y lo que quedaría sería un desastre ambiental. Había tensión entre la gente del departamento: algunos querían el trabajo que ofrecía la minera y otros estaban dispuestos a luchar por que la empresa no se instalara. Y las cosas solo seguirían escalando. Isabel Cadenas Cañón nos sigue contando. En el 2007, después de que la empresa visitó Radio Victoria ofreciendo dinero, se realizó la primera marcha contra la minería en Cabañas. La llamaron “La caminata verde”. Ese fue uno de los resultados más bonitos, la gente estaba volcada toda en la calle; vestida de verde, con su pancarta, diciendo qué querían y frente a la oficina de la Pacific Rim… Además de eso, miembros de la mesa nacional contra la minería metálica, llevaron televisores a las comunidades para mostrar lo que habían visto en sus visitas a proyectos mineros, entre otras cosas… La presión desde Cabañas parece que funcionó. En el año 2008, el gobierno de ARENA aseguró que no iba a conceder permisos de extracción sin estudios de impacto ambiental y sin una normativa para regular la industria. Era una traba más para Pacific Rim. Y es que a las acciones de los grupos ambientalistas se sumaba el hecho de que un año después, a principios de 2009, iba a haber elecciones presidenciales y ARENA podría perder el poder. En ese momento todo apuntaba a que, por primera vez desde el fin de la guerra, las elecciones las iba a ganar el FMLN, el partido de izquierda que se oponía a la minería. Los grupos ambientalistas incluso consiguieron la firma del candidato de la oposición, Mauricio Funes, prometiendo que en su gobierno no habría explotación de metales. Pacific Rim sabía que si no conseguía un permiso de explotación con el gobierno de derecha, iba a ser casi imposible conseguirlo si gobernaba la izquierda. Para presionar, la minera planteó demandar al Estado salvadoreño frente al Banco Mundial. Quizá suene raro que una empresa pueda denunciar a un país, pero en realidad es algo bastante común. El Banco Mundial considera a las empresas un motor de desarrollo, y creó un tribunal de arbitraje independiente, que no depende de la jurisdicción nacional de ningún país. En ese tribunal, las empresas pueden denunciar a los Estados que ponen en riesgo sus inversiones dentro de su territorio nacional. Su nombre es el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones. Para sencillez lo llamaremos con sus siglas: el CIADI. Para entender mejor la amenaza de demanda, le pedí ayuda a Saúl Baños, un abogado que trabaja en FESPAD, que es una fundación jurídica que también formó parte de la Mesa Nacional contra la Minería metálica. Eso se explica más o menos así: una empresa que hace una inversión en El Salvador supone que tiene las condiciones o seguridad jurídica como lo denominan ellos, para que El Salvador les permita hacer inversión. O sea… La empresa Pacific Rim entendía, desde su lógica, que el gobierno al permitirles la licencia de exploración, de manera automática le iba también a otorgar el permiso de explotación. Así que la empresa, con la posible denuncia, lo que pretendía era reclamar dinero al estado por detener el proceso. Pero se trataba de un dinero que, en realidad, nunca tuvo, sino que, más bien, pensó que iba a tener con la explotación minera. Dice la empresa: mire, nosotros hemos invertido dinero, ya lo contabilizaban en varios millones, en las actividades de exploración, pero usted ha jugado conmigo y yo como empresa, voy a perder esa inversión que he hecho. Y, por lo tanto, al negarme la licencia de explotación, está impidiendo que yo tenga un lucro, una ganancia o un excedente de una inversión que yo ya había hecho. Y así, el 15 de marzo de 2009, llegaron las elecciones presidenciales. ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! Y el FMLN ganó las elecciones. Pacific Rim estaba en problemas. Y entonces cumplió lo prometido: en abril, un mes después de las elecciones, interpuso la demanda ante el CIADI. Argumentaban que El Salvador estaba retrasando y entorpeciendo el proceso de concesión de explotación de la mina. Y que estaban perdiendo mucho, mucho dinero. En aquel momento, acá en El Salvador, se miraba como que la minería era un problema de allá de Cabañas, que no era un problema nacional, no se estaba viendo así. Pero la demanda cambió esa percepción. Al principio la empresa dijo que esa ganancia que estaban perdiendo era de 77 millones de dólares. Pero, después, esa suma fue aumentando y la demanda final reclamaba al Estado salvadoreño 250 millones de dólares. Esa cifra parecía tan exagerada que fue una especie de toma de conciencia para el resto del país. Y mientras el futuro de la minería de El Salvador se decidía en despachos de Washington, en Radio Victoria la tensión se transformó en amenazas. Empezamos a recibir correos electrónicos, llamadas telefónicas, mensajes de texto. “Les vamos a cortar la lengua” y todo tipo de cosas que nos iban a hacer. “Tienen tanto tiempo para que se callen”. El ambiente en las calles de Cabañas era parecido: varias personas que se oponían a la minería recibieron amenazas: notas anónimas, gente que los seguía… Y entonces ocurrió algo que conmocionó a todos en la comunidad: El pasado 18 de junio oficialmente fue dado a conocer como desaparecido Gustavo Marcelo Rivera, activista contra la minería en la zona de San Isidro, Cabañas… Marcelo fue uno de los primeros ambientalistas, es más, fue el primero que alertó que esto no era cualquier cosa. Él estuvo al frente con su organización ADES y Radio Victoria cubriendo, cubriendo cualquier acción que se hacía. Después de 13 días de búsqueda, el cuerpo de Marcelo apareció en el fondo de un pozo. Era claro que lo habían torturado. La policía detuvo a cuatro pandilleros por el crimen de Marcelo. La Fiscalía dijo que un amigo pandillero lo invitó a beber, y que a la medianoche fue asesinado en ese encuentro. Las autoridades también dijeron que no había encontrado evidencias de ninguna relación entre el asesinato de Marcelo y Pacific Rim. Pero muchas personas de la comunidad creen que esos pandilleros actuaron como sicarios y que a Marcelo lo mataron por ser una de las caras más visibles en contra de la minería. Organizaciones como Human Rights Watch también pidieron al Estado salvadoreño una investigación exhaustiva sobre el crimen de Marcelo. Después del asesinato de Marcelo, las amenazas contra la radio se volvieron cada vez más constantes. A los corresponsales de esa zona, tuvimos que sacarlos de sus casas, porque empezaron a irles a dejar anónimos debajo de la puerta de su casa diciendo que si no se callaban les iban a pasar lo mismo que a Marcelo, que no sabían lo que estaban haciendo, que nadie iba a responder por ellos, que vieran Marcelo cómo había terminado y eso así iba a quedar… Algunos de los periodistas de la radio empezaron a darse cuenta de que los seguían, que los vigilaban: Cuando andaban por el mercado, cuando sentían, iban dos trabajadores, o sea, identificados de la empresa minera caminando a la par de ellos. Fueron a la Procuraduría de la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador. Y ahí, el director de la institución actuó de inmediato. Solicita medidas cautelares para el equipo de la radio, que protegiera las instalaciones de la radio y que en 72 horas le dieran un informe de lo que estaba pasando en Cabañas. Pocos días después, el 30 de julio de 2009, Isabel Gámez, que entonces era la encargada de prensa de la emisora, estaba sola en la radio, cuando llamaron directamente a su teléfono. Le empezaron a dar un itinerario de todo lo que había hecho durante ese día. A las ocho de la mañana saliste a Sensuntepeque. Fuiste a esta oficina, te reuniste con esta gente. A las dos de la tarde estuviste aquí con esta gente y a esta hora estás en la radio sola. Todos tus compañeros ya no están, así que te estamos esperando acá afuera. Todos los de la radio se habían ido a jugar fútbol, para liberar estrés. Y le llamaron a ella, le dijeron: “mira, estamos aquí afuera, venimos a matarte”. Y me acuerdo que ella nos llamó y llamamos a la policía, que si podían venir. Y la policía dice: “Miren, nosotros no estamos para estar cuidando instalaciones, nuestro trabajo no es ese”. Y yo le digo: “pero, el Procurador les ha pedido que protejan al equipo de la radio y las instalaciones porque hay un peligro inminente en la radio”. “Sí, pero nosotros no estamos para eso”. Los policías terminaron accediendo, y los trabajadores de la radio volvieron inmediatamente a donde estaba Isabel. Cuando llegaron, vieron que mucha gente de la comunidad había rodeado la radio. Y dijeron, si le hacen algo a la radio, antes nos van a hacer a nosotros. Entonces, eso fue como… pues como que nos dio fuerza, pues dijimos púchica, de verdad que no estamos solos. Y vimos Santa Marta y los señores con sus machetes, con sus colchonetas aquí, dijimos: “hemos hecho bien”. Es ver a señores que ya de la tercera edad y mujeres que estaban ahí en la puerta y llegamos y nos recibieron y dijeron: “no tengan miedo, no les va a pasar nada”. A Isabel Gámez se la llevaron por su seguridad, y alguien cercano a los funcionarios del gobierno de Cabañas llamó a Óscar. Era una fuente de él, se tenían confianza. Le dijo a Óscar que esa noche podrían quemar la radio. Pero la gente de la comunidad no lo iba a permitir. Entonces, como un acto de solidaridad con la radio, se armó un grupo entre trabajadores de la estación y gente del pueblo de Santa Marta que se quedaron ahí a vigilar… A partir de esa noche, pasamos desde el 30 de julio hasta todo diciembre, cada noche venía un grupo de… de quince a veinte personas a cuidar la radio. Pero algo es cierto. La amenaza a Isabel Gámez significó un antes y un después para Radio Victoria. Nos preguntamos ¿qué hacemos?, ¿apagamos la radio como lo están pidiendo ellos? En la radio, todos estaban sufriendo problemas de salud a causa del estrés y las amenazas. [Había muchos nervios, había muchas zozobra, o sea la gente decía, yo voy para tal lugar, no sé si voy a regresar. Mira, hay que estar bien comunicado, cualquier cosa, hay que alertar. Entonces, eso no es vivir bien ¿verdad? Eso es estar con miedo todo el tiempo Pocos meses después, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares para varios periodistas de la radio y para los familiares de Marcelo Rivera. También solicitó al Estado de El Salvador que adoptara las medidas necesarias para garantizar su vida y su integridad. Fue entonces cuando a varios de ellos les pusieron seguridad. Pero ni aun así pararon las amenazas… Cuando vieron que no caló, buscaron la última estrategia que es la que fue más fuerte, cuando nos empezaron a mencionar a nuestra familia. Nos dijeron, ah, bueno, no quieren hacer caso, ya sabemos cuántos hermanos tenés, quién es tu papá, quién es tu mamá y quién es tu hijo. Y cuando nos tocaron a nuestra familia, fue que muchos se fueron. Isabel Gámez se exilió en Alemania. En aquel momento, además del de Marcelo, habían ocurrido otros cuatro asesinatos en el cantón Trinidad, en Sensuntepeque, un municipio cercano a la mina. La policía resolvió aquellos crímenes como rencillas entre familias, cuestiones de celos “pasionales”, según dijo la Fiscalía. Pero las personas que murieron eran personas visibles de ambos lados del conflicto minero: Horacio Menjívar y Esperanza Velasco, ambos a favor de la minería, y Ramiro Rivera y Dora Sorto, activistas en contra, parte del Comité Ambiental de Cabañas. Dora iba con su hijo pequeño a buscar agua cuando la asesinaron a tiros. Estaba embarazada. Yo decía, “yo no creo que sean capaz de matar a un niño” y cuando asesinaron a Dora y le dispararon a la panza e hirieron a su hijo que iba en brazos, dije “no, sí son capaces y nos están mandando un mensaje bien clarito”, porque eso era lo que querían. Y entonces fue que me fui. Marixela tenía una hija de 2 años en aquel momento: y el asesinato de Dora fue lo que la empujó a tomar la decisión… Porque yo fui una de las personas que amenazaron a mi hija y mi familia me dijo: “bueno, vos decidís, te vamos a apoyar lo que decidas”. Estuve moviéndome con la niña por mucho tiempo, salí del país tres meses. Marixela pasó 3 meses en Ecuador, trabajando para una radio comunitaria allí, pero no quiso pedir asilo… Según la radio me iba a sacar como un asilo y yo estando allá dije que no, que no, que yo me venía, que qué hacía yo fuera de mi país, que yo no había hecho nada y que no tenía porque estar allá. Y me regresé y lo que me dio fuerza para volver fue eso, decir, hay una comunidad que no me va a dejar sola. Las amenazas siguieron hasta el año 2012, pero muchos años después, Marixela se seguía manteniendo cauta, porque nunca encontraron a los culpables. Que todavía, créeme, yo durante no vea este capítulo cerrado, para mí, la alerta siempre va a estar, sobre todo, porque no hay un resultado del avance de la investigación. A nosotros la Fiscalía no nos ha entregado nada. Ni un informe escrito, ni digital. Ni siquiera una reunión en la que explican el estatus de la investigación. Nada. Óscar me envió un documento de 19 páginas en el que me dijo que habían recogido todas las amenazas que sufrieron entre el año 2006 y 2012. La mayoría de mensajes están firmados por un grupo que se llamaba a sí mismo “Grupo de exterminio”. Pero a pesar de todo, en esos años oscuros hubo momentos de esperanza. Primero, en el 2009, la Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica recibió el premio Letellier Moffit de Derechos Humanos, uno de los más importantes del mundo. As I present you with the 2009 Letellier-Moffit Human Rights Award Please come up and accept this award… Lo recibió Vidalina Morales, una campesina de Santa Marta, parte de ADES, que se volvió otra de las caras más visibles de la lucha antiminera. La lucha por la justicia social en nombre de nuestros seres queridos caídos en la lucha nos une. Esto le dio al movimiento antiminero del país notoriedad internacional. También se hicieron manifestaciones en solidaridad con ellos en varias partes del continente. Por ejemplo, en Toronto: It’s “No justice, no peace, with mining companies”… O en Vancouver, frente a la sede de Pacific Rim Pacific Rim out of El Salvador now! O en Washington D.C, frente al Banco Mundial. Compañeros, no… no están solos, estamos aquí con ustedes… Y justo cuando estaba ocurriendo todo esto, surgió un aliado inesperado: el arzobispo de San Salvador, Monseñor Escobar Alas, empezó a hacer apariciones públicas pronunciándose en contra de la minería. El apoyo de la iglesia se hizo más fuerte después de que, en el 2015, el Papa Francisco criticara al actual sistema de consumo y desarrollo en el que vivimos. Pidió “cuidar la casa común”, es decir, luchar contra la degradación ambiental y el cambio climático transformando el modelo productivo al no basarlo en actividades con secuelas tan negativas como la minería. Este es Monseñor Escobar Alas en las fiestas patronales de San Salvador, en agosto de 2016. Pido también muy respetuosamente a la honorable Asamblea Legislativa emita una ley que prohíba la explotación minera en nuestro país usando cianuro, por ser un veneno sumamente letal. Pero el arzobispo no solo se dirigía a los políticos del país: también empezó a hablarle al Banco Mundial y al CIADI, ese órgano que estaba valorando si el Estado debía indemnizar a Pacific Rim por haber suspendido los permisos de exploración y explotación : Y en nombre de Dios, y de nuestro sufrido pueblo salvadoreño, alzo la voz para pedir a el CIADI que no castigue este país por no permitir la explotación minera. También dijo que obligar a un país pobre como El Salvador, a pagar 250 millones de dólares en reparaciones a una empresa sería muy injusto. Pues, literalmente sería quitarle el pan a un pueblo pobre y a la vez permitir que le contaminen su agua que bebe… Con el apoyo de la iglesia salvadoreña, muchos supieron que ya no habría marcha atrás. Y poco después ocurrió algo bastante parecido a un milagro… El gobierno de El Salvador ganó la demanda impuesta por la minera canadiense PacIfic Rim… ahora propiedad de la australiana Oceana Gold… El 11 de octubre del 2016, el CIADI determinó que El Salvador no solo no tendría que pagar 250 millones de dólares a la empresa por no haber podido explotar la mina… sino que, más bien, el gobierno salvadoreño debería recibir 8 millones de dólares para compensar los gastos legales del proceso. Pero para Saúl Baños, el abogado del FESPAD al que escuchamos antes, la victoria le salió muy cara al país. Si bien es cierto, El Salvador ganó, entre comillas, esa demanda, no se ganó tan ciertamente, fue como una gane pírrico ¿verdad? Que la ganancia es muy poca… Porque el Tribunal ordena a la empresa que devuelva 8.5 millones a El Salvador, cuando El Salvador solo en la defensa gastó más de 13.5. Es decir, que El Salvador había invertido en su defensa 5 millones y medio más de lo que recibió al ganar la demanda Con esos 5.5. millones se pudieron haber construido aquí un sinfín de casas populares para la gente sin techo, o dotar a los hospitales de camas hospitalarias, medicamentos, introducir alcantarillas de agua, etc. ¿Qué no se puede hacer acá en el país con 5 millones de dólares? Y, por supuesto, el dinero no fue lo único que se perdió en esa lucha contra la minería Hubo personas asesinadas, hubo personas amenazadas, hubo rompimiento de tejido social en las comunidades, separación de las comunidades, daño ambiental porque también lo ha habido con la actividad de la exploración. Después de la victoria contra la empresa, los ambientalistas veían la ley de la prohibición cada vez más cerca: se sucedieron las marchas a la Asamblea Nacional, ahora con la Iglesia católica al frente, las recogidas de firmas y también los borradores de ley. La propuesta de ley se presentó a la Asamblea el 6 de febrero de 2017. Pero como no había respuesta, se organizó una marcha: el 9 de marzo, miles de personas, convocadas por la Iglesia, por la Universidad Centroamericana y por la Mesa Nacional contra la Minería Metálica, marcharon desde el Parque Bolívar de San Salvador hasta la Asamblea Nacional, para entregar allí las más 30.000 firmas que habían recolectado. Salió a recibirlos el presidente de la Asamblea, que dijo esto, refiriéndose a la propuesta de ley: Teniendo voluntad, pensando en el país, pensando en los pobres, la podemos sacar antes de dos semanas. Yo esperaría y le pediría a la comisión y a su presidente que sería un buen regalo de Semana Santa, si antes de la Semana Santa nosotros tenemos aprobada la ley. Y ahí todo se precipitó: aquel era un año en el que los partidos ya estaban iniciando sus estrategias electorales para las elecciones legislativas y municipales del año siguiente, de 2018. Ningún partido quiso posicionarse en contra de un tema que llevaba más de una década de lucha, con mucha movilización en la calle y, que ahora, además, tenía el respaldo de la Iglesia católica. Apenas dos semanas después de aquella marcha, el 29 de marzo de 2017, la ley se debatió en la Asamblea Legislativa. Allí, en la asamblea, en las mesas de los diputados había banderas amarillas en contra de la minería. El presidente de la asamblea detuvo la sesión y miró hacia el público invitado. Los saludó, les dio las gracias, y el público, detrás del cristal, agitó unas banderas iguales a las que estaban en las mesas. En ellas se lee “No a la minería, sí a la vida”. La sesión se reanudó. Los portavoces de diferentes partidos se turnaron para decir más o menos lo mismo: que era un momento histórico…. Este es un día histórico y ustedes son parte medular de lo que vamos a aprobar esta mañana. Y que esta ley era necesaria Es necesario tomar medidas a fin de prohibir dicha actividad. Porque era una ley a favor de la vida… En defensa de la vida, de la vida de los salvadoreños Después se hizo un silencio y los diputados votaron. Cerramos la votación con 69 votos y se aprueba en términos generales… 69 votos a favor de prohibir la minería metálica y ninguno en contra. El público lloró, gritó, se abrazó. Así, el 29 de marzo de 2017, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en prohibir la minería metálica. Como dijeron tantos políticos, era un día histórico. La ley prohíbe cualquier tipo de minería metálica, ya sean actividades de exploración, de extracción, de explotación y procesamiento de metales a cielo abierto o de manera subterránea, así como la extracción industrial o artesanal. También se prohibió el uso de químicos tóxicos como el cianuro y el mercurio en cualquier proceso de minería metálica. Y la ley también dejó sin efecto los procesos para obtener permisos de exploración y explotación que ya se habían iniciado, como el de Pacific Rim. Esto era un triunfo para la defensa del medio ambiente no solo en el país, sino en todo el mundo. Un respaldo gubernamental en una región como Latinoamérica, donde la violencia contra los defensores del medio ambiente es constante y donde los modelos de desarrollo basados en la extracción de materias primas para la exportación son practicados por gobiernos de derecha y de izquierda. En la Asamblea Legislativa estaban varias personas de Santa Marta que habían impulsado la Mesa contra la Minería… pero no había nadie de Radio Victoria. Esto no les impidió celebrar a la distancia. Yo estaba aquí. Cuando la ley se aprobó estaba siguiéndolo porque había una lectura en Canal 9, estábamos enlazados a Canal 9, que es el canal legislativo […] y pues sí lloramos… lloramos de emoción y dijimos, púchica, al fin. Alguien que sí estaba allí era Saúl Baños… Y lo recuerda como una fiesta. Estábamos vitoreando, golpeando el vidrio, con banderas. Yo soy de poco reír, yo tengo un rictus en mi rostro que me cuesta reír, pero la gente que vio esas fotos me decía que estaba bastante contento, porque me veían la sonrisa en el rostro de oreja a oreja. En ese momento, en Radio Victoria decidieron que tenían que hacer una celebración que no estuviera encerrada en la Asamblea Nacional, sino que fuera para las personas que lucharon desde las calles y las comunidades durante esos 12 años. Sabemos que aquí han habido otros protagonistas, sabemos que aquí ha habido otros líderes que no están allá y que los grandes medios no los van a ver y necesitamos proyectar eso. Y entonces programamos un foro que se llamó: “Más allá de la aprobación de la Ley”. Allí estuvieron muchas de las personas que desde la comunidad había luchado contra Pacific Rim. Y ahí yo me sentí muy feliz. Se lo dedicamos a Marcelo, a Dora y a toda la gente que estuvo… esto es de cada gente de cada señora que salió cuando le dijo, cuando le dijimos vamos a marchar, cuando abordamos, cuando preguntamos, que llamaron… Esto es para la gente que vino y nos dijo: “Aquí estamos y los vamos a proteger para todo”, que la gente viera. Entonces, todo eso fue al aire y… y lo celebramos así Pero no se quedaron solo en la celebración: el día después de la aprobación de la ley, se pusieron a pensar en lo que podría pasar a partir de ese momento, en los nuevos peligros que podrían venir: Muy fácilmente esta ley se puede volver inconstitucional, porque aquí la Asamblea a cada rato vuelve inconstitucional cualquier cosa. Entonces, que también se aproximaban las elecciones, y dijimos, miren, esto, puede cambiar el panorama. Esto que dice Marixela es verdad… las leyes son una cosa y el cumplimiento de las leyes es otra. Si bien a día de hoy no hay actividad minera en El Salvador, el panorama político y social del país hoy es muy diferente al de hace unos años. El gobierno de Nayib Bukele no ha puesto mucho interés en los temas ambientales durante su administración, y ha promovido un Foro Intergubernamental sobre Minería, Metales y Desarrollo Sostenible, buscando darle nuevos aires a la actividad minera. Además, en el año 2021 se aprobó la Ley de Creación de la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas. Esta dirección no distingue entre minería metálica y no metálica, y puede permitir la exploración de áreas con potencial económico y establecer relaciones con organismos extranjeros vinculados al sector minero. Queda esperar para ver si todo esto permite que se mantenga lo logrado. Isabel Cadenas Cañón es escritora, creadora del podcast “De eso no se habla” y productora ejecutiva de El País Audio. Vive en Madrid. Esta historia fue editada por Luis Fernando Vargas, Camila Segura y por mí. Desirée Yépez hizo el fact checking. La mezcla y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri y Rémy Lozano. Esta historia es producto de una colaboración entre Isabel Cadenas Cañón y Ainhoa Montoya, del Center for Latin American and Caribbean Studies, School of Advanced Study, University of London. Y fue financiada por el Economic and Social Research Council del Reino Unido. Muchas gracias a Paula Morais, Laura Casielles y Vanessa Rousselot, del podcast “De eso no se habla”, por su colaboración en este episodio. El resto del equipo de Radio Ambulante incluye a Paola Alean, Nicolás Alonso, Lisette Arévalo, Aneris Casassus, Emilia Erbetta, Fernanda Guzmán, Camilo Jiménez Santofimio, Ana Pais, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, Elsa Liliana Ulloa, y David Trujillo. Carolina Guerrero es la CEO. Radio Ambulante se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO. Radio Ambulante cuenta las historias de América Latina. Soy Daniel Alarcón. Gracias por escuchar.

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